TIERRA BAJA- La vida en el campo abona los sentimientos

Aitana Sánchez-Gijón nos presenta “Tierra Baja”, su última película antes de que reciba este próximo sábado el Goya de Honor de 2024. Encarna a una guionista de cine que huye a la vida tranquila del campo. Sin embargo, todo se complica más de lo previsto con los recuerdos atormentados de un antiguo amor que aparece de nuevo en su vida.

Miguel Santesmases ha dirigido y hecho el guion de “Tierra Baja” (esto último con la colaboración de Ángeles González-Sinde) y se estrena ahora en salas de cine, donde se disfrutará mejor de las imágenes que nos brinda. Ha contado con la ayuda de un equipo técnico selecto donde hay personal de filmes alabados como la también aragonesa “La Estrella Azul”, y es su quinto largometraje de una carrera espaciada que incluye entre otras la adaptación de la novela de Lucia Etxebarría “Amor, Curiosidad, Prozac y Dudas ”. Al igual que su anterior “Días Azules ”, ha enfocado el argumento en las relaciones personales entre los protagonistas y los recuerdos de tiempos mejores en un ambiente rural. Fuera de esto, no hay más similitudes, porque si allí se ambientaba en la Galicia costera húmeda, aquí nos situamos en la vegetación de los pequeños pueblos de Teruel, en el Bajo Aragón.

Charlamos con Miguel Santesmases para conocer más sobre la película:

-La Cronosfera: Tras un proceso de 6 años desde la primera idea, terminasteis de rodar «Tierra baja» en 2023, y hasta ahora en 2025 no estrenas, en vísperas del Goya que otorgan a Aitana. ¿Es normal este plazo, o ha ocurrido algún problema en la producción?

-Miguel Santesmases: No ha habido nada de especial, estos plazos pueden ser normales para una productora pequeña como es la nuestra. Obviamente si hubiéramos tenido más presupuesto hubiéramos estrenado antes. Pero ahora es nuestra ventana de oportunidad perfecta. Claro que nos aprovechamos de que Aitana reciba su Goya ahora. Es de cajón, ya sabíamos todos que es una actriz excelente. Modestamente pensamos que hemos contribuido también con nuestro granito de arena a ese Goya porque es la película que ahora presenta.

-LC: Aitana está espléndida ¿Fue ella tu primera opción de actriz? En el caso de Pere, creo que manejasteis a Alberto San Juan en un principio

-MS: Dice Woody Allen que “hacer un casting es muy fácil: basta con coger el mejor actor que este disponible”. En el caso de Pere fue así, pensamos en Alberto, pero al ponernos manos a la obra dejó de estar disponible, y Pere lo estaba. Estoy muy contento, porque es un buenísimo actor que siempre me ha gustado, y yo llevaba 20 años queriendo trabajar con él.

Y respecto a Aitana, siempre fue mi primera opción. Por supuesto que hay otras actrices de esa misma edad que encajaban en su personaje, pero en ella se combinaba mejor que en otras la energía del personaje. Era fundamental para mí que yo me creyera que esa mujer es escritora, que sabe escribir. Y Aitana sabía que lo iba a bordar. Para más carambola, tuve la suerte de que le llevé el guion y le encantó. Y, además, la elección de Pere como compañero protagonista fue totalmente de su gusto. Así que todos contentos.

Goya de Honor de 2024

-LC: En la película se plantean varios temas personales y sociales. ¿Qué pensaste al principio reflejar con ella, sobre todo?

-MS: Por supuesto, he depositado varios temas en la película. Pero sobre todo quería reflejar el reencuentro de los dos protagonistas, y además retratar lo que se siente con esa edad, que yo conocía porque la he rebasado hace poco. Esa etapa de la madurez de los 50-60 años, donde has vivido ya ciertas cosas, pero no sabes qué va a ser de tu vida después.

-LC: La fotografía (con el entorno que acompaña) es preciosa, con sus planos largos. Supongo que era algo cuidado, ya que cultivas igualmente a la fotografía artística de modo profesional.

