RICHARD McGUIRE: Los cómics tienen una raíz muy profunda en nuestra cultura
Richard McGuire ha estado en España, en concreto en Madrid, para presentar su mastodóntico cómic Aquí, reeditado por Salamandra en noviembre de 2024, con motivo del estreno de su adaptación al cine, la película en la que se basa de una menara casi idéntica: Here, dirigida por Robert Zemeckis con Tom Hanks y Robin Wright en su reparto, una reunión ideal del equipo de Forrest Gump 30 años después del estreno de la oscarizada cinta. Pero la adaptación es ligeramente diferente en su fondo, porque Richard McGuire no quiso contar en su obra una historia como tal sino darle protagonismo a los distintos personajes que pasaban por ese metro cuadrado en el que Aquí, en este punto y no otro del mundo, se sitúa. La Cronosfera, junto a otro medio de comunicación, tuvo la oportunidad de hablar con el autor de la obra original y de preguntarle cosas sobre la creación de la misma y sobre su punto de vista acerca de cómo el cine la ha interpretado.
Pregunta: Chris Ware, en una crítica, acuñó que íbamos a recordar dónde habíamos leído por primera vez este libro. ¿Dónde estaba usted cuando le surgió por primera vez esta idea?
Richard McGuire: Cuando tuve la idea, en 1988, me acaba de mudar de apartamento y pensaba en quién habría vivido allí antes que yo. Y quise enseñar los dos tiempos, dos historias, una que ocurriera en el pasado y otra que tuviera lugar en el futuro. Esa es al razón por la que elegí la esquina de la habitación. Hablé con Art Spiegelman, en una conferencia que dio sobre la historia del cómic, y me dijo que el cómic es como un diagrama narrativo, y yo nunca había pensado en que la mecánica del cómic pudiera ser algo así, pero me servía para lo que yo quería contar. Por otro lado, cuando empecé a hacer algunos bocetos de la historia un amigo vino a visitarme y me habló de su nuevo ordenador, que tenía un programa llamado Windows gracias al que podías abrir varias ventanas en la pantalla. Las ventanas tenían la misma idea que yo quería proyectar en el cómic, y ya lo vi claro. Fue un momento de Eureka.
Pregunta: Primero se publicaron 6 páginas, en 1989 en la revista Raw, y en 2014 el cómic ampliado. Me parece un cómic muy vanguardista, incluso publicado hoy. ¿Cómo llegó a publicarlo? ¿Tuvo muchas pegas para publicarlo? ¿Cómo fue recibido?
Richard McGuire: En el año 2000 tuve la idea de hacer un cómic de verdad y fue el editor de Chris Ware el que me dijo que hablara con ellos. También es el editor de Art Spiegelman. Les enseñé una primera versión de seis páginas y creo que los editores pensaron que iba a escribir más dentro de ese mismo estilo. Pero yo nunca pensé en que iba a retomar un cómic que había hecho ya en 1989. Yo tenía una idea diferente, y así fue cómo nació el cómic a imagen completa. No todo en viñetas pequeñas. Por eso, cuando abres el cómic lo primero que ves es un dibujo de una habitación en la que ya estás ahí. Creo que los editores se llevaron una sorpresa cuando supieron cómo quería hacer esta nueva versión del cómic. Y estábamos en el año 2000 cuando firmé el contrato con ellos. Pero me fui frustrando porque me fueron surgiendo distintos proyectos, uno de los cuales me llevó a mudarme a París para hacer una película animada con seis directores diferentes. Seis segmentos en una película. Así que tenía pendiente hacer éste y llevaba una carga enorme con ese peso del libro sin hacer aún. Pero cuando volví a Nueva York me apunté a un programa de becas que normalmente está pensado para estudiantes pero quise hacerlo y eso me ayudó a centrarme en el cómic, en el que ya estuve trabajando durante 3 años. Pude hacer toda la investigación que necesitaba para completarlo.
Pregunta: ¿Cómo es de difícil hacer que una única habitación sea el hilo conductor de la historia?
Richard McGuire: Esa fue una de las dificultades mayores. Porque yo no me considero escritor. Mi estructura era mucho más musical porque yo tengo más esa formación, la musical. Y esa era una de mis preocupaciones porque lo veía más como un hilo musical que narrativo. No sabía si alguien iba a poder seguir lo que me proponía hacer. Una cosa es hacer seis páginas y otra ampliarlas a mucho más. No sabía si funcionaría y esa era una de mis batallas. Mis editores querían que planteara protagonistas y una historia con ellos, pero eso no era lo que me interesaba. Mi concepto de centrarme en el tiempo no incluía personas. Las personas vienen y van. Aún así, mi familia está representada en el libro, pero esto no es un libro de memorias, es el tiempo el protagonista. Pero sí, estaba preocupado porque no sabía cómo se iba a recibir eso, y la gente me está diciendo que se emociona mucho con él porque se ve representada en lo que los personajes hacen. La gente me dice que cuando lo lee piensa en su propia casa y en lo que pasó allí. Y eso era lo que yo quería, provocar esa emoción.
