DEL REVÉS 2. Donde las emociones se abrazan 

La segunda parte de Inside Out dibuja la llegada de la pubertad a través del combate de sentimientos que se da en esa etapa vital, acertando con este triunfante filme de continuación y cuasi manual de psicología animada.
Mostrándonos una adolescencia realista y actual, la cinta esboza esa evolución de emociones que condiciona nuestra vida y nos define como personas, trazando un divertido diseño mental que, desde dentro a fuera, nos enseña a abrazar lo que somos con inteligencia emocional, mucha ternura y ese imprescindible humor, marca de la casa Disney-Pixar. 

Profunda y divertida.

Del revés fue toda una sorpresa cinematográfica, traspasando aquello de película infantil, o de dibujos. No hay tantas, fuera del ámbito documental o científico, que plasmen el origen de losentimos, aunque muchas hayan reflejado sus síntomas o consecuencias con esos traumas o patologías que tanto juego han dado al cine, incluso creando géneros.
Sin embargo, Disney (esa franquicia de felicidad que es parte de la memoria colectiva y ha formado la imaginería de nuestros personajes de la infancia y de cuentos populares) junto con Pixar (el estudio moderno con más historias de heroínas, que de príncipes y princesas) han logrado exponer las emociones más comunes y básicas, estallándonos la cabeza con su espléndida animación. 

Tras esa obra maestra que es WALL-E planteándonos el futuro de la humanidad, Del Revés llegaba centrándose en el ser humano, imaginando la mente cual consola multicolor y el cerebro como un parque de atracciones en continua construcción entre andamios, fuegos artificiales y bolas coloridas que almacenan sueños y recuerdos. Principalmente los de Riley, su protagonista, una niña por la que conocemos a quienes van conectando y ensamblando su incipiente personalidad.
Según sea el feeling, cada cual aporta su manera de ser y distinto color: Ira, rojo. Miedo, morado, Asco, de verde bilis. Y Tristeza, en blue, por supuesto.
Queda Alegría, la líder del grupo de manera innata -que por algo su nombre es sinónimo de vida y animación-, apareciendo con un estilo a lo Wendy-Campanilla, de amarillo y con el pelo azul, pues según cuenta Alegría va siempre, de la mano, donde va Tristeza. 

Pasada más de una década, Riley ha crecido y ahora con 12 años lleva gomitas en los dientes, y ha pasado de la contagiosa risa infantil a la cómplice adolescente.
Aparece el pudor y el sudor, y los desconcertantes cambios de humor. Mientras unos nuevos personajes van incorporándose a su razón de ser, poniendo en duda creencias ya formadas, y llevándonos hasta la arquitectura más oscura y profunda de su cabeza, donde se encuentran las salas más lejanas, donde se hallan los secretos inconfesables y esas habitaciones cerradas en la mente -y el corazón, que también está en el cerebro-. 

A punto de comenzar el instituto, Riley pasará un fin de semana en un campamento de hockey sobre hielo. Serán tres días con sus inseparables amigas que darán para mucho, comenzando con un gran partido dentro y fuera de su cabeza.
Entre el tan deseado acceso al nuevo equipo y las relaciones para encajar con las compañeras, se da la timidez, los celos, o la traición, así como la admiración por la capitana de mechón rojo, mientras vamos encontrándonos y conociendo a Vergüenza, en rosa-rubor. Envidia, en verde o azul esmeralda. Aburrimiento, también llamado Ennui, en tonos pardos y controlando más de lo que parece. Y Ansiedad, de naranja, el color tendencia, siendo la que realmente domina al grupo y (casi) a la anfitriona –reflejando, quizás, esas últimas generaciones con TDAH por doquier-. 

Repitiendo la magistral fórmula y ese diseño de tubos y cables multicolores cual neuronas, Del revés 2 guarda los buenos recuerdos y lanzan al fondo los malos, funcionando en todo momento (incluso con menos chistes y más velocidad en la trama) y convirtiéndose, de inmediato, en más que una buena secuela. Asimilando un viaje iniciático entre la memoria e imaginación, las proyecciones y los sueños de futuro, y algún que otro atisbo de Nostalgia -una presencia que es uno de los momentazos del filme-.

Inside Out 2 resulta un profundo aprendizaje, sin maniqueísmo alguno, viendo que los sentimientos se abrazan y pelean. Y aceptando que igual podemos ser personas vengativas, que amables, calmadas o histéricas. Que la rabia es necesaria, a veces, pero un tremendo aburrimiento en todo momento. Y que si nos equivocamos -nunca dejamos de hacerlo-, no pasa nada; siempre se puede pedir perdón y también, poder perdonarnos.
Claro que afuera de las pantallas, la cosa se complica y las voces de nuestra cabeza pueden no saber elegir lo que nos va, con claridad. Así que mola imaginarias tal cual en Del Revés y cambiar de perspectiva. Creo que sería hasta terapéutico…

Eso debe ser madurar –dicen en una secuencia-, crecer aun con el riesgo de perder (casi a) Alegría. 

Al igual que ocurría en la primera entrega, destacan esos detalles de genialidad como cuando vemos los pensamientos de otros personajes -que podrían haber explotado más- y cuando descubrimos a unos sorprendentes secundarios con otro trazo y estilo de dibujo -ahí van Riñonera ochentera cual MacGyver y Caballero de videojuego sin destino-.
Pero aun con la incursión del algún apuesto chaval, no esperen algún romance. Todavía no hay interés a esa edad y además, vivimos en una época con chavalas más interesadas en el deporte que en deportistas… 

No faltan los guiños a la necesaria diversidad -mutiracial y de apariencia física-, pero en su contra está el instante del móvil, ya en el instituto, que bien podría obviarse -todavía está el debate de cuál es el lugar y la edad de su buen uso, cuando  la influencia de Disney-Pixar es alargada-.

Del Revés 2.

Queda un guiño más, casi al final y con acento español en la versión original, siendo re-interpretado en el doblaje, en castellano, con las voces de Rigoberta Bandini, Chanel, Emma Cuervo y Brays Efe para las nuevas emociones. 

Inside Out 2 se estrena en los cines, coincidiendo con el fin de curso y el comienzo de las vacaciones escolares. Con, o sin prole, hay que verla.
Y sin pensárselo, siendo una película de dibujos animados. 

La sonrisa está asegurada durante todo el metraje y la emoción hasta última escena, post créditos, mientras van a disfrutar de esos tres días, Intensa-Mente, en la vida de Riley (y compañía), que son el principio de los próximos diez años -que ya veremos-, pudiendo terminar Del Revés en la universidad, o con la llegada de una nueva personita. Y vuelta a empezar…

Hasta el infinito y más allá. 

Mariló C. Calvo

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