Tito Restaurante

Como os decía en mi anterior artículo, en Pobla del Fornals me encontré, no uno, sino dos Rolex. El primero, el “Hotel de la Playa«, del que ya os hablé;  el segundo, este: “Tito Restaurante”.

Pero este no es que sea un Rolex, es que es un Rolex de oro a estrenar, porque el restaurante, que no sé exactamente cuando abrió, es tan nuevecito que aún no tiene ni página web. Arriba os he copiado la dirección, como siempre, pero es más para un futuro porque si entráis veréis que está aún “en contrucción”. Por eso os acompaño también su página de Facebook y su dirección y teléfono, por si os animáis a cotillear un poco más o a reservar (Plaza Corts Valencianes  1, 46137 La Pobla de Farnals- Tef +34 961 46 83 66). El sitio realmente merece la pena.

Así como al “Hotel de la Playa” llegamos por recomendación de una de mis hermanas, que es como nosotros disfrutona en el comer, a éste si nos llevó, como en el “Txa Tei”, el auténtico azar. Mi marido había propuesto ir a cenar a una Pizzeria que habíamos visto al pasar, por eso de no volver a repetir en el Hotel de la Playa, y conocer algo más, pero cuando pasamos con el coche la vimos llenísima. Aunque el hecho de que estuviera tan llena podía ser garantía de buen sitio, nos dio un poco de perecilla y dudamos un poco. Pero seguimos dispuestos a ir. Sin embargo, al buscar donde aparcar… de repente, ante nuestros ojos brilló:  “el Rolex”!! Nada más verlo, me pareció que el sitio tenía una pinta extraordinaria.

Se veía con facilidad porque, siendo de noche y estando situado en una zona relativamente poco iluminada, destacaba lo nuevo del local y, sobre todo, la luz que irradia, no exagerada pero si procedente de unas lámparas del interior, que se ven desde fuera y destacan por modernas y elegidas con un excelente buen gusto. Ya sólo con eso, me anime a bajar del coche y acercarme a cotillear la carta…y una vez cotilleada, no nos quedó otra que bajar del coche y quedarnos.  Si la cosa pintaba bien, encima había sitio para aparcar justo enfrente, así que como íbamos a resistirnos…

Al entrar al “Tito”,  ya nos encantó. No es muy grande pero está muy bien decorado. Se combinan en el local mesas cuadradas, más íntimas,  con mesas redondas, para cenas más de grupo, todo ello salteado con sillas variadas de madera y tela en verde. Al fondo, destaca un fresco en la pared, con un sofá tapizado en gris-lila justo delante, que le da al restaurante un ambiente muy cálido y mucha personalidad. Pero, sobre todo, nos resultó muy agradable la combinación de flores, velitas y distintos modelos de lámparas, todas preciosas, que le dan al sitio una iluminación y alegría especial. Y si a todo ello unimos la simpatía con la que te acogen al entrar, la predisposición que crean en el cliente para disfrutar de la comida, no puede ser mayor. Y eso que nosotros llevábamos como compañía a nuestros dos diablillos (de los que aún no pagan en Renfe…calculen edad….), que se portaron como dos santos pero que normalmente  no suelen hacer que te reciban, en este tipo de locales, con los brazos abiertos (cosa que, por otra parte, entiendo perfectamente).

Pero la sorpresa y calificación “de Rolex” del sitio no fue sólo por la decoración y servicio, que también. Sino, básicamente, por la comida. Excelente y abundante. De primero pedimos unas gambas al ajillo, de esas que ya casi se me había olvidado que existen. Ración generosa y con gambas de las de verdad (no las congeladas que usan muchos locales): de buen tamaño, con su saborcito, bien jugosas y muy bien cocinadas, con su toque exacto de picante. ¡¡Hasta pan tuvimos que mojar (y en abundancia)!! Un 10 por este plato. Ah, y, para empezar, también pedimos una ensalada de burrata con tomate, que estaba muy buena y casi no podemos terminar de lo grande que era.

De segundo pedimos solomillo de cerdo y  una pasta con trufa y piñones. Aunque nos quedamos con las ganas de pedir un arroz porque tenían todos una pinta estupenda, no nos arrepentimos porque tanto la pasta (al dente) como el solomillo estaban deliciosos y venían muy bien presentados. Del postre, lamentablemente no podemos dar opinión porque acabamos tan llenos con los primeros y segundos, que no pudimos atacarlos y sólo pedimos un café. Como detalles que os darán una idea del tipo de restaurante que es, os comentaré que salió el cocinero casi al final a preguntarnos qué tal habíamos comido y si habíamos disfrutado; y cuando nos íbamos, tuvieron el detallazo, pequeño en coste pero que nos pareció muy de agradecer, de dar unas gominolas  (o unos chuches, como diría Rajoy) a los niños. Así que al final hasta terminamos con un mini-toque dulce. Sin duda, con detalles como estos es con lo que te ganas la simpatía de la clientela. Así que, con lo que os he contado, no os extrañará que diga que es un lujo de sitio….y, encima, lo único que no tiene de Rolex es el precio. Por todo esto pagamos, con bebidas e IVA incluido 55 EUR.

En resumen, un sitio muy, pero que muy, recomendable.  ¡¡Nada que criticar!! Excelente comida, buena decoración,  servicio super-amable y buen precio. Vamos, un 10. Bueno si, una crítica final: Que no esté en Madrid y no podamos ir más a menudo 😉

                                                                                                                             La Guindilla

Un comentario en «Tito Restaurante»

  • Recomiendo el restaurante Pacos motivó motivo de la playa Puebla de farnals de toda la vida situado ahora en Massamagrell plaza de la noría n°5

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