SPIRAL: SAW – Crímenes como castigo
Spiral: Saw es la nueva entrega de la saga Saw, que inició James Wan al principio de su carrera como director, allá por el año 2004. Con Saw le ofreció a los amantes del género de terror un nuevo universo, con un asesino de mente perversa y crímenes crueles con un juego macabro como base en el que la víctima puede salvarse si accede al mal menor que Jigsaw le propone. Pero el juego solo es una justificación para que parezca que hay salida. Lo que hay es redención, aunque ya sea demasiado tarde.
Jigsaw, palabra que significa rompecabezas, es el apodo de John Kramer, personaje ficticio que da pie a una saga de la que casi cada año tenemos nuevo título.
Spiral: Saw es la que toca en 2021, y de nuevo cuenta con muertes nada civilizadas, pero tampoco demasiado escandalosas. Sí, son ingeniosas, pero no se regocija en ellas como los amantes del gore le piden a la saga.
En esta novena película dedicada al personaje, serán los policías Zeke Banks (Chris Rock) y su compañero William Schenk (Max Minghella) quienes investiguen unos horribles crímenes que tienen como víctimas a otros policías. El cuerpo está revolucionado porque se da cuenta de que cualquiera puede ser el siguiente.
Saw siempre ha contado con un esquema similar y una razón por la que Jigsaw elige a sus víctimas. Parece que son escogidas al azar y lo cierto es que no, ya entenderemos por qué fueron ellas a lo largo del metraje. Pero a lo que el espectador va a verlas no es tanto el por qué, como en otras películas en las que hay que entender la motivación del asesino para darle caza, el público lo que quiere es constatar el ingenio del asesino a la hora de plantear las muertes. Y hay que reconocer que es una saga ejemplar en ese sentido. Otra cosa es el gore que el director decida imprimirle, si la hace más o menos gráfica en su violencia. Y en su montaje frenético para mostrarla en mayor o menor medida.
Sí, tal vez el montaje sea un poco mareante, igual que el arranque, nada claro en su exposición de tiempos narrativos con respecto al presente de la investigación. Demasiado ir y volver en el tiempo para conservar el suspense del caso, pero una vez que encarrila su desarrollo, todo va con la tranquilidad que ofrece el sabernos ubicados sin preguntarnos más qué está pasando y a quién.
Y hay que señalar que en el caso de Spiral: Saw, el nivel de los asesinatos no decae. Tal vez aquí encontremos menos sangre, pero también hay que tener en cuenta un detalle importante: un reparto en el que están presentes los nombres de Chris Rock, cómico legendario en el oficio, Samuel L. Jackson, secundario que arrastra masas a los cines, y Max Minghella, rostro conocido de títulos de prestigio como La red social, Los idus de marzo o la serie de HBO El cuento de la criada.
Con ellos en el cartel de la película es de imaginar que el nivel de gore no va ser excesivo. Si esperas una taquilla abultada debido a la presencia de esas estrellas la violencia tendrá un límite, y Spiral: Saw se acerca a él lo máximo posible para que el público aguante sin marcharse de la sala.
Es cierto que el fan de la saga busca algo que Spiral: Saw no le da al nivel que pide, pero es que hace tiempo que Saw se volvió comercial y lo extremo hay que medirlo antes de espantar a quienes no lo aceptarían como los amantes más acérrimos de los platos fuertes.
Pero si no le echamos en cara que no tenga diez minutos más de gore podemos concluir que se trata de una película que se puede disfrutar dentro de un universo que ya es conocido y del que ninguno de sus guionistas y directores se salta las reglas.
Sabemos a lo que vamos y por eso vamos. Y los asesinatos en Spiral: Saw están muy bien pensados. Aquí el cuerpo de Policía es el que sale mal parado, y la explicación de por qué es así también es brillante.
De los actores no se puede decir lo mismo. Chris Rock en su faceta dramática no sobrepasa la barrera de lo insoportable, como le suele ocurrir en la comedia, pero tampoco alcanza cotas memorables. Samuel L. Jackson vuelve a interpretarse a sí mismo, gritando como acostumbra, y Max Minguella tiene el personaje más serio y concienciado pero no sobresale por encima de la media. Es un policía más de cuantos recorren diariamente la jefatura.
Pero en Spiral: Saw lo importante son las muertes y su capacidad para ser más atroces a medida que avanza el metraje. Cada nueva entrega intenta que el nivel se mantenga alto y la verdad es que la inventiva no parece agotarse. Seguro que la industria ya está diseñando las de la décima. Y esperemos que la cierre de una forma tan redonda como el final de esta novena.
Silvia García Jerez