Hablamos con Michelle Jenner por NUESTROS AMANTES
Michelle Jenner lleva una año prodigioso. Después de empezarlo con Tenemos que hablar, cinta donde ella brilla con solvencia, la hemos visto en un papel pequeño, pero fundamental, en Julieta, el último trabajo de Pedro Almodóvar. Seleccionada para competir en sección oficial en el festival de cine de Cannes, se vino sin premio alguno, al igual que todas las que, como nuestro largomentraje representante en el certamen, fueron aplaudidas y aclamadas. Ahora, Michelle estrena una comedia con mucho diálogo y un romanticismo propio del cine de Woody Allen, Nuestros amantes, en la que comparte cartel con unos estupendos Eduardo Noriega y Fele Martínez.

La Cronosfera: ¿Qué pensaste cuando recibiste este guion?
Michelle Jenner: Yo me quedé prendada desde la primera página de ese personaje porque al principio no entendía nada. Yo decía: ¿pero qué es esto? ¿Y esta chica? ¿Cómo le entra así a este chico? ¿Qué está pasando? Y me atraparon los diálogos porque es una película que tiene diálogos absolutamente brillantes.
L.C.: No sé a ti pero a mí me recuerda mucho al cine de Woody Allen o a la trilogía de los amaneceres de Richard Linklater.
M. J.: Exacto. Son películas de hablar, de personajes hablando, básicamente, hay poco más.
L. C.: Pero eso también tiene su arte.
M. J.: Por eso te digo.
L. C.: Todos los juegos de palabras que vais haciendo hay que pensarlos y escribirlos.
M. J.: Sí, yo creo que Miguel Ángel ha plasmado en este guion cosas que además hemos vivido todos, de alguna manera, y con las que nos sentimos muy identificados, pero con ese toque de humor maravilloso.
L. C.- ¿Cómo ha sido trabajar con Miguel Ángel?
M. J.: Pues una maravilla, la verdad. Lo hemos disfrutado mucho. Es un director que te da mucha libertad para improvisar y aportar cosas que tú creas que pueden encajar, para equivocarte, para probar cosas que a lo mejor no van a encajar nada, pero de repente a lo mejor sale algo que sí… Yo creo que hemos jugado mucho, al igual que los personajes en la película, en los ensayos anteriores al rodaje. Nos ha dejado probar mil cosas, con lo cual ha sido un proceso de ensayo muy creativo.

L. C.: ¿Y con Eduardo Noriega?
M. J.: Muy bien también. No nos conocíamos y tuvimos una reunión pequeñita para hablar del proyecto y ver si se podían encajar las fechas, y ya cuando todo se pudo, directamente en los ensayos hemos congeniado muy bien. Desde el principio. Yo lo he visto perfectamente como el Carlos que hay en el guion y él me ha visto perfectamente como Irene, y nos lo hemos pasado muy bien.
L. C.: Viendo la película me ha venido a la mente aquella frase de «el amor crea extraños compañeros de cama» y la he cambiado un poco por «el desamor crea extraños compañeros de juego».
M. J.: Absolutamente. Sí, sí, estos dos personajes están viviendo su propia historia de desamor y de ahí acaba naciendo una historia de amor. Yo creo que la película trata las relaciones de pareja desde todos los ámbitos, desde el desamor, la ruptura y el engaño hasta el comienzo de una nueva relación y su parte más brillante, también.
L. C.: Me encanta la escena del encuentro entre las dos parejas y no sé hasta qué punto te fue complicado hacerla, porque pasas de la comedia al drama con facilidad.
M. J.: Es verdad que ese momento de la película es más cómico y cuando ya pasamos a este encuentro ya se vuelve más seria, como la vida misma. Pero ahí está Lamata llevando la batuta y dirigiendo y si ha quedado bien es en gran parte gracias a él.

L. C.: ¿Hay alguna escena de la película que tengas como favorita?
M. J.: Hay muchas que son mis favoritas pero hay una que me gusta mucho que es cuando estamos en el parque por la noche y en la que Edu estalla, que me parece que está muy brillante. Y otra que también me gusta mucho es esa en la que estamos paseando por la calle Alfonso con la Steady, que es como de cuatro minutos del tirón. Me gusta por los diálogos que tiene. Hay muchas pero estas dos serían mis favoritas.
L. C.: Háblame de las localizaciones del rodaje, porque son preciosas.
M. J.: Son muy bonitas, creo que Aragón, en la película, es un personaje más. Es como una postal en movimiento de sus provincias. Yo no estuve en Boltaña, me quedé con muchas ganas de conocerlo, pero estuve en Zaragoza y en Teruel, que fue un privilegio que nos dejasen rodar donde están Los Amantes. Fue muy bonito.
L. C.: ¿Y sobre el vestuario qué puedes comentarnos?
M. J.: Es como el personaje de ella, ¿no? En algunos momentos es un poco loco. Hay un momento dado, cuando lleva la falda que es como medio larga, en que la parte de arriba es la parte de arriba de un pijama. Y el personaje siempre lleva las uñas pintadas. Va con la cara lavada pero con las uñas pintadas. El juego que tiene ella también se muestra en el vestuario.
L. C.: Aparte del shock que supuso para ti ver que la chica estaba muy loca, ¿te reconoces en ella en algo?
M. J.: En parte sí, en partes de lo que hablan en algún momento dado sí. Y en algunos aspectos del carácter de ella, aunque yo no soy tan lanzada, ni nunca le entraría a nadie como le entra ella. Pero sí creo que tengo esa parte de jugar, de experimentar, de seguir queriendo tener sueños, que es algo que dice ella, que es muy importante y es algo que yo intento tener siempre.
L. C.: Y además serás lectora, imagino.
M. J.: También, por supuesto. Eso siempre, desde chiquitita. Me encanta leer.
L. C.: O sea, que has leído a Capote y a Bukowski.
M. J.: Pues a Capote y a Bukowski les conocí a raíz de esta película. O sea, los conocía, pero no había leído nunca nada de ellos y Miguel Ángel me regaló dos libros que me leí en el rodaje, y la verdad es que fue todo un descubrimiento.
L. C.: Una de las cosas que también me gusta mucho de la película es cómo mezcla los sueños con el cine.
M. J.: Es también como la vida misma. Cuando uno está enamorado tiene esas ensoñaciones, esas cosas que se imagina, que son muy idílicas, y yo creo que eso también lo plasma y son momentos muy bonitos en la película.
L. C.: Para terminar, ¿qué le dirías al público para que fuera a verla?
M. J.: Pues que vayan al cine porque tiene mucho humor y mucho amor, y unos diálogos que son absolutamente brillantes. Y que por los dos pases con público que hemos vivido hasta el momento la gente se lo pasa realmente bien. Creo que la gente sale del cine con la sensación de haber pasado un buen rato, con la sensación de haberse enamorado de los personajes. Y con ganas de enamorarse del que tenga al lado. (Risas)
Silvia García Jerez