ANDRÉS LIMA

Pigmalión, maestro y querido director 

Esto es una declaración de amor. Ya está. Lo he dicho.

Además de la crónica de una entrevista soñada y casi fallida, confesando mi querer por Andrés Lima y su trabajo. Un querer dramático, claro, de esos que interesan y conmueven vivamente, ya sea por las acertadas elecciones de los textos que sube a escena, como por esos montajes y repartos que estallan mi cabeza y alimentan alma. 

Apuesto a que no soy la única. Sin embargo, no hay celos cuando va de Pigmalión llevándonos de putas, o cuando enseña educación y literatura con un texto magistral de Juan Mayorga. Tampoco por el día de los enamorados, cuando decide exponer las reflexiones -los efectos de los afectos- de un par de parejas en versión Carver-Cavestany, entre el romanticismo sucio y el de una buena balada de rock. 

Soy una afortunada, pues mi querido director no ha parado en tiempos de pandemia y una no ha dejado de aprender y sentir. 

Con su teatro imparable y didáctico, Lima ha elegido muy bien qué contar durante estos tiempos de distanciamiento social y nuevas leyes.

En este último año ha combinado varios montajes; PROSTITUCIÓNEl chico de la última fila (comentada desde aquí) y PRINCIPIANTES, que recién comienza su gira. Mientras ya está preparando la segunda parte de SHOCK para primavera, cuando igualmente retomará sus lecciones de meretrices y gigolós al aire libre.  

Principiantes, de Andrés Lima.
Principiantes de gira

La última vez que nos vimos fue por otoño y llegamos hasta desayunar juntos -a través de pantallas, en su casa y en la mía, reflejo del signo de esta época-. Y entre el café, pan y embutido, hablamos de la vida, la educación, sus montajes, los premios, la cultura segura, y de este puñetero Covid que se ha hecho demasiado protagonista en nuestras vidas. 

Quedó la tarea pendiente aún intentando ser alumna aplicada y con ganas de por medio. No obstante, la recupero ahora por los efluvios de San Valentínesperando me permitan compartir esta locura de amor… A la amistad, los libros, las canciones, el teatro y la buena compañía de Lima. 

– Cuando comenzó el bicho pensé en las prostitutas, los dementes y las personas en soledad… ¿Qué (nos) ha cambiado el virus?  

ANDRÉS LIMA: De alguna manera, nos está cambiando y nos ha cambiado a todos. Aunque solo sea por el hecho de no poder salir de casa, de quedarte y reflexionar. 

En ese sentido, es interesante después de las funciones que he hecho -Shock, Prostitución y El chico de la última fila-, haber tenido tiempo de repente, de pensar sobre lo hecho. Y es algo muy bonito, la verdad… Al remontar Prostitución es inevitablemente el contacto con el público y para mi, formaba parte vital del espectáculo. Yo quería llevar al público de putas, dicho rápido y mal, y que conocieran desde dentro el ejercicio de la prostitución; cómo viven, qué necesidades y qué problemas tienen, qué posibilidades… Además, es necesario porque el tema de la prostitución solamente se practica entre dos, es como el amor. Bueno, ni siquiera, porque el amor puede ser solamente hacia uno… Es decir, se necesita al prostituto, la prostituta, el cliente, o la cliente. Y en este caso, también era una toma de conciencia por parte de del público para saber que está inmerso dentro de este tema, que de alguna manera todos practicamos la prostitución, más o menos velada, ya sea en el matrimonio, muchos de la época de mi madre, o porque su consumo forma parte del ambiente familiar. Y así tenemos una visión pro y en contra, de la legalización o la abolición. Pero todos tenemos prejuicios sobre ella, prácticamente desde que nacemos; un prejuicio moral, religioso… Y todo esto ha sido motivo de reflexión, ahora que estamos en casa, mirándonos, frente a la librería, o la televisión. Y remontarla con el hecho de que haya que ponerse una mascarilla para estar entre el público, ya es un shock. Y no sólo para el espectador, sino por la conciencia de que estamos aquí y ahora, hoy, más que nunca, preguntándonos en qué condiciones estas mujeres están practicando, cuando evidentemente es una práctica de riesgo en esta pandemia… Todo esto, rodea y cambia el montaje, y en algunos diálogos que hay mucho de improvisación, el tema del Covid entra muy bien. El hecho tiene otro matiz, que hace involucrarte más. Y esto es lo que ha cambiado, quizás puntualmente, que todos nos hemos involucrado más.  

