Amityville: El Despertar: ¿El Despertar De Qué?

Amityville: El Despertar es de esas películas que nos hacen amar los clásicos de las que beben. Ahora, lo que es a ellas mismas, pues no. El director y guionista responsable del remake de Maniac, con Elijah Wood al frente, y de la cinta de psicópata con ganas de fiesta Parking 2 (nada se supo nunca del 1), Franck Khalfoun, hace uso en la que nos ocupa de esa técnica tan extendida del ‘A Ver Qué Me Invento’, para enloquecernos a lo largo de la proyección con un festín de obviedades sin solución de continuidad, que ni aunque le pongamos el mayor de los empeños.

Y mira que la cabeza de cartel es Jennifer Jason Leigh, que de siempre se ha presentado ante su audiencia con sorprendente reverso tenebroso. Aquí madre (coraje o inconsciente) de un hijo convaleciente con peor aspecto y mirada que el Patrick que aterrorizó al festival de Sitges a finales de los 70´ que,  ¡oh, sorpresa!… spolier, spoiler, spoiler.

Belle junto a la cama de su hermano en AMITYVILLE: EL DESPERTAR
Belle (Bella Thorne) junto a la cama de su comatoso hermano en AMITYVILLE: EL DESPERTAR

De Amityvile: El Despertar podemos destacar lo corto de su metraje. De acuerdo que es por la falta de ideas. Pero a los que no salimos de las salas, día tras día, siempre nos resulta simpático que requieran nuestra atención tan sólo 90 minutos por historia. Minutos estos de los cuales algunos pertenecen a la primera entrega de la saga oficial que se pretende aquí continuar. Después de, incluso, secuelas de toda nacionalidad y hasta en 3D. ¡Viva la imaginación!

Continuemos con nuestra visita a Amityville: El Despertar diciendo que como serie b, para una tarde de cansina lluvia y ganas de prácticamente nada, salvo dormir, no estaría mal. Venga, va… también para futuros ‘Cutrecones ‘.

Por si no lo estaba, a estas alturas hay que dejar claro que El Mal en Amityville: El Despertar habita en unos efectos especiales en general, con mención especial a las prótesis de maquillaje, regulín, regulán. En un armazón de guión menos rígido que la cosa informe viscosa que agobió tanto a Steve McQueen en sus años mozos, en una joven protagonista con innecesaria pasión, se nos antoja, por el estilismo super punki de Lisbeth Salander, o en una tan poco novedosa referencia a la, antaño terrorífica, habitación roja que nos hace hasta añorar la del Sr Grey… y esto último es mucho decir.

No porque lo refiramos aquí en este punto ni mucho menos, se sabe que a medida que las sagas avanzan, incluyendo en este universo a La Morada Del Miedo o el documental My Amityville Horror, el paso del tiempo va restando calidad y credibilidad. Pero unos mínimos siempre son necesarios. A veces es mejor rentar pequeña casita en bosque, que alquilar loft en multipropiedad en plena urbe, y si no, que se lo digan tanto a Thor como a El Guía Del Desfiladero.

Vayamos ya desfilando, que tampoco todo puede ser Expediente Warren : The Conjuring, diciéndoles a todos aquellos a los que guste asustarse con la peripecia diabólica de una familia enfrentada a un ancestral ente maligno por enésima vez, y que sean sobre todo capaces de pasar por alto lo expuesto anteriormente, que lo pasarán de miedo.

Luis Cruz.

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