INDEPENDENCE DAY: CONTRAATAQUE

Will Smith protagonizó la primera entrega
Will Smith protagonizó la primera entrega

DE DÓNDE VENIMOS

Will Smith siempre ha sido un hombre inteligente. Acabando su adolescencia se hizo millonario gracias a su dúo rapero DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince, el mismo Fresh Prince que posteriormente dio título, en inglés, a la serie que le empezó a granjear la fama que luego lo llevaría a convertirse en el rey de Hollywood: El príncipe de Bel Air. Al finalizar la sicom se le juntó el éxito de Dos policías rebeldes y ambos le dieron paso al trabajo que lo terminó de consagrar en el cine, Independence Day.
La cinta, que mezclaba con acierto acción y ciencia ficción, fue dirigida por el alemán Roland Emmerich, uno de tantos directores europeos que han convertido a la industria del celuloide norteamericano en una leyenda. El resultado fue tan espectacular en la forma y tan redondo en el fondo que Independence day pudo, desde el momento de su estreno, presumir de haber aunado en un solo título la nostalgia que dejaban los clásicos de los ochenta y que la nueva década no era capaz de seguir generando.
En otras palabras, el film de Emmerich trajo de vuelta, a los noventa, la magia de las películas que más gustaron en la década previa. No era poca cosa. Además de diversión y de una base sólida en un guion admirable lleno de momentos brillantes que el director firmó junto a Dean Devlin, se daba en la ecuación una dirección prodigiosa que llenaba de tensión y adrenalina las salas en las que se proyectaba.
El éxito vino solo. Y junto a él, la intención de rodar una segunda parte. Pero como éstas, según cuenta la leyenda, nunca fueron buenas, su protagonista y uno de los héroes de la misma, Will Smith, jamás fue partidario de llevarla a cabo. Y no se hizo.
Veinte años más tarde la situación se ha dado la vuelta: Will ya no es la estrella que era, su prestigio está en mínimos y a falta de comprobar el funcionamiento en taquilla de Escuadrón suicida, a partir del día 5 de agosto, ya no es un nombre relevante para sostener un macro proyecto.
Por otro lado, las secuelas se han adueñado del mercado. Secuelas, remakes, reboots… buena parte de los estrenos que desde hace un tiempo nos llegan de Hollywood son viejos conocidos, y por delante tenemos unos cuantos más con fecha de estreno marcada de aquí a varios años. Era el momento y, ya fuera con Will Smith o sin él, se rodaría.
El 1 de julio llega, por lo tanto, Independence Day: Contraataque a los cines españoles. Y será entonces cuando le demos la razón a aquel que se negó a hacerla.

DÓNDE ESTAMOS

La nave Moon Tug que vemos en la película
La nave Moon Tug que vemos en la película

Independence Day se estrenó en 1996 y la segunda parte llega, tanto en la realidad como en la ficción de su argumento, veinte años después. La humanidad está ahora más preparada, ha aprendido de la tecnología extraterrestre recogida de la primera batalla y además se ha organizado para hacerle frente a una posible nueva invasión, que por supuesto se hace efectiva cuando los alienígenas dan la orden oportuna.
Empieza el espectáculo. Pero en seguida nos damos cuenta de que la idea de reencontrarnos con una maravilla parecida a la anterior no tiene fundamento. No hay acierto alguno en ningún aspecto de la cinta. El guion, lejos de provocar admiración, solo admite preguntas, la acción es plana, sin emoción que te ate a la butaca y el humor, muy presente a lo largo del metraje, tampoco funciona. La magia que llevó los ochenta a los cines de los noventa no se materializa en el nuevo siglo.
Técnicamente queda fijarse en el apartado del diseño de producción, que es donde el film puede conseguir alguna décima que la salve de la nota negativa. La raza alienígena, sin dejar de recordar a la imaginada por H. R. Giger para la saga que se inició gracias a Ridley Scott, porque ya es imposible olvidarla, tanto para el público como para los diseñadores de criaturas, resulta curiosa y un tanto divergente al respecto de lo que llevamos décadas viendo en el género.
También las naves en las que luchan los héroes de esta nueva entrega son un aspecto a tener en cuenta. La Moon Tug, que pilota Jake Morrison, una aeronave especialmente diseñada para aterrizar en la Luna, es un regalo para la vista. Y no será el único, pero hay cosas que es mejor descubrir en la sala oscura.
Respecto a los intérpretes, buena parte del elenco inicial se repite. Era inevitable, no todos iban a decantarse por permanecer al margen. Jeff Goldblum, Bill Pullman o Brent Spiner, en el papel del entrañable doctor Okun, repiten presencia en la secuela. Pero en esta ocasión son el desconocido Travis Tope y Liam Hemsworth, hermano de Chris y una de las cabezas de cartel de la saga Los juegos del hambre, los que se encargarán de la difícil tarea de librarnos de los invasores.

Liam Hemsworth y Travis Tope, a su derecha, escuchan a sus instructores
Liam Hemsworth y Travis Tope, a su derecha, escuchan a sus instructores

Y sí, se echa de menos a Will Smith. Ni Liam ni Travis tienen su carisma y el recuerdo de lo que supuso su protagonismo en el film requiere de una personalidad igual de arrolladora que la suya para situar la película al nivel de la leyenda que el actor contribuyó a crear. Pero tal vez hizo bien en no querer intervenir en esta entrega porque pretender retomar el Olimpo partiendo de los escombros podía haberse vuelto aún más en su contra.

HACIA DÓNDE VAMOS
Que segundas partes nunca fueron buenas es un dicho que tiene una validez relativa. Hollywood siempre las ha rodado, pero jamás había rozado, igualado o incluso superado el número de producciones que no fueran originales a las que sí lo son. Hasta ahora. Por lo tanto, es normal que cuando ya se generan tantas secuelas, al menos por estadística, más de una salga bien.
Muchas voces se alzan hoy a favor de que El Padrino II no solo sea considerada tan buena como la primera, sino como un film superior al que inmortalizara Marlon Brando. También, de la primera trilogía de La guerra de las galaxias, es El Imperio contraataca la que goza de mejor consideración. Aliens, el regreso, sin ser mejor que Alien, el octavo pasajero, le hace una sombra que la deja en muy buen lugar. La jungla 2 (Alerta roja) no tiene nada que envidiarle a su predecesora, e Indiana Jones y el templo maldito, que no es una obra maestra como En busca del Arca perdida, se puede ver tantas veces como se quiera que la calificación de magistral no se la quita nadie.
Hay auténticas joyas detrás de las segundas partes, no todo es tópico en el cine, pero Independence Day: Contraataque no se encuentra en ese apartado. Tal vez, si la película tiene éxito, si se llegara a rodar una tercera y alcanzara el nivel de Toy Story 3, posiblemente la mejor de la trilogía, solo entonces podríamos situarla en otro casillero de títulos modelo. Pero hasta que ésta llegue y lo comprobemos, nos decantamos por la primera.

Silvia García Jerez

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