– Y a ti ¿Qué te ha cambiado como hombre, como espectador y como director? 

A. LIMA: Mucho, para empezar. Quiero decir, los hombres de este país, bueno, desde mi generación para arriba, por encima de los 50 años, han tenido contacto alguna vez con la prostitución. Quizás no todos, pero casi, y eso es porque en España la prostitución esalegal. Y no te digo que se hayan ido con una prostituta, probablemente sólo han estado en uno de esos garitos… Creo que sigue estando muy normalizado, aunque ahora los colectivos feministas y militantes son los que han puesto el tema sobre la mesa, tanto en sentido de la abolición como la regularización. Y esa misma pelea se ve reflejada en el parlamento. Pero no es una cuestión de izquierdas o derechas, sino del punto de vista de cómo acometer el tema. Y si te enteras un poco, hablando con ellas y leyendo en profundidad, te das cuenta de que la postura radical de acabar con todo, ni la de vino para todos, y hay que regularlo. Todo tiene sus pros y sus contras. Y son posturas muy pensadas, muy cabales. Confío que más allá de la pelea por cada postura, se llegue al entendimiento… Cuando hablaba con Amelia Tiranos, entendí la abolición desde otro punto de vista, pues aunque está tildada de moralista, prácticamente como si fueran monjas contra feministas, ella expone que la práctica del sexo libre es maravillosa -para muchas, no hay nada más feminista que hacer con tu cuerpo lo que quieras y cuando quieras-, pero que en la base de la prostitución está el uso, o el trampolín para la esclavitud, para la trata. Y aún pudiendo regularlo con una serie de normas laborales, tanto para los precios como la protección, hasta el momento, solo hay estigmatización en el hecho de ejercer la prostitución Y la realidad en España es de vacío legal. Y así, el mercado negro campa a sus anchas. Debería haber campañas de difusión haciendo que la prostitución no fuera una profesión marginal, suele vincularse a las drogas, porque el tráfico de personas tiene mucho que ver con el tráfico de drogas y de armas. Se une mucho con drogas, pero yo no lo ligaría menos que con el mundo de los ejecutivos, o de las dependientas. Pero parece que la prostitución está ligada al consumo. Y no es así. Las prostitutas, muchas veces, se ven obligadas a consumir con clientes porque es uno de los trucos dentro de las redes de trata. Sin embargo, no es parte característica. Y dentro de las escorts, no forma parte de su ideario en el día. Entonces, me interesaba todavía más, representar en escena el hecho de vivir con la prostitución y vivir siendo prostituta; cuáles son los ambientes que frecuentan, cuáles son las músicas que escuchan y de dónde viene el hecho de dedicarse a la prostitución. Y ahí me he sorprendido, y he aprendido mucho. La mayoría de los casos necesitan dinero, ante la falta de recursos o falta de educación, y lo más sencillo -por así decirlo -es vender tu cuerpo por horas. Ellas dicen que lo alquilan. Pero existen un montón de motivaciones que no tienen que ver con la prostitución en sí, sino con el mundo, con cómo ejercemos la relaciones de poder entre los humanos. Y evidentemente en una sociedad machista, eso se refleja. 

Escena de la obra de teatro Prostitución. Andrés Lima
PROSTITUCIÓN

– En febrero, hace justo un año, estábamos en el teatro Español durante el encuentro con el público y ocurrió algo especial. ¿Recuerdas a un chaval que se levantó y dijo: Soy un hijo de puta y con esta obra, he perdonado a mi madre…?  Fue muy potente.

LIMA: Luego hablé con él y era verdad. El matiz es que pasó en gerundio; quiero decir, no dijo he perdonado, sino “estoy perdonando a mi madre, me estoy dando cuenta ahora”. Y eso en teatro es maravilloso. Es lo que busco, que las cosas sucedan ahí, que la emoción surja in situ. Porque en muchos de estos temas nos podemos informar a través de escritos, revistas, propaganda militante, ensayos…, pero si no lo sentimos, no llegaremos a entenderlo del todo. Hay que ponerse en su piel; en la de la prostituta y de un hijo de prostituta. Y también, en la del cliente, para saber de qué va esto, Y hay que hacerlo literalmente, o ir al teatro, que es el ejercicio de comunicación por excelencia, donde tú te pones en el lugar del otro, donde se produce la empatía. 

