El Desafío – The Walk

TT

La hazaña es tan alucinante que podría rememorarse una y otra vez. Y muchas más.

Pero sorprende que esta increíble historia ya contada, muy bien y no hace mucho tiempo, haya desafiado al director de Regreso al Futuro y Forrest Gump para repetirla en la gran pantalla como una ficción basada en un hecho real, llevado al documental ganador del Oscar pocos años atrás.

Pero claro, es Robert Zemeckis  -en 3D- y lo que consigue con El Desafío es incuestionable. Un delirio y disfrute a más de 400 metros de altura en una sensacional caminata sobre el skyline de Nueva York. Espectacular.

Porque fue todo un espectáculo lo ocurrido en la madrugada del 7 de agosto de 1974 entre las Twin Towers de New York. Y aunque Zemeckis lo convierta casi en un cuento, realmente pasó… Philippe Petit realiza el crimen artístico del siglo: coloca un cable de acero entre las Torres Gemelas que forman en World Trade Center recién construido. Y se tumba, gira y camina, una y otra vez, y muchas más, sobre el alambre suspendido en el aire, mientras los viandantes en tierra contienen el aliento mirando hacia arriba, cuando la policía espera en la azotea a que el funambulista cruce las nubes para poder detenerle. Increíble. Casi irreal.

Y no sólo emociona la proeza del show; conmueve también saber que nadie jamás podrá volver a realizarlo. Aunque viendo la película, estarán muy cerca de sentirlo.

Eso si, no miren abajo… image

El film con una estructura similar al doc, relata en primera persona el paseo en equilibrio por los cielos de la Gran Manzana.

Muy tête-à- tête, ambas, forman un sensacional pas de deux de la aventura.

Pero mientras el documental alterna imágenes y entrevistas reales con dramatizaciones falseadas y se centra, a modo de thriller, en los pasos necesarios hasta conseguir la gesta; la película nos lo cuenta en clave de biopic desde la infancia del equilibrista francés, así como también, todos los preparativos y El Desafío mismo.

imageJoseph Gordon Levitt (Petit), en la estatua de libertad y con una paleta de colores cálidos al fondo, comienza la historia del trapecista sin herencia circense pero con tremenda vocación, fascinado por America y su way of life. Cual narrador de la fábula y con un trabajado acento francés, interpreta a Petit, que sin saber por qué, decide caminar entre las Twin Towers tras ver un anuncio en la sala de espera del dentista.

imagePasamos al blanco y negro con alguna toque de color (muy de autor) para adentrarnos en los años mozos en París. Y vamos conociendo al resto de los integrantes de la performance de altura (todo muy clandestino, muy noir) con ligereza y amable humor (todo muy ameno); hasta cuando verdaderamente vibra la película, durante la caminata… Adrenalina pura.

Si bien el galardonado Man on Wire -poderosamente humano y de impoluta realización- no sólo narraba el vértigo de la altura sino que también del ego y la felicidad, la película haciendo equilibrios como blockbuster entre realidad y ficción, se queda con lo bueno y bonito del cuento; el positivismo de la superación personal que tanto gusta y aparece en la filmografía del director americano como en la mismísima Forrest Gump y Náufrago; asombrosos retos con final feliz, como el mejor Capra. Y es que el buen Robert es el gran juglar contemporáneo del sueño americano; optimista y sentimental.

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Y entonces, da igual si realmente la banda del artístico crimen hablaba en inglés, si sólo viajaron a Nueva York una vez (en lugar de tres) o si la financiación fue tan elegantemente devuelta… Te atrapa la gaviota acercándose a 110 pisos de altura y la ironía del artista en su trabajo; en los 60 metros entre cornisa y cornisa, con sus idas y venidas por el alambre tendido. Fascinante.

La cinta que se estrena el día de Navidad fue rodada en 2D convertido a IMAX3D (el mejor del año) y es perfecta para ver en familia, pero a mi parecer (y admitiendo que son lenguajes distintos), el primer acercamiento a la singular historia es más acertado. Impecable.

El Desafío es una gran lección sobre la capacidad de soñar, la determinación del ser humano y el necesario apoyo para lograr utopías (ese gran amigo que aun teniendo vértigo, se sube a la azotea a colocar la cuerda de acero… ¡menuda terapia de choque!); pero sobre todo, es un rendido homenaje a las Torres Gemelas que gracias a The Walk podemos visitar, recordar o conocer… Y qué gustazo volver a verlas tan majestuosas.

Completan el reparto, Ben Kingsley como el mentor Papa Rudy, dueño del circo donde se formó el protagonista y Charlotte Le Bon, esa novia que verdaderamente consiguió que el acróbata convirtiera su sueño en realidad.

Disfruten… Y miren siempre hacia arriba.

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