LUKE SCOTT: Yo no soy como mi padre
Luke Scott fue director artístico de 1492, la conquista del paraíso, director de segunda unidad (o lo que es lo mismo, de las escenas de acción con especialistas) de Exodus: Dioses y reyes, e intervino como actor en Los duelistas, todas ellas firmadas por Ridley Scott, padre de quien ahora estrena Morgan, película de ciencia ficción que ha sido comparada con Ex machina.
Sobre su inicio en el cine, su progenitor o la desafortunada coincidencia del parecido con la famosa película con Alicia Vikander, el director habló con La Cronosfera en su visita a Madrid.
Pregunta: ¿Qué le llamó la atención de la historia para querer hacer esta película?
Luke Scott: Siempre he estado interesado en la vida artificial. La diferencia con Morgan es que ella no es un robot, ni un clon, es una vida humana artificial creada a partir de material genético sintético. Esto es importante señalarlo. Me encanta la idea de que Morgan represente un paso más en la evolución de la humanidad.
P: ¿En teoría vamos hacia eso?
L. S.: Sí.
P: ¡Qué miedo!
L. S.: Tal vez, pero posiblemente sea una mejoría.
P: Para ser tu primera película cuentas con un reparto de primer nivel, con actores como Paul Giamatti o Jennifer Jason Leigh, ¿qué sentiste al poder contar con ellos?
L. S.: Pensé que iba a tener problemas. Fuera de bromas, no podía creer el maravilloso reparto que tenía. Por supuesto, sabía que iba a tener que hacer bien mis deberes, pero me venía bien, porque eso me impulsaba a no cometer fallos. Me impuso mucho respeto tenerlos, pero en realidad fue de gran ayuda poder contar con ellos.
P: El papel de Kate Mara es muy llamativo, ese personaje tan fuerte. ¿Cómo fue guiarla a través de él?
L. S.: Es una buena pregunta. Creo que Kate tiene el personaje más fuerte de todos porque tenía que enfrentarse a todo lo que ocurría a su alrededor. Incluso cuando tiene que empezar a mostrar emociones, éstas están siempre manipuladas. Así que ella tenía que tener eso en cuenta todo el tiempo mientras rodaba y mantener el nivel de claridad acerca de lo que estaba haciendo. Y como Kate es una gran actriz, hablamos del personaje antes de empezar a rodar y cuando empezamos tenía completamente asumido que su personaje era de esa manera y no se desvió de él ni un momento.
P: ¿Una forma de crear su personaje fue el vestuario?
L. S.: Desde luego. Con el vestuario expresa una idea sobre la élite que la envía a hacer el trabajo que la ocupa.
P: Es una película de ciencia ficción con pocos efectos especiales, ¿era lo que pretendía hacer?
L. S.: Había que hacerlo así, no teníamos presupuesto para efectos. No era nuestra intención hacer una película de ciencia ficción de bajo presupuesto, así que los pocos efectos que hay son casi imperceptibles porque están muy bien hechos. Por ejemplo, hay una escena en un lago y las montañas no estaban de verdad ahí, así que eso lo hicimos muy bien.
P: Otra cosa que también es atípica de Morgan es que se trata de una película luminosa aunque sus tonos sean grises. Normalmente estas películas son muy oscuras y están rodadas de noche.
L. S.: Sí, no me gusta rodar por las noches. Además, con las escenas en exteriores he querido dar una apariencia de realidad, de más cercanía a la cotidianidad.
P.: En esta época en la que Hollywood está dando luz verde a tantas secuelas, precuelas o reboots, ¿ve Morgan como el inicio de una saga de este orden?
L. S.: No estoy seguro de lo que Fox tiene en mente, pero Morgan representa en la historia de la humanidad algo parecido a lo que las sagas realizan en el cine.
P: No siendo la misma película, ¿le da miedo que Morgan se pueda comparar con Ex machina?
L. S.: No, no me da miedo, porque es comparable. Ex machina es una gran película que se estrenó justo cuando nosotros empezábamos a hacer Morgan. Fui a verla para asegurarme de que no hubiera cosas demasiado parecidas, y tuvimos que hacer cambios, aunque no pudimos cambiarlo todo. Pero la diferencia es que Morgan no es un robot.
P: ¿Hay algún referente clásico a la hora de crear a Morgan?
L. S.: No, realmente no. Creo que Morgan es única.
P: Como director, ¿qué cualidades ha heredado de su padre?
L. S.: Madre mía, no soy demasiado consciente de cuáles son. Sé que no soy como mi padre. Tal vez la energía. Mi padre tiene muchísima energía.
P: ¿Qué consejo le dieron antes de rodar Morgan que haya podido utilizar en beneficio de la película?
L. S.: No me dieron ninguno en particular más allá de que consiguiera realizar la película en lugar de estancarme refinando el guión, porque el guion ya estaba bien. Y que no dudara al respecto de hacerla.
P: En una película tan tensa, ¿hay momentos de distensión durante el rodaje?
L. S.: Estábamos siempre bromeando. Y Toby Jones el que más. Por ejemplo, hubo una escena en la que Kate Mara se pone una pistola en la parte de atrás del pantalón y en lugar de un revolver, pusimos un plátano.
P: Recordando la película, ¿de qué se siente más orgulloso? L. S.: De la escena entre Anya Taylor-Joy y Paul Giamatti. De la tensión, la construcción de esa escena. Creo que el plató ha quedado muy bien. También me gustan las escenas de acción, de las peleas. Y de la escena del ciervo, que fue muy difícil de rodar.
P: ¿Hay algo que hubiera querido cambiar, una vez vista la película terminada?
L. S.: La verdad es que no. Lo único que sí me hubiera gustado es haberla situado en América. Es algo imperceptible, pero yo tenía una idea de cómo quería presentar esta granja, y la localización que yo tenía en mente simplemente no existe en Irlanda del Norte.
P: ¿Va a seguir su carrera por la ciencia ficción?
L. S.: Estoy interesado en todos los géneros. Tal vez no en la comedia, porque no soy muy gracioso, pero estoy abierto a los dramas, a las historias humanas.
P: ¿Qué está preparando ahora?
L. S.: Estoy escribiendo el guión de The hunger, basada en la novela. Tiene lugar en el siglo XIX, en América. Es la historia real de un grupo de exploradores estadistas que viajaron de California a Chicago y tomaron la ruta de las montañas rocosas. Cuando llega el invierno se quedan atrapados y tienen que recurrir a comerse entre ellos para poder sobrevivir.
Silvia García Jerez