F1: LA PELÍCULA – El blockbuster del verano
F1 es el acrónimo de Fórmula 1. Se supone que es un deporte, el automovilismo de máximo nivel, de una fama lo suficientemente relevante como para titular una película que recoja sus interioridades con la inicial de su nomenclatura y el 1 que indica su categoría, y por eso Apple Tv+, la plataforma de cine y series, lo ha dejado tal cual, incluyendo la R en su círculo que indica Marca Registrada, para bautizar su film más ambicioso hasta la fecha.
250 millones para producirla y 50 más para promocionarla -que las películas no se venden solas, y muchas veces aún con grandes cantidades de dinero invertido en darlas a conocer no acaban funcionando en taquilla-, la cinta supone el título más caro realizado por la plataforma. Y es una auténtica barbaridad, sí, pero se nota la inversión en cada fotograma, y lo cierto es que para el despliegue técnico realizado y el resultado ofrecido, la película vale hasta el último centavo.
F1: La película nos cuenta la historia de Sonny Hayes (Brad Pitt), un piloto que pudo haber sido una leyenda pero un accidente lo apartó de las pistas hasta que su amigo Ruben (Javier Bardem) contacta con él para que vuelva porque tiene una escudería a la que no le está yendo bien en esta temporada, ni siquiera con Joshua Pearce (Damson Idris), un prometedor corredor al que no le acaban de salir bien sus carreras. A falta de seis para terminar el año, si la escudería de Ruben no gana al menos una de ellas, éste la perderá, así que le pide a Sonny que regrese para que eso no suceda. Otra cosa es que Sonny acepte… y que de hacerlo, pueda lograr hacer ganar alguna carrera a su amigo.
Historia sencilla, mil veces contada, pero no como lo hace F1: La película. Apple tv+ quiere su Oscar propio (ya ganó el mejor película con CODA pero no la producía la plataforma, la adquirió en el festival de Sundance ya terminada, cuando comprobó lo bien que funcionaba con el público) y se ha lanzado a hacer su Top Gun: Maverick, que obtuvo la nominación en dicha categoría. De hecho, F1: La película es su hermana gemela: mismo director, Joseph Kosinski; una estrella del mismo calibre que Tom Cruise en la figura de Brad Pitt -su compañero de reparto en Entrevista con el vampiro (1994), dos estrellas de las de antes en un presente sin verdaderas estrellas de cine-; un cambio en el mundo del motor, de los cazas a los coches de carreras; y un equipo con el que realizar la hazaña. Las piezas son casi las mismas para un puzzle similar. Pero, si me lo permiten, de mejor acabado que la de Cruise.
Sí, Top Gun: Maverick era fabulosa. Un tanto importante para Paramount, la productora con la que Tom Cruise lleva trabajando desde que se tuvo que marchar de Universal, pero F1: La película es mejor. Más redonda, más compacta. Un entretenimiento con mayúsculas, como lo era la de Cruise, pero más fina en su acabado, con un guión mejor estructurado y más pulido, y con más capas que aquella. F1: La película nos habla de ella a todos los niveles, el técnico, el de industria, el de competición, el de los errores tomados en las carreras, el de los cambios en los diseños… pero también del compañerismo, del trabajo en equipo, de la rivalidad, de los egos. No falta un solo detalle por tratar de dentro de este mundo, lo que vimos como espectadores cuando hace años Fernando Alonso ganaba carreras y lo que no pudimos ver por ser temas internos y de despachos. Pareciera que nosotros mismos, meros espectadores, estuviéramos dentro de esa escudería.
Así, tocando varios aspectos de este deporte y asistiendo a la encarnizada lucha entre el piloto veterano que ya está de vuelta de todo aunque acabe de volver y el piloto aprendiz que lleva el orgullo por bandera, nos encontramos una película excelsa a la que la técnica le hace el resto del trabajo para lograr el blockbuster del verano. Todo en ella es espectacular: tiene un montaje prodigioso de Stephen Mirrione, unos puntos de vista de cámara sensacionales, un sonido asombroso, una banda sonora compuesta por Hans Zimmer increíble. Y unos actores que están espléndidos. El reparto está colosal, destacando a Brad Pitt en uno de sus mejores trabajos como actor dramático y a un Javier Bardem fabuloso como director de la escudería. Qué bien sufre cuando sus coches no funcionan, qué bien se alegra cuando sí, qué bien lucha por ella y por mantener el buen ambiente, cosa nada fácil entre sus dos pilotos estrella y qué buena pareja hace con Pitt cuando comparten escenas. Sobre todo en una casi hacia al final de la cinta en la que su conversación te pone los pelos de punta. Dos grandes cara a cara en un blockbuster impecable. No siempre pasa y cuando pasa tienes que darles las gracias.
Y además, por si fuera poco, vamos a cada uno de los circuitos reales a los que los personajes tienen que acudir para competir. Al comienzo de la película quedan seis carreras para acabar la temporada y a los seis circuitos nos trasladamos. A todos ellos, con lo que implican. Incluyendo el de Abu Dhabi. Y claro, lo que lucen en la película es alucinante.
F1: La película es una pura delicia. Sólo tiene dos cosas malas. Una, la breve historia de amor que por narices hay que meter para el público que lo pide, aunque en los tiempos que vivimos ya nos hayamos actualizado y no sea necesario que el chico se líe con la chica para que la cinta nos deje satisfechos, y dos, que se estrene en verano, época del año en la que todo lo que se estrena es calificado únicamente como entretenimiento cuando F1: La película tiene mucho más peso y relevancia. Pero este tipo de producciones llenas de acción y adrenalina parece que no tienen derecho a salirse del encasillamiento al que éstas las someten y se quedan muy por debajo de la consideración que deben de tener. Por eso la Academia las tiene en cuenta como mejor película, ahora que en la categoría entran 10 y les vale casi todo, pero no en mejor dirección, mejores interpretaciones o mejor guión. Para copar esas prefieren dramas aburridos que no hayan tenido tanto tirón en taquilla. Para recuperar espectadores que vuelvan a ver la gala es una buena medida, sí…
Porque, en efecto, las previsiones de F1: La película en la taquilla son estupendas: entre 65 y 75 millones en Estados Unidos el primer fin de semana. Sólo en Estados Unidos y el primer fin de semana. Esperemos que las cifras se confirmen porque la película merece ser una de las que más recauden este verano. Es entretenida -la diversión hecha cine-, es visualmente espectacular, es instructiva, y cómo no, deja un mensaje de tolerancia y de trabajo en equipo que siempre es bien recibido. Lo tiene todo para triunfar y nos alegraremos por ello.
Silvia García Jerez