Verónica Forqué: A Rosa María Sardá la he querido con locura
Verónica Forqué es un mito vivo de nuestro cine. Posiblemente muchos jóvenes no recuerden ni que su rostro fue en los años 90 uno de los más famosos de la pequeña pantalla. La serie Pepa y Pepe, que protagonizó junto a Tito Valverde, es historia de TVE.
Pero antes de ser la Pepa de España, Verónica ya era una leyenda en el mundo de la interpretación gracias a títulos como El año de las luces, Bajarse al moro, Sé infiel y no mires con quién o ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, por su trabajo junto a Pedro Almodóvar en las estupendas ¿Qué he hecho yo para merecer esto? o Kika o, remontémonos a sus inicios en los años 70, su Vito de La guerra de papá, el alegato familiar antibelicista que rodara a las órdenes de Antonio Mercero.
Por lo tanto, estar frente a Verónica es algo muy especial. No pasa todos los días y como ella misma dice, yo hacía mucho que no hacía cine, porque llega un momento en el que cuando pasas de los 50 el cine… y de pronto apareció este proyecto, y me hizo una ilusión, con la Sardá, Lanzarote, con una directora… y fue todo muy fácil y muy emocionante. Aunque la isla al principio no me gustó nada porque tanto sol, con esta piel tan clara y mis ojos tan claros, me mata. Ese sol, ese viento, menos en el cuarto del hotel (Risas), pensé que madre mía, qué mes y medio… pero de pronto la isla te empieza a enamorar y me volví loca.
Ahora nos reencontramos con ella gracias a Salir del ropero, una película en la que trabaja junto a la recientemente fallecida Rosa María Sardá. A ella le ha dedicado el photocall del encuentro con la prensa, en el que le ha echado el humo de un cigarrillo real a la foto de la actriz en el póster de la película. Verónica aclara: Así hacíamos, porque no podía fumar. Entonces yo daba una calada y le echaba el humo y ella lo recibía cerrando los ojos y decía: qué rico. Y yo: Ya está.
Sobre Rosa María solo tiene palabras de admiración: Rosa es una persona que aunque tiene ese carácter con sus prontos, con su mala uva, fue muy lista. Y muy brillante. Y cuando alguien no le caía bien, cuidado. Pero luego era divertida, lista, graciosa, sabía más que nadie. Y yo la quería con locura, la quiero con locura. He aprendido muchísimo de ella. Y menudo pelo tenía. Qué envidia. Lo mío es todo postizos.
Verónica es noticia esta semana por partida doble: ha sido galardonada con el premio Max de teatro a la mejor actriz por Las cosas que sé que son verdad y además estrena Salir del ropero, una comedia muy reivindicativa que ella defiende también desde el punto de vista personal:
mi lema es lucha para ser libre, afirma, que no es sencillo en absoluto. ¿Y qué significa ser libre? Hay que reflexionar mucho sobre eso. Decir: ‘paso de todo’, eso no es ser libre. Por eso es un tema muy interesante. Y esta película habla de ser libre, de que te acuestes con quieras dormir, vive con quieras vivir, ama a quien quieras amar, vístete como quieras, haz lo que quieras. Mientras no le hagas daño a nadie.
Verónica Forqué no solo habla de la situación de las mujeres de más de 50 años en el cine, también en la vida: Yo soy del año 55, cumplo 65 en diciembre. Y de mi generación, primero no se te pasaba por la cabeza que te pudiera gustar una chica. Y a las que sí se les pasaba, porque eso es biológico, está en la naturaleza, no se lo decían a nadie. A los chicos se les notaba más, pero a las chicas no porque no tienen la pluma, no sé. Pero a todos nos gusta follar. Y las chicas de mi edad estamos vivas, nos gusta follar. Queremos follar y follar bien. Tener amigos, no queremos maridos, yo no quiero un marido ni en pintura. Ni novios, tampoco. Quiero follamigos.
Silvia García Jerez