– Para el final de Prostitución, te reservas un personaje canalla, poniendo solo la voz. Como propuesta dramática funciona a la perfección, pero déjame decirte que como mujer, me pareció muy perverso con esa Lolita en pantalla grande… 

LIMA: Pensé que era mi responsabilidad. Tenía que hacerlo yo. Después de haber hablado mucho y de las muchas entrevistas hechas por las actrices, en primera persona(Carmen entrevistó a Isabella, la transexual que después representa. Nathalie a Alexia…), me quedaba la visión del cliente. La verdad, es que tendría que haber otra obra complementaria sobre los clientes, porque aunque ellas son las protagonista y el cliente no es nadie, somos todos y cada uno de nosotros. De ahí que el cliente tiene que ser el público y estar detrás de la cámara, Y el cliente, soy yo. Es algo curioso, porque reconozco perfectamente lo que dices, pero la perversión está en la mirada. En sí, es una entrevista entre un hombre y una mujer, pero ¿por qué es perverso? porque en realidad la mujer es menor. Y ahí te doy toda la razón. Además, quería que el recorrido del espectador empezará casi como juego, como cuando vas por el centro y pasas por cualquiera de las calles donde se ejerce la prostitución, y esas mujeres te dicen algo… De ese Madrid muy cañí, con un aire más zarzuelero. Me apetecía entrar por ahí. Y por eso en la función hay cabaret con mucho sentido del humor, para quitarle melodrama. Aunque todo empieza enterándonos de cuánto cuesta una felación, o qué hacen ellas para ponerse monas, tenía la impresión de que debería acabar practicando sexo con una prostituta.Y ahí ese final. De eso se trata; de identificar al espectador con mi voz e ir acercándose, por eso la cámara, a cada frase, está más cerca. Y por otro lado, quería tratar el mayor problema que existe, que es cuando se prostituye a una niña. Ahí es donde realmente, radica el problema. No en la profesión, sino en la esclavitud. 

Es inevitable la visión masculina, es cultural, como cuando aparece el gigoló cantando y parece que la prostitución masculina es algo más relajado, o que la clientela castigadora cual Pichi está casi aceptada… 

A. LIMA: Permíteme en este caso, estar en desacuerdo. El chico que sale nos cuenta que toma un medicamento a través del gobierno vasco, que presuntamente previene el sida. Está hablando desde una posición de privilegio por consumir un sexo que, desde luego, no está estigmatizado y mucho menos, que en la mujer por practicarlo. Lo más oscuro ocurre con los chaperos, porque son chavales jovencitos. Y volvemos a lo mismo; el abuso. Aunque un prostituto, en un momento dado, está bien visto. Sin embargo, lo que que cuenta es igualmente duro…  

Director y elenco de El chico de la última fila . Andrés Lima
Director y elenco de El chico de la última fila

– Pero está mejor visto. Al final, creo que coincidimos (risas)… Tras tanta prostitución, El chico de la última fila, re-estrenando un texto maravilloso sobre educación y literatura. Una obra ya montada y además recuperando a Guillermo Toledo en el reparto, con su sombra de enfant terrible.

A. LIMA: Willy se adaptaba como anillo al dedo a esta función. y aunque es verdad que ha pesado una cierta leyenda negra sobre él -creo que inconsistente y programada por determinados medios-, es un gran actor, uno de los grandes de este país, y está haciendo un trabajo precioso en El chico de la última fila. Es bárbaro lo que representan todos. Ya tuve la oportunidad hacer la obra con otro reparto, pero esta vez se une que la edad y la trayectoria de la gente con la que yo he progresado y he aprendido son Alberto, Willy y Pilar, y ahí están, como también Juan Mayorga. 

– Animalario puro y duro, ¿no?

A. LIMA: Exacto. Y es que era perfecto. Son gente de 50 años que se corresponden con  la edad de los personajes, que los entienden perfectamente y que los representan increíblemente bien. Además, están las relaciones que ha habido, no solamente conmigo, también entre ellos. Y es que ha habido relaciones de amor y de pareja, tradiciones, amistades… De todo lo que da una vida, que sigue teniendo amor por el teatro. Y esto hace que tenga una relevancia especial. Hay muchos años de trabajo juntos. 