-MS: Por supuesto. Pero también te diré que cuando se me acerca alguien y me dice que le ha gustado la fotografía, me preocupo. Y así se lo digo. Porque creo que hay que ver la película desde el lado de la emoción, más que desde el lado de la fascinación que despierten las imágenes.

Tras estas impresiones, metámonos en harina de «Tierra Baja»:

El planteamiento es aparentemente sencillo y puede ser familiar para mucha gente, especialmente desde lo ocurrido en la pasada pandemia del Covid que impulsó a pensar que «si viene otra, que a mi me pille en el campo»:

Carmen (Aitana Sánchez-Gijón). una guionista de cine madrileña de éxito, en plena crisis existencial a sus 55 años decide dar un giro a una vida más tranquila, para irse a vivir a su vieja casa familiar de Teruel (en Belmonte de San José, cerca de Alcañiz) con el objetivo de controlar que las cosechas de aceitunas de su tierras no se pierdan. Y de paso, ocupar su mente.

La vida pasa apaciblemente en esos paisajes tranquilos de la “España vaciada” que ahora se pretende reivindicar (y esta película es una buena aliada para ello). Carmen también disfruta en su trato con su prima y su amiga (unas estupendas Lydia Vera y Sonia Bel Faci que fueron elegidas entre habitantes reales de la zona sin especial experiencia actoral, siendo muy creíbles) o con el «manitas» lugareño (Javier Guzmán, igualmente sin experiencia profesional actoral).

Goya de Honor de 2024

Sin embargo, una postal que recibe con retraso de Eduardo, un viejo amor (encarnado por un más que competente Pere Arquillué) y lo que descubre después hace que se rompa el sosiego de su vida. Y que en su mente implosione un torrente de recuerdos atormentados que le impelerán a escribir un nuevo guion, aunque había decidido ya colgar sus hábitos profesionales.

En el filme de Santesmases el espectador no sólo se sumerge en el ambiente tranquilo de la casa rural donde la protagonista mora, sus silencios y sus preciosos paisajes captados con una fotografía que se deleita con gusto gracias a la labor de Alberto Pareja. Además de esto, el hilo donde se confunde la vida real y la vida interior y angustia de Carmen hace que el espectador no se quede pasivo contemplando, sino con la mente viajando y empatizando con los personajes. Es por ello una virtud, si bien pueden descolocar un poco algunos pasajes donde se pierde la trama.

Hablando de los personajes, ambos protagonistas brillan, se compenetran y son creíbles. Sánchez-Gijón demuestra su oficio y por qué le van a dar con todo el merecimiento el Goya honorífico en apenas unos días, bordando y totalmente metida en el personaje de Carmen. Y Arquillué le acompaña estando en segundo plano.

Vamos a resaltar también algunos aspectos que quizá pasen inadvertidos en otras reseñas:

Por un lado, es un filme plenamente emocional, y llega a su culmen en las escenas conmovedoras de los llantos de los dos protagonistas: Carmen, en su casa, y Eduardo, en el mirador campestre. También hay que mencionar el papel importante en la película de la música de Alejandro Román (“La pasajera”, “El perfecto desconocido” ) que acompaña a las escenas.

Y por otro, Tierra Baja es un drama romántico, sí. Pero además de amor (en pleno desarrollo de la película este que escribe llega a imaginar una posible línea romántica entre Carmen y Damián, el manitas), hay espacio para más temas: Por un lado, la tortura mental y el arrepentimiento de lo que no llegaste a hacer o rematar. Por otro, se llama al fantasma de la muerte; se reivindica el valor de la “España vaciada”. Y hay espacio para que el oficio del cine, esa fabrica de ilusiones, sea igualmente protagonista. Sobre esto último, los dardos envenenados que se lanzan en sus conversaciones Carmen y Eduardo probablemente sean saboreados con gusto por los profesionales del sector.

Ah, aunque sea espóiler, también hay final feliz. Por todo ello, aquí hay más miga de lo que parece un simple filme de ambiente rural con bonita fotografía. Nos atrevemos a decir que podría convertirse en filme de culto para cierto tipo de público que huye del cine de imágenes a toda velocidad que le dejan a uno agotado.

JAVIER SAN VICENTE

Tierra Baja

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