MI RENO DE PELUCHE: Gigantesco descenso al infierno

Mi reno de peluche llegó a Netflix hace dos semanas, pero sólo le bastó una para ser la serie más vista del momento. Se hizo viral gracias al boca oreja en redes sociales por lo real, compleja, incómoda y desagradable que era. Y no hay nada como picar al espectador para que otros vean la serie para poder opinar sobre ella. Y no ha fallado ninguno: todos coinciden en que Mi reno de peluche es una mini serie espeluznante. Y estupenda.

Mi reno de peluche narra, en 7 capítulos de duración variable pero casi todos rondando la media hora, la historia real del actor, escritor, director y cómico Richard Gadd, un hombre con un pasado oscuro que se refleja en un presente, el de la serie, que ahora también es su pasado… pero bastante más luminoso. Al menos debido al contundente éxito que está teniendo con ella.

En el presente de Mi reno de peluche, una acosadora es el foco de la historia. Martha Scott (Jessica Gunning), una abogada con un evidente sobrepeso que llega al bar donde Donny (el propio Richard creador de la serie) trabaja. A éste, al darle pena, la atiende, aunque ella no tenga dinero para pagar consumición alguna. Es raro, porque una abogada debería tener, Donny tampoco lo entiende, pero la invita cada día que se pasa por el bar. Y esa constante se convierte en su perdición, una de la que no podrá librarse tan fácilmente.

Donny (Richard Gadd) y Martha (Jessica Gunning), en Mi reno de peluche
Donny (Richard Gadd) y Martha (Jessica Gunning)

Ya desde el primer capítulo la serie se torna hipnótica. No puedes dejar de verla porque no sabes cuál va a ser el siguiente movimiento de una mujer con semejante trastorno. Sus reacciones no son normales y su obsesión por un camarero que en realidad quiere ser humorista pero al que no se le da nada bien arrancarle risas a su audiencia es llamativa.

El primer episodio sienta las bases de cómo va a ser esa relación, de lo tóxica que puede llegar a ser, pero el segundo ya se torna en una serie de auténtico terror. Y a partir del tercero no sabemos qué esperar de ella, pero seguirá siendo un descenso al infierno. Mi reno de peluche tiene muchas capas, personajes que nos van a ayudar a entender por qué Donny no se defiende, si es que alguna vez pudo hacerlo. El capítulo 4 va a ser determinante para introducirnos en su psique y conocer los horrores por los que ha pasado, horrores tales que lo han convertido en la persona que es cuando se encuentra con Martha.

Mi reno de peluche es la serie más vista en Netflix a nivel global, y lo ha conseguido en tiempo récord. Su creador esperaba que algo así ocurriera. Sabía el material que tenía entre manos, y posiblemente Netflix también. Entonces, la pregunta que surge es por qué la plataforma no la ha publicitado y ha tenido que ser el suscriptor el que la diera a conocer. La respuesta es muy sencilla: es imposible vender una serie tan turbia, tan desagradable de ver por momentos. No puedes. Debe ser el espectador el que la ponga en conocimiento de otros para que otros la sufran. Y la admiren. Y así ha sucedido. Porque es espeluznante pero también espectacular.

Es una gran serie con unos actores inmensos. Todos ellos transmiten lo más oscuro del ser humano a diferentes niveles, a través de distintas experiencias, pero hay que reconocer que el trabajo de Jessica Gunning como la temible acosadora del protagonista es de los que no se olvidan. Cuenta con todos los registros posibles y en todos ellos resulta imponente la forma en que hace suya una historia más coral de lo que pueda parecer.

Y qué bonito es, también, ver a Nava Mau interpretando a Teri, una chica fabulosa llena de buenos sentimientos, capaz de ganarse el corazón de quienes la vemos desde nuestros dispositivos, una secundaria de esas a recordar, toda una revelación en esta serie.

Mi reno de peluche es una serie extraña, llena de momentos con los que no estaremos de acuerdo pero en cuyo desarrollo está claro que hay más verdad, más realidad, que en muchos relatos más amables sobre la condición humana. Aquí nadie es perfecto ni va a hacer las cosas siempre como debe. Los errores son un denominador común en cada capítulo y eso no es algo cómodo para representar en la ficción. No podemos empatizar con ningún personaje y por eso cuesta tanto seguir adelante por mucho que la historia nos empuje a descubrir cómo acaba.

También esa es la genialidad del relato, y lo verdaderamente terrible de que haya sucedido previamente a que su creador la reflejara en los guiones que ha rodado. Mi reno de peluche está siendo un hito en Netflix y entendemos que esté siendo así. No es una serie para todos los públicos pero sí es un fenómeno al que cada espectador deberá reaccionar individualmente. Esa es su auténtica fuerza, y su calidad justifica que el boca oreja esté siendo tan positivo. Ahora te toca a ti descubrir qué piensas de ella.

Silvia García JErez

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