– Me recordó cuando Pornografía barata se representaba en una casa por Cuatro Caminos.   

A. LIMA: Es que Pornografía barata tenía el mismo reparto que este chico de la última fila. Faltarían Pablo y Noelia, solamente. 

El Chico de la última fila, de Andrés Lima.

EL CHICO DE LA ÚLTIMA FILA

El texto es una gozada y la película de Ozon, En la casa, deliciosa. Alberto San Juan está estupendo como el profesor de literatura, soberbio y fracasado. Guillermo Toledo, perfecto de papá-colega y de negociante más que ‘hombre de negocios’. Pero lo que hace Pilar Castro con su personaje, desde la sensualidad y el minimalismo, está espléndida. Me fascinó esa aparente sencillez. Como la de esa escenografía vaporosa, con una sola cortina que atraviesa lo real y lo imaginado, invadiendo la intimidad. Desvelando además, lo que queda escrito, Meta-literatura. Meta-teatro. Y de repente, rompes la narrativa con un baile de ese chaval (Guillem Barbosa) que atrae a los jóvenes al teatro, actualizando forma y fondo, en una obra que nos pregunta si Tolstói o Dostoievski.

A. LIMAEl chico de la última fila me parece una obra extraordinaria. Y a mí, me encantó que la Beckett -con la que tengo mucha relación, desde hace mucho tiempo- me llamara para dirigirla. Para mi gusto, El chico… Hamelin son dos textos que van pasar a la historia de la literatura dramática. Además, son dos textos que tienen mucho que ver el uno con el otro, no solo por la profundidad de los temas que trata; de lo necesario de hablar de la educación, de lo bonito que es reivindicar la literatura, y de cómo contarlo a través del teatro. Y de lo peligroso que puede llegar a ser el teatro, para bien, me refiero, en la vida de las personas, para que despierten. Pero aparte de eso, tener una obra que trata sobre la educación y que los chicos puedan asistir al teatro, sano y seguro, que está comprobado que no se ha dado ningún contagio, o brote… La gente está quieta, sentada y escuchando. Sin hablar, normalmente. Y solamente aplauden. Luego se van y todo ocurre dentro del cuerpo del espectador, ¿no? La verdad es que en ese sentido, sí que es un poco coronavírico (risas)  Pero que el público estudiantil en estos momentos, por favor, tenga acceso al teatro y que se organice la asistencia de clases.

-Pasamos a Shock, siguiendo el libro de Naomi Klein en el que os habéis basado, llegarías a lo que ocurre en Oriente, que muchas veces ni nos enteramos en Occidente. Y lo que quedaría por tratar, me lleva a The Act of Killing, un documental que resume la teatralización del hecho violento, del peligro del uso de la ficción por ese capitalismo del desastre… No sé si lo conoces. Se me pone la carne de gallina. 

A. LIMA: Lo conozco. La referencia continua ha sido esa película. Es verdad que ideológicamente la preclara visión de Klein sirvió de guía. Su libro La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastrenos sirvió de inspiración, pero al final no ha quedado nada. Y casi mejor, porque así no ha habido problemas con los derechos (risas)… Pero The Act of Killing fue uno de los modelos que siempre tuvimos a la hora de contar, lo que queríamos contar. La obra trata de eso, de como Occidente intenta seguir su tarea de colonización mundial a través de la economía, utilizando la fuerza de la violencia, de una u otra manera; más secretamente, o más evidente. The Act of Killing tiene mucho que ver con eso, con el uso de la violencia y la representación de la violencia. 

La segunda parte de Shock se va a llamar La tormenta y la guerra. Andrés Lima

La segunda parte de Shock se va a llamar La tormenta y la guerra. Partiendo de donde terminamos, con Pinochet y Thatcher, con esa confirmación o perpetuación de un sistema, que tiene a sus hombres para poner en acción sus normas. Y para el neoliberalismo fue Pinochet. Aunque cuando lo reivindicó públicamente Margaret Thatcher, nadie dijo nada, pero mientras se torturaran y asesinaban a miles de personas bajo una dictadura en Chile. Es esa década de los ’80 en manos de Thatcher y Reagan, la revolución conservadora, que luego se desarrolló en el neoliberalismo más fuerte, que desemboca en un tercer empuje, después de Obama, que es el de Donald Trump y toda una locura…Se trata de transitar por estos períodos de la historia. Sé que es demasiado ambicioso y me gustaría sacarlo todo, pero nos centraremos en los shocks a través de guerras o golpes de estado, y en esas intervenciones violentas en economías de países más desfavorecidos. Pero también, cuando una tormenta o un tsunami, un vendaval, o el mismo Katrina, puede ayudar a un pueblo entero a estar desorientado. Y ahí es donde entran los tecnócratas de la economía instaurando medidas de privatización y desproveyendo de recursos al país. Es decir, el capitalismo más duro. 

