FELIZ DÍA DE TU MUERTE
Feliz día de tu muerte es un título sarcástico ajustado a la propuesta que Christopher Landon nos hace al dirigir la historia de Tree (Jessica Rothe), quien vive el día de su cumpleaños con la normalidad que caracteriza a la vida de una estudiante universitaria pero que lo culmina con su propia muerte, en un túnel en el que no hay más testigos que el asesino con la máscara que tapa su identidad.
Pero Tree se despierta, como todos cuando tenemos una pesadilla, para encontrarse de nuevo en el mismo día que ya vivió ayer. Una jornada en la que volverá a cumplir años y en la que cada paso que da le resulta reconocible. Hasta que comprende que si sigue haciéndolo todo exactamente igual acabará muriendo, y cambia su rumbo, solo para descubrir que va a terminar muriendo igual… hasta que vuelva a despertarse en el mismo día que ayer vivió.
Feliz día de tu muerte supone una nueva revisión del subgénero de viajes en el tiempo que tiene la ciencia ficción y que han tratado títulos como Atrapado en el tiempo, en el año 1993, con el contexto de una historia de amor, Los Cronocrímenes, de Nacho Vigalondo, del año 2007, dentro de un thriller, o Al filo del mañana, del 2014, una de las últimas películas de acción de Tom Cruise.
Ahora, nuestra protagonista vive y muere de manera continua en otro género distinto, el slasher, anglicismo que indica la existencia en la ficción de un asesino en serie que mata adolescentes de formas brutales. Y a mayor angustia previa al crimen, a mayor virulencia en éste, y si es posible mayor originalidad en el desenlace del personaje, más éxito para el film que lo contenga. Y mayores garantías de secuela… y de saga.
Pero es que en el caso de Feliz día de tu muerte, el tono es de comedia gamberra. En la línea que ya expuso la genial Scream: vigila quien llama, pero sin la excepcionalidad de la obra de Wes Craven, que nació como una sátira del género de terror, dejando al aire con finísima crueldad los estereotipos del mismo, cayendo, cómo no, en ellos a modo de fórmula de la que en el fondo ninguna está exenta, pero creando un universo propio en el que la crítica era el punto exquisito del producto.
Feliz día de tu muerte se ríe de sí misma para divertir a un público entregado a su juego. No en vano la cinta ha constituido una conmoción en Estados Unidos, ya que sin llegar a los cinco millones de dólares de presupuesto ha recaudado casi ochenta. Es lo que se conoce técnicamente como un Sleeper: una producción modesta que se convierte en un éxito inesperado.
Y es que, en Feliz día de tu muerte, Tree, la protagonista, tiene que exprimir el día de su cumpleaños al máximo hasta que descubra quién es su asesino y, cual videojuego de ordenador, ser capaz de pasar la pantalla de ese fatídico día y despertar en el siguiente. Pero para eso ha de utilizar todos los datos que la rutinaria existencia le ofrece, y de este modo, la repetición del día a día acaba transformándose precisamente en eso, en agotadoras variaciones sobre lo ya visto, escuchado y reído en el caso de que el chiste funcionara, que no siempre lo consigue.
Scott Lobdell, guionista de la película, hace cuanto puede para que el libreto resulte siempre fresco, y aunque muchos espectadores lo celebrarán como tal, otros considerarán que la propuesta no da para tanto y que tal vez en un cortometraje el resultado habría sido más redondo.
Su humor, realmente sencillo, o sus tramas, alguna de las cuales claramente sobra a pesar de cobrar una importancia desmedida que se sale de los cánones impuestos por el género, lastran el conjunto de una cinta a la que hay que reconocerle un acierto: la máscara del asesino, que tiene todos los visos de convertirse en la sensación de los Halloween venideros.
Silvia García Jerez