THE RITUAL: El exorcismo más documentado

Puede que The Ritual parezca una película más de exorcismos, otra con la que llenar el carro, tan a rebosar ya, de cintas que nos muestran a una pobre chica -normalmente son ellas las poseídas- a las que un demonio ha decidido torturar. Pero este caso, si lo estudiamos bien, en realidad fue que el dio origen a todo el cine que llegó después.

Y es que se trata del caso más documentado de posesión en la historia de los Estados Unidos. Tuvo lugar en Iowa en 1928, de él se ocuparon el padre Theophilus Reisinger (Al Pacino) y el padre Joseph Steiger (Dan Stevens) y las notas de éste último sirvieron de inspiración para innumerables artículos, libros y películas, entre ellas para El exorcista (1973), esa que es referencia fundamental en el género y todo el mundo tiene en mente cuando se habla de exorcismos, la haya visto o no.

Al Pacino interpreta al Padre experimentado en este caso de exorcismo en The Ritual
Al Pacino interpreta al Padre experimentado en este caso de exorcismo

El problema de The ritual no estriba en la película en sí, que es muy digna, interesante y formalmente muy elegante, con los rituales separados por etapas y numerados, para que no nos perdamos y vayamos viendo la evolución de la pobre Emma Schmidt (Abigail Cowen) en su proceso de lucha interna con el demonio que la habita, el problema de la película en realidad es externo a ella, porque hemos visto tantas de exorcismos que asistir al caso que dio inicio a todos los demás nos sabe a manido. En vez de verlo como el original lo asumimos como copia y no le damos la importancia que tiene. Que tuvo.

David Midell, su director y coguionista junto con Enrico Natale, le da un aire clásico al conjunto que se agradece. Que no resulte excesivo, manierista e histriónico es un alivio. Pareciera, como bien dice el experimentado padre al que interpreta Al Pacino, algo tan normal en la vida de un sacerdote que sólo hay que seguir las rutinas que los exorcismos exigen. Ya en 1928, recordemos. La Iglesia, según este dato, ya llevaba haciendo exorcismos mucho tiempo.

Y las rutinas son siempre las mismas, las que hemos visto en cientos de películas, entre las que destaca la más importante, y a la que ninguno de los nuevos sacerdotes que ayudan al que las indica hace caso: no escuchar al demonio, que va a intentar confundirte para hacerse más fuerte en el cuerpo que ha poseído.

The Ritual parece una película de sobremesa, de esas que programan las televisiones para llenar la tarde de los fines de semana, y no es mala apreciación pero su elegancia, sus efectos especiales tan bien dimensionados en la trama, nada excesivos, muy medidos, y las interpretaciones de sus protagonistas, un Dan Stevens que cumple con su cometido de padre torturado por estar perdiendo la fe, y de un Al Pacino nada histriónico -ya que él tiende a subir el tono de sus trabajos por encima del que el personaje requiere si el director no lo frena-, y en un papel en el que nunca lo habíamos visto previamente en su carrera, hacen de la película una curiosidad muy estimulante dentro del género, a la que no debemos subestimar por haber llegado más tarde que aquellas a las que dio pie.

Posiblemente pase desapercibida en una cartelera copada cada semana por, literalmente, decenas de títulos que llegan esperando un espacio que las grandes producciones normalmente no les dan, pero aquel espectador que entre a la sala en la que la proyecten puede salir satisfecho con una producción que cuenta su historia sin irse por las ramas, como tantas otras, que trata con rigor a sus personajes y que se ciñe a los sucesos ocurridos con la elegancia que recuerda al mejor cine británico. No estamos ante nada nuevo pero tal vez, si lo pensamos bien, sí estamos ante algo mejor. Y eso siempre se agradece.

Silvia García Jerez

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