En estos 40 años ha caído el muro de Berlín y el resto del mundo comunista se ha convertido al capitalismo, excepto cuatro puntos del planeta. También llegó el fin del apartheid con la aparición de Mandela, mientras el Papa Wojtyła ​estableció su moral católica con el apoyo a estos regímenes. Surge entonces, la revolución islamista y aunque se supone que es un renacer del comunismo, sin embargo es del fundamentalismo. Y todo Oriente Medio está en carne viva… A mí esto me pareció casi lo más interesante, porque culmina en el gran shock a principios del siglo XXI que es la guerra de Irak, que vuelve a cambiar las anteriores; la primera y la segunda Guerra Mundial. De cómo sus métodos y sus maneras se vuelven mas hipócritas, secretas, sucias y devastadoras… todos los esfuerzos del neoliberalismo desembocaron en ella y representa muy bien ese capitalismo del desastre. Intentaremos hacer un collage pasando por Tiananmen, la caída del muro, los conflictos de Oriente y la guerra de Irak, que sirve además para hablar de muchas otras guerras. Porque aunque cada guerra tiene su motivo -que puede ser más o menos justificado intelectual, o políticamente-, todas tienen un común: el uso violento del shock y del miedo de la población… Luego, es inevitable que acabemos hablando del Covid; empezamos a trabajar la obra desde ahí, estando todos recluidos. Espero que cuando representamos la función, estemos vacunados. Pero quizás venga otra pandemia, con otras teorías del experimento. Pero ahí también está el mal uso de la Naturaleza, las industrias cárnicas, o sencillamente, que es cíclico. Claro que este virus existe y está matando gente. Y esto genera desconcierto, otro shock. Y habrá quien saque provecho, aquellos que tienen mejor posición, como ha sucedido con cada uno de los shocks. Incluso la guerra de Afganistán, que se llamaba “operación de la libertad duradera”, lleva ya el millón de muertos… El mundo se desarrolla así desde hace mucho tiempo. Y de siempre ha existido esa lucha de intereses que se ha debatido en la filosofía, el humanismo, la política… Pasa ahora con la epidemia, ¿salvar la economía o salvar vidas? Shakespeare ya lo decía; el interés es una los motores que más mueve el mundo, pero hay que luchar para que sea el amor. Y aunque suene a buenismo, lo prefiero al hijoputismo

(¡Y qué comentario! ¿Es o no para enamorarse?)

Intérpretes de la obra de Teatro Shock
Intérpretes de Shock

– Mismo elenco para retomar Prostitución. ¿Y para Shock 2?

Todos estaban genial; Barea, Natalia Hernández, María Morales…, pero el trabajo de Ernesto Alterio era impresionante, casi irrepetible y durante tres horas de función. 

A. LIMA: Esencialmente sí, pero Ernesto quizás no pueda. Se han desplazado muchos compromisos por el Covid y creo que le coinciden. Se han cambiado muchas películas, fechas, giras… Veré si puedo contar con todo el reparto. Y fíjate que los tres candidatos a los Max han sido tres de los grandes actores de este país; Ernesto, Lluís Homar y Pablo Derquí. He trabajado con los tres y los amo a los tres, pero lo de Ernesto en Shock es inigualable.   

