CHIQUI FERNÁNDEZ : la comedia todo el mundo la critica
Chiqui Fernández lleva muchos años en el mundo de la interpretación y tras haber pasado por series como Periodistas, Un paso adelante, Mujeres o La familia Mata la vemos ahora en la 1 con La Peluquería, una comedia de sketches situada en un local de servicios para el cabello. La Cronosfera habló con la actriz sobre la serie y abordamos temas dentro de la comedia como los del maestro Gila o el ninguneo que suele tener este género en los premios.
La Cronosfera: Es un placer reencontrarse, gracias a La Peluquería, con un formato como el de Camera Café, de Tele 5 o el de La Tira, de La Sexta.
Chiqui Fernández: Hemos hecho 230 capítulos en cinco meses. Grabamos cuatro capítulos diarios. Me recogían a las seis de la mañana, llegaba, me maquillaba… si habéis visto la serie, yo llevo unos cuatro o cinco peinados en cada capítulo. Ha sido un poco locura, estudiando por las noches… Pero me ha encantado, para mí ha sido un reto. Yo pensaba que no me iba a llegar la memoria, no sabía cómo iba a actuar tanto. Normalmente a los actores nos pagan por esperar. Se dice y es verdad. Hay que esperar mientras preparan la escena, pero aquí no hemos esperado ni un segundo. Casi no podía hablar con mis compañeros. Hacer humor es muy complicado y hacer humor con una cosa tan cortita es más complicado aún, pero hace falta algo fresco para el verano. Ningún capítulo sigue al siguiente, con lo cual si quieres ver los cinco, la gente se queda a ver los cinco, pero si ves uno, como no engancha con el siguiente…
L.C.: El capítulo de los cotilleos me parece fundamentel porque los cotilleos en las peluquerías son como las palomitas en el cine. Había que hacer ese capítulo.
C.F.: Sí, todo está llevado al disparate y a la locura pero todo sale de una verdad. Sí, es un capítulo interesante. La gente va a la peluquería a relajarse y a tener otra vida, a cotillear revistas. Yo no soy de ver revistas pero cuando vas a una pelu las ves.
L.C.: El reparto de la serie es formidable, pero resulta especialmente llamativo el personaje de Roco, interpretado por Fernando Gil, un actor que es un auténtico camaleón.
C.F.: El personaje de Fernando era el más definido por guión, los demás ha costado bastante más definirlos, y creo que fue el personaje que más se ha mimado desde dirección. Como que costaba sacar el ese personaje y se mimó bastante. Se le dio mucho tiempo para hacer sus escenas.
L.C.: ¿Cómo es tu personaje?
C.F.: Yo no sabría definirlo pero una de mis mejores amigas lo ha definido muy bien: es naïf. Ella es como que quiere mandar pero es súper buena. Me hacía gracia porque al principio me describieron como La Dama de Hierro, en los primeros capítulos, y no es cierto porque a la pobre se la comen todos. Es súper buena, todo lo hace con buena intención y es un poco ingenua, la verdad. La toman el pelo como quieren. Tiene el corazón como una catedral, y de vez en cuando, todos están muy locos, pero ella se desmadra y es más loca que ninguno.
L.C: ¿Para crearlo te has basado en algún jefe que hayas conocido?
C.F.: No, porque desde el principio el personaje más definido fue el de Fernando, también el de Anna Gras, que interpreta a Marga, pero los demás no estaban tan definidos, así que se ha ido definiendo según venían los guiones. Entonces ha sido como encontrarte con el personaje in situ, no he podido pensar en nadie, la verdad.
L.C.: A pesar de todo el estrés y del estudio intenso, ¿habéis tenido algún espacio para la improvisación?
C.F.: Siempre hay espacio para la improvisación, pero muy poco. Yo creo que otra gente a lo mejor ha tenido más. Date cuenta que sobre mí recaía mucho peso y que yo me iba, o sea, que los momentos que ellos tenían para hablar yo me iba a peinarme, porque me pasaba el día peinándome con mi querido Benji, que es el peluquero, pero siempre pasan cosas, siempre se puede improvisar. Pero que ahora me acuerde, como fue tan intenso, como cuando hacías una cosa ya había pasado y estabas haciendo la siguiente…
L.C.: No es la primera serie que haces, ¿qué diferencias has encontrado entre esta y las anteriores?
C.F.: Esta es como la quince o la dieciséis. Claro, es lo que te digo: el formato, al ser solamente un set, un decorado, y al ser peluqueras, tenemos que estar siempre. Si no estás llevando el peso tienes que pasar por ahí. Y era muy intenso. De los más intensos que he hecho. Muy gratificante también, porque te reías y porque era un reto. Tú cuando estás haciendo una serie el guion te lo puedes saber más o menos porque sabes de lo que estás hablando, pero cuando cambias de trama cada dos horas… ha sido un reto para mí muy grande. De memoria, de ponerte las pilas, de no poderte reír porque no había tiempo. Por ejemplo, con David Fernández, que yo había hecho una película con él, yo no puedo con él, porque es mirarnos y llorar de la risa. Pero sabes que no puedes y te mordías la lengua.
L.C.: Hoy se dan las nominaciones a los Emmy, que se dividen en comedia y drama. ¿Por qué hay que crear premios de comedia para saber que ese género se va a ir con premio a casa?
C.F.: Eso me gustaría a mí saber. Pero no es solo difícil que den premios, sino por qué es tan criticable la comedia. La comedia todo el mundo la critica, y si estás en Televisión Española mucho más, pero es mucho más difícil escribir comedia que drama. Porque la comedia te exige un reto, la comedia siempre pasa de moda. Tú cuando ves un chiste ya ha pasado de moda. Imaginad a Gila, que era un grande. Un teléfono. Si cualquiera coge un teléfono otro piensa: está haciendo a Gila. Y ya no coges el teléfono. O «eso ya lo han hecho en Aquí no hay quien viva». Todo está hecho, en la comedia se tiene que estar inventando continuamente. Es muy difícil escribirla, y también hacerla, pero lo importante es el guion, y es muy difícil. Y en este país, que somos como somos, vamos a hundir la comedia, a no ser que esté gente muy mediatizada, que entonces todo el mundo se calla.
L.C: ¿Tú eres de las que piensa, a la hora de entrar en una peluquería, que siempre se pasan a la hora de cortar de más? ¿Ese tipo de cosas no son más que chistes a modo de leyendas urbanas o las consideras ciertas?
C.F.: Yo he querido asesinar a algún peluquero (Risas) porque además tú date cuenta que nosotros trabajamos con nuestro pelo. No puedes cambiar de raccord, y si vas a una peluquería porque ese día pasa lo que sea en el estudio y no puedes ir allí, y de repente te ves las puntas, la quieres asesinar porque sabes que después te van a asesinar en el plató. Yo, afortunadamente, después de varios peinados he aprendido a peinarme y prácticamente me lo hago yo todo.
L.C.: ¿Hay algún famoso al que te gustaría atender en una peluquería?
C.F.: Dios mío, que qué apuro me pones. Bueno, a Richard Gere le haría cualquier cosa. Sobre todo un masaje. En el pelo.
Silvia García Jerez