PATRICE LECONTE: Es muy difícil encontrar el dinero para hacer algo diferente
Patrice Leconte ha venido a Madrid para presentar su nueva película, Maigret. Es el director de El marido de la peluquera, El perfume de Yvonne o La chica del puente. También de Monsieur Hire, basada en la novela de George Simenon, como esta que ahora nos ocupa. Y es que, como admite en esta entrevista, es un autor al que gusta de leer y releer. Cercano, humilde y muy amable, atiende a las preguntas de La Cronosfera y nos habla de Gerard Depardieu, ese actor admirado y temido, o del cine francés y de cómo ha cambiado desde que él empezó, allá por la década de los 70.
La Cronosfera: ¿Le ha sido fácil llevar esta novela al cine?
Patrice Leconte: Cuando lees a Simenon, ya sea Maigret o no, te das cuenta de que tiene un estilo muy visual. Y tienes la impresión de que va a ser fácil de adaptar. Y no, en realidad no lo es. Tienes que utilizar mucho la imaginación. Y con la novela que hemos escogido nos hemos tomado algunas libertades para adaptarla. Enormes. Cuando le enseñé la adaptación del guión a John Simenon, que es el hijo de Simenon, una especie de guardián del templo de la obra de su padre, me dijo: te has tomado unas libertades formidables, a mi padre le habrían encantado.
La Cronosfera: ¿Por qué una novela de Simenon y no cualquier otro autor?
Patrice Leconte: Simenon es un autor que me gusta mucho leer. Lo leo y lo releo regularmente. Y con Jérôme Tonnerre, mi coguionista, pensamos que por qué no adaptar una novela de Maigret. Porque Maigret ha habido muchos en la tele, pero en el cine el último Maigret fue en el 61 (El comisario Maigret), con Jean Gabin, que era muy bueno, y nos apetecía exponer nuestro Maigret. Y por eso la película se titula así, solo con su nombre.
La Cronosfera: Gerard Depardieu es el protagonista de la película, que es un titán de la interpretación y en esta película está asombroso, pero tiene muy mala fama, de actor con el que es difícil trabajar. ¿Cuál ha sido su experiencia rodando con él?
Patrice Leconte: Ha sido muy curioso, sí. No había trabajado nunca con él, ni siquiera le conocía personalmente. Mucha gente que había trabajado con él me había advertido sobre él, me habían hecho un retrato espantoso. Pero yo pensé que iba a estar bien. Y no fue bien, fue mejor que bien. Fue un rodaje ideal. Estuvo disponible y paciente. Fue emocionante. Todo lo que me habían dicho de Depardieu era falso. Al menos en lo que para mí y para esta película se refiere. Creo que era, simplemente, porque estaba feliz de que hiciéramos cine juntos, porque le apetecía encarnar este personaje y estaba feliz de hacer esta película.
La Cronosfera: En este caso trabaja con Gerard Depardieu, pero anteriormente lo ha hecho con grandísimas estrellas del cine francés. ¿Le impone contar en sus películas con estas grandes figuras?
Patrice Leconte: En el principio, en mi primera película, hace mucho, estaba muy mal. Pero aprendí rápido. No estoy impresionado por ellos. Me gustan tanto los actores que no me impresionan. Tengo más bien buena reputación y los actores saben que no tengo mal carácter. Conozco mi profesión y la confianza se instala muy fácilmente. Cuando trabajé con Alain Delon y Belmondo (En Uno de dos) no estaba asustado. Si empezamos a estar asustados mal vamos. Yo soy cineasta, ellos actores, trabajamos juntos y todo perfecto.
La Cronosfera: ¿Cómo ha visto cambiar la industria del cine desde que llegó a ella hasta ahora?
Patrice Leconte: Para resumir mucho, he trabajado con productores que no tenían miedo. Les gustaba asumir riesgos, hacer cosas que no siempre estaban ganadas con antelación. Ya no existen muchos así. El sistema de la industria del cine se ha transformado, a mi modo de ver, en una industria muy miedosa, quedando algunos productores, jóvenes incluso, a los que les gusta tomar riesgos. Pero cada vez son menos. Lo que me molesta un poco es que el cine es una industria, es un arte, y habría que proponerle a la gente prototipos, cosas que nunca han visto, cosas con personalidad, y no cosas que siguen la corriente. Y cuando te apetece hacer algo un poco diferente, algo con personalidad, es muy difícil encontrar el dinero. Mientras que si propones algo más fácil, pero que no me apetece hacer, sería más fácil poder hacerlo. Decir que era mejor antes es una cosa de viejo bobo, pero sí, era mejor antes.
La Cronosfera: Sí, yo creo que si propones cosas nuevas no siempre el público las admite. No solo los productores no las quieren hacer, el público no las quiere ver.
Patrice Leconte: El público no es una manada de bueyes, no es cierto. No sé lo que significa ‘el público’. A la gente en general le gusta que la sorprendan. Incluso si propones algo muy conocido, intentar llegar a los espectadores con algo que creen conocer, pero que no es así, es formidable. Yo voy mucho al cine y a mí siempre me apetece que me sorprendan. Y, menos mal, todavía ocurre a menudo.
La Cronosfera: El cine francés ha sido muy importante en la cinematografía mundial, pero en los últimos años hay un esplendor especial en vuestras producciones, con mujeres haciendo películas portentosas y ganando la Palma de Oro, ¿cómo ve a esta nueva ola de su cine?
Patrice Leconte: En Francia te interesas por las cosas que sabes que van a funcionar en Francia. Yo me intereso por la carrera de mis películas en el extranjero pero no me paro a mirar cómo funcionan las otras. No tengo un análisis muy pertinente sobre el tema, pero todo es mejor si el cine francés sigue funcionando fuera.
Silvia García Jerez