-Hablando de premios. Shock (El Cóndor y el Puma) recibió la ‘Mejor dirección de escena’ y ‘Mejor espacio escénico’ (para Beatriz San Juan), frente a la “competencia” de Jauría que trataba igualmente un tema delicado y partiendo de la realidad. También brutal. ¿Llegaste a verla? ¿Qué obras te shockean

A. LIMA: Se lo debo a Miguel (del Arco) y a toda la compañía. Coincidimos en fechas de exhibición para ambos montajes y cuando podía ir a verla, necesitaba descansar. Pero sé perfectamente el trabajo que desarrolla Miguel. Y ese teatro es necesario que exista. Creo que hay muchos trabajos muy interesantes en la escena en este país, en este momento, pero que necesitan de otros sitios para desarrollarse. Pero también creo que hay ampliar los horizontes para representar en otros lugares. Estamos abocados casi a los mismos teatros y el Covid nos ha enseñado a que la cultura puede ser on line, o que podrían ser al aire libre. Tiene que haber sitios con menos restricciones y hacer teatro de otra manera… Porque si hay un teatro Nacional Clásico, ¿por qué no hay un Teatro Nacional infantil y juvenil? ¿Por qué no hay una mayor Irradiación del teatro desde los centros culturales, y que éstos beban de lo que sucede en los teatros del centro? Y luego está el problema de la difusión, como en cualquier profesión, pero ¿por qué se ve más teatro en Madrid y Barcelona? ¿Por qué no llega el nacional de Cataluña, por ejemplo, a Elche? Debería haber las mismas oportunidades. Y el apoyo al teatro público es básico. Tendría que haber más – y mejor- relación entre productores y artistas. Me hace gracia ese mal llamado teatro comercial, porque todo teatro aspira al uso comercial y a que el entretenimiento sea más general. Que se respete a todo entretenimiento, por igual, pero que cada parcela tenga su cabida… La competencia me parece absurda, pues la base de la cultura, que a la vez puede ser entretenimiento y educación, es la unión, la fraternidad y el encuentro. Con esto del Covid hay alcaldes que lo primero que hacen es cerrar los teatros, cuando está demostrado que no hay mas peligro que dentro de una casa. Pero si cerramos el teatro, nos evitamos problemas de presupuestos, con los sindicatos…Volvemos a lo de antes, hay quienes se aprovechan de los shocks. Claro que si no lo atacamos, nunca lo solucionaremos… Y respeto a los premios, decirte que son graciosos. Existen muchos. Y cuando me tocan, los agradezco, mucho. Pero para un premio que existía para “el público” es una pena que ahora se llame “premio del jurado”, porque aunque no era del todo del público pues estaban los miembros de la SGAE, había mucha gente que votaba. ¿Qué pasa, que la gente no entiende de teatro? ¿Cuál es le criterio? Creo que el baremo del público es necesario. La democracia del pueblo funciona, yo lo creo. Lo que dice el pueblo debería de ser tomado en cuenta. Y lo que dice el pueblo teatral debería escucharse. 

– Hay que seguir luchando, Andrés, por esa cultura salvadora para afrontar futuros shocks y pandemias…   

Nos despedimos con besos virtuales y deseos de los abrazos de siempre.

Y me quedo pensando en Los combatientes de Cristina Morales. Un muy buen bien libro de activismo cultural  y una nueva forma de narrar, donde a través de la ficción se cuenta también una historia verdadera, de representación y realidad, “de radicalismos impostados y de transgresión auténtica… para los integrantes de una compañía de teatro universitario que sobreviven hartándose de amor, ya que no pueden hartarse de pan”. 

Visto lo visto, en todos y cada uno de los montajes de Lima, no me importa en absoluto que repita, retome, varíe, e incluso haga dos funciones en un mismo día. 

SHOCK 2 ¿quién es quién? ¿bolsa o máscara? -
SHOCK 2 ¿quién es quién? ¿bolsa o máscara?

Estoy ansiosa por la nueva puesta en escena de Prostitución y la escenografía, los videos y la música elegida para Shock 2. Según el cartel anunciado, me fascina ese cambio de mascarillas por máscaras freaks. Aunque todo está en la mirada…  

A punto de publicar esta locura de amor por Lima y su trabajo, el teatro, la literatura y la educación, un rapero parapetado en una facultad pone en shock la libertad de expresión. Dicen que la historia hay que entenderla según las maneras de su época, según se hablaba, qué se comía, pensaba, vestía, cantaba… Con la visión del presente, habrá que esperar a ver si será un recuerdo, o habrá que revisar toda la censura -y cuándo empieza-. 

Prefiero escuchar a Prince y su Sign O’ the Times, tan de finales de los ’80, cuando parece que comenzó la conciencia de todo esto… Tiempos, qué tiempos. Oh, yeah!  

Mariló C. Calvo 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *