ROCIO BELMONT
Rocio Belmont es directora de teatro, directora de casting, y pedagoga pedagoga, con más de 20 años de experiencia.Tiene en su trayectoria más de 15 películas, entre las que destacan Love me not (2019) Rebotar (2020) Leona (2019) y unas 20 puestas en escena como por ejemplo Closer de Patrick Marber
LA CRONOSFERA: ¿En qué proyecto te encontrabas cuando se declaró el estado de alarma?
ROCIO BELMONT: En varios proyectos. Me encontraba trabajando con Isaac Ezban, (Incidente, (2014) Los parecidos (2015). México bárbaro. (2014). Cosas feas, (2010)) en una película que se coproducto con República Dominicana, una película de terror. Me quedé pasmada, porque ya no se pudo continuar. También. Me encontraba haciendo el reparto de la película “Huesera”. Hice el casting y el coaching de los protagonistas, que son niños. Con esta película, se cambiaron muchas cosas, aquí en México los castings, casi siempre se hacen presenciales, y el self tape, llegó para quedarse. Además de dirigir proyectos de cine y teatro, soy pedagoga y en este confinamiento me dediqué a dar clases, me abrió un rango diferente, me hizo llegar a más actores, tengo alumnos en Filipinas y en varias partes del mundo.
«Todo es, una oportunidad»
LA CRONOSFERA: ¿Qué encuentras diferente?
El mundo ha cambiado, no va ser para nada lo que era antes en muchos sentidos, pero también nos obligó a adaptarnos a la vida de otra manera. Tengo la sensación de que el mundo se desmoronó y se está reconstruyendo. Y en esa medida, también nosotros. Yo ya no voy hacer casting como lo hacía antes. Ahora trabajo con Jesus Muñoz,un director que ahora está en Londres, Rafa Casal, un dramaturgo que se encuentra en Madrid. Todo se alteró, y es una gran oportunidad, para todo lo que viene.
Hace años, trabajé con Luis Miñarro y todo hubiera sido más fácil si hubiéramos trabajado digital, que presencialmente. Hicimos “Love me not”.
ROCIO BELMONT: Todo es una oportunidad. Que el teatro fuera presencial no significaba que pasara el teatro. Eran obras, pero no pasaba el fenómeno escénico. El teatro necesitaba una revolución.
Hice un obra que se llamaba “Trasmedial”, que no es que fuera multidisciplinaria. Usábamos ese nombre de transmedia porque utilizamos música, video, cine. No sé si eso era teatro, pero fue una experiencia que nos obligó a interpretar en ZOOM, con el delate, con lo bizarro del pixel. Utilizamos el WhatsApp,se envían mensajes a las personas, ellas responden, enviamos fotos, audios y entramos al streaming con ese antecedente. Con Guillermo Carache, y el ZOOM como método actoral, se dio una buena conexión con el público, hay estímulo, hay acción, hay verdad…hay algo que se logra. Porque también sirve para dotar de un nombre al espectador.
«Que el teatro fuera presencial, no significaba que sucediera el hecho teatral»
Se están generando grupos de trabajo. Se está haciendo una relación horizontal. Sigo pensando que el director es quien tiene la visión y la capacidad para generar el concepto, para que las otras artes también tengan sentido, es el pensamiento rector. Hay rangos específicos que realiza cada quien. Ahora se da más especificidad a cada rol. Antes, como directora hacia muchas cosas, lo que fuera necesario, ahora no, eso ha cambiado.
El pequeño resto de mi vida en mi, una pieza que dirigí, me enseñó que las narrativas transmedias que incluyen el comic, los video juegos, usar varios lenguajes para encontrar ese espectador que necesitamos. Vamos a buscar mientras vamos encontrando.
LA CRONOSFERA: ¿Cómo lo vives personalmente?
No hay vuelta atrás, tenemos que aguantar, seguir. No hay tiempo para victimizarse, ni para sufrir.
Empecé con muchas dudas, con los talleres en ZOOM. Era muy escéptica, pero curiosamente, encontré un tipo de relación con el alumno, se fundó otra cercanía, se fundó otra manera de aprender. Tengo a varios alumnos que no conozco presencialmente, pero me han llegado sus cortometrajes o sus cineminutos y te conmueve. No fue necesaria la presencia para ver sus contenidos. Claro que me dio miedo cuando todo se paró. Imagínate, vivo en un país subdesarrollado. Obviamente me dio miedo por lo inmediato. ¿De qué voy a vivir? Mis películas se pararon, mi proyecto de teatro se cayó, ¿Dónde voy a dar mis talleres? y ¿Mis clases? Tienes hijos que alimentar y tienes que pagar las cuentas. El miedo sigue, nos hemos enfrentado y se ha aceptado. Pero este miedo genera más que paraliza.
«No hay vuelta atrás, tenemos que aguantar, seguir. No hay tiempo para victimizarse, ni para sufrir»
LA CRONOSFERA: ¿Qué vislumbras para el futuro del medio visual y teatral?
Soy optimista, para mi lo bueno de está situación es que las distancias se acortaron, podemos construir un mundo en donde las fronteras se han caído en muchos sentidos, puedes nutrirte de todo mundo, puedes asomarte a conferencias que de otra manera nunca habría podido asistir, puedes tomar clase con gente que en tu vida imaginarias que podrías estar en un curso. Hay más posibilidades, podemos expandirnos más, en muchos sentidos. El mundo está a nuestro alcance, aunque suene a empresa de telefonía móvil, pero lo creo. Podemos construir un nuevo mundo.