BLITZ: Bajo las bombas alemanas
Steve McQueen, no el famoso actor de los años 70, sino en director de 12 años de esclavitud, estrena Blitz, su nuevo trabajo, en este caso para la plataforma Appletv. Tras fascinar al mundo con la estupenda Shame y ganar el Oscar en 2013 con la cinta ya citada -ganó como productor de la película, él como director no, porque fue Alfonso Cuarón por Gravity el que lo hizo en su lugar-, dejó tan alto el listón del prestigio que no hay título suyo que se recuerde con ese nivel. De hecho, rodó una película extraordinaria posteriormente, en 2018, pero pasó desapercibida por completo: Viudas, con un reparto sensacional que incluía a Viola Davis y a Colin Farrell. Pero no le suena a nadie porque fue, injustamente, un fracaso de taquilla.
Tal vez por eso volvió al mundo del cortometraje, donde su carrera comenzó, y giró hacia proyectos televisivos antes de volcarse en Blitz, una historia enclavada en esa época de la II Guerra Mundial, ya que se conoce como ‘Blitz’ el año comprendido entre 1940 y 1941 en el que la Alemania nazi llevó a cabo bombardeos masivos pero sorpresivos sobre el Reino Unido, motivo por el cual buena parte de la población, sobre todo niños, debieron exiliarse para poder salvar sus vidas.
En el film, Steve McQueen pone el foco en la familia de Rita (Saoirse Ronan) y de su hijo George (Elliot Hefferman), un niño mulato nacido de una relación que se truncó por culpa del racismo, por lo que el pequeño no conoció a su padre. Rita, ahora, con el niño rondando los 10 años, ha de mandar a George lejos, en un tren que lo saque del lugar en el que es un peligro vivir, y George, enfadado, asume su destino pero con un plan establecido: saltar del tren en el que viaja con la intención de volver a su casa.
Blitz es un relato más que nos sitúa, de nuevo, en la II Guerra Mundial, una de las épocas más oscuras de la historia de la humanidad. Parece que nunca se acaban de contar las cosas que ocurrieron en ella, tal fue su grado de espanto y horror, tal el nivel de su crueldad. En este caso, ningún rótulo nos asegura que éstas fueran personas reales, pero si esto no le pasó a ellas sería a otras, a buen seguro. Hay miles de ‘Ritas’ y Georges’ cuyas familias se sentirán identificadas con lo que Blitz retrata.
A pesar de eso, McQueen lo hace a modo de telefilme. Cada fotograma, cada segundo de Blitz, tiene sabor a telefilm. Y eso es una lástima, porque significa que su relato es más plano y más tópico de lo que debiera. Hacerle justicia a quienes vivieron historias terribles pasa por dedicarles películas más épicas, con más peso, que lleguen a recordarse no sólo por una escena en el metro o porque vemos cantar a Saoirse Ronan cuando su personaje aún no se había enfrentado al conflicto bélico.
Y es una lástima, porque los mimbres para lograr una película memorable los tiene. Un gran director, un gran reparto y una historia apasionante, pero es el tratamiento el que no la eleva, y el director, que en este caso la hace rutinaria. Un tono monótono atraviesa la cinta y no nos permite vibrar con ella lo suficiente como para convertirla en una película única, inolvidable.
Y trata de serlo, es evidente. La influencia que Oliver, el fabuloso musical de Carol Reed, tiene en Blitz se palpa en una de las tramas por las que el pequeño George atraviesa, y el horror de los bombardeos se plasma con especial énfasis en una escena que provoca el rechazo justo y que se narra a través de un acertado fundido a cuyo escenario no es necesario regresar pero al que volveremos por una desagradable razón. Todo encaja, eso sí, dentro del relato, aunque con menor acierto del que prometía.
Aún así, Blitz es la apuesta de Apple para los próximos Oscar, situando a Saoirse Ronan como mejor actriz secundaria si los académicos deciden votarla. También la película podría ser una de las contendientes, en este año tan flojo de títulos en los que, de momento, no tenemos un claro favorito para ganarlo. Eso sí, con premios o sin ellos, con nominaciones o sin ellas, Blitz es una película menor dentro de la filmografía de Steve McQueen, un director con una corta pero intensa trayectoria en la que, como se ha puesto anteriormente de manifiesto, encontramos trabajos más brillantes que éste.
Silvia García Jerez