TRECE VIDAS: Salvamento épico

Trece vidas cuenta la historia real del salvamento que tuvo lugar en junio de 2018 de unos niños, unos más pequeños que otros, no todos de la misma edad, pero miembros todos ellos de un equipo de fútbol que se va con su entrenador al sistema de cuevas de Tham Luang, en Chiang Rai, al norte de Tailandia.

Doce chicos y un adulto que entraron en ella con un buen tiempo relativo, y se encontraron con que las lluvias de los monzones comenzaron a inundar las cuevas. Las posibilidades de salir sin ayuda eran cada vez más escasas y los equipos de salvamento comenzaron a sucederse, primero los experimentados buzos locales, los SEAL, y cuando estos fracasaron entraron los voluntarios del resto del mundo, el llegado desde Inglaterra, para aportar su ayuda, si es que pudiera servirles de algo a los chicos.

Por si fuera poco, los campesinos también forman parte del rescate: la cueva se inunda a través de sumideros y esa agua hay que desviarla para que en lugar de que entre en ella, vaya a los campos. Sí, las cosechas se perderán, pero esos niños tendrían una oportunidad. Y los campesinos aceptan.

El país entero se encuentra pendiente de cada paso, del que se informan por los medios de comunicación. Las autoridades no quieren decirles nada a los familiares hasta que todo haya acabado y la televisión es una manera de estar al día de la evolución de los acontecimientos. Para ellos y para quienes no tienen a ningún pariente dentro. 18 días de tensión que acapararon titulares y portadas de periódicos, que abrieron informativos y que tuvieron en vilo al mundo.

Trece vidas. El equipo de rescate internacional habla con los niños 
para darles instrucciones de cómo tienen que actuar
El equipo de rescate internacional habla con los niños
para darles instrucciones de cómo tienen que actuar

Ron Howard, tras la decepcionante Hillbilly, una elegía rural, en la que solo Glenn Close estaba apoteósica, y recibió gracias a ello su octava nominación al Oscar por un trabajo que no habría pasado tan desapercibido si la película hubiera sido un poco mejor, remonta de nuevo en su carrera y vuelve a ponerse a la altura de grandes títulos de su filmografía como En el corazón del mar o la superlativa Rush. Aunque al igual que pasara con Hillbilly, estrene Trece vidas en plataforma: esta vez no en Netflix sino en Amazon Prime Vídeo. Una lástima.

Porque Trece vidas es un espectáculo para ver en pantalla grande. Y no solo por el espectacular reparto con el que cuenta: Viggo Mortensen lo encabeza y junto a él un Colin Farrell más acertado que nunca. A ellos se les une, bien avanzado el metraje, un Joel Egerton especialmente brillante como el médico australiano que no está seguro de aplicar la técnica que le sugieren para conseguir salvar a los niños. El reparto es fabuloso, las estrellas y quienes no lo son llenan la pantalla y nos hacen creer en todo momento que esa realidad ficcionada se desarrolló verdaderamente así.

La tensión se va incrementando en la película y aunque ya sabemos su desenlace lo importante es cómo la cuenta Howard, cómo no deja a un lado a ningún gremio social de quienes participaron o quienes estuvieron pendiente de todo. Y eso nos hace estar, como espectadores, continuamente al tanto de lo que sucedió en aquellos días.

Cómo lo pasaron los niños, cómo sus familiares, el proceso por el cual los encontraron y lo complicado que era plantear la estrategia para sacarlos de allí una vez localizados. Howard sumerge al espectador en la experiencia y vamos, paso a paso, asistiendo a las acertadas decisiones que se fueron tomando, por muy arriesgadas que fueran.

Además se tiene en cuenta el idioma de los tailandeses y aproximadamente la mitad de la película está rodada en su idioma, pese a que alguna ficha técnica de la misma indique sólo el inglés como idioma presente. Es el predominante, pero no el único.

Trece vidas es una pieza cinematográfica de orfebrería que debería poder experimentarse en una sala oscura, con la pantalla más grande posible. Cuando juntamos todas las piezas nos damos cuenta de que fue un rescate épico, algo para recordar y para recrear en la ficción. Esta historia tenía que llevarse al cine, y Ron Howard les ha hecho justicia a quienes lo hicieron posible.

Silvia García Jerez

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