Pregunta: Viendo viñetas como la de las mujeres bailando a lo largo de los años, una en un año, otra en otro muy distinto, lleva a pensar que la historia se repite, como ahora mismo se está repitiendo en el mundo.
Richard McGuire: Cuando hablaba de la música, la idea de la repetición es esa. Quería crear momentos puramente visuales como ese. Creo que la repetición es una idea musical. Precisamente al respecto de esas imágenes de las mujeres bailando, tuve la suerte de conocer a un tipo que coleccionaba fotografías de gente diversa, las compraba en el rastro, tenía un montón. Yo buscaba eso mismo, momentos casuales, quería evitar momentos históricamente importantes. La I Guerra Mundial, la II Guerra Mundial. No, yo quería capturar pequeños momentos, los casuales. Hacer las cosas grandes pequeñas y las pequeñas, grandes. Episodios como las guerras o la esclavitud no quería que tuvieran un protagonismo explícito. Quería que estuvieran allí pero no enfatizarlos. Un vaso que se cae al suelo para mí es más importante. La vida misma, la real, con sus detalles.
Pregunta: ¿Cómo consigue la emoción a través de los dibujos?
Richard McGuire: Pues por ejemplo, hay fotografías que nos hizo mi padre a mis hermanos y a mí. Cada año nos hacía una en el mismo sitio. Y estamos todos en la misma posición. Es divertido vernos crecer. Creo que hay muchas familias que hacen algo así. Y lo quise incluir en el cómic. Es emocionante porque la gente se puede identificar con eso. De esa manera se generan emociones. La escena en la que un pájaro entra en la habitación y la chica reacciona con miedo… eso mismo me pasó a mí. (Risas) Estaba en Francia, por la noche, en casa de unos amigos, y entró un murciélago. Fue una locura y lo quise poner en el libro. Es curioso porque cuando estaba trabajando en el libro mis dos padres fallecieron y tuvimos que vender la casa, y cuando fuimos había tantas emociones allí… con todos los recuerdos… Mi padre llegó un momento en el que no podía subir las escaleras y tenía que dormir en el salón. Eso es real y aparece en el cómic. También es interesante esto, y es que mi padre nos grababa película habitualmente y tenía este momento capturado de él cogiendo a mi hermana y dándole un beso. En la película esto son dos segundos, pero cuando lo trasladas a los dibujos y ocupas tres páginas con esta acción, le das una importancia mucho más relevante.
Pregunta: Creo que la adaptación de Robert Zemeckis al cine fue una de las mejores películas del pasado año. ¿Hasta qué punto se involucró en la producción y qué le parecen los cambios que la película lleva a cabo con respecto al cómic?
Richard McGuire: No me involucré en ella nada en absoluto. Me preguntaron si quería estar ahí, pero dije que no porque todo lo que tenía que decir ya lo había dicho en el cómic. Pasé tanto tiempo haciéndolo que no quería volver a tener nada que ver con él. Quería trabajar en cosas nuevas. La idea de involucrarme de nuevo con él era algo que no me interesaba. Pensé: ‘Saben lo que están haciendo, confío en ellos, buena suerte.’ En la primera conversación que tuvimos, en un Zoom en 2021, le dije a Robert Zemeckis que no veía el cómic trasladado al cine. Pero él me dijo que él sí. Le dije que ok, que si lo veía que buena suerte. Ya había habido dos adaptaciones previas, una teatral en Noruega, y una en Realidad Virtual, con la que gracias a las gafas te podías meter en la habitación. En ambos casos les dejé hacer lo que querían, porque en la de Noruega hasta contaron su propia Historia, la de su país. Creo que es un concepto que se puede expandir. Es como hacer un cover de una canción. Zemeckis hizo su versión y su propia película. También le dije que no quería leer el guión, que quería verla como un espectador más. Y estoy contento de saber que gran parte del cómic está representado en la película. Pero hizo cambios que no puedo comentar para no contarle a nadie que no haya visto la película cosas que no debe saber. Y lo que sí fue divertido fue visitar el set de rodaje y conocer a los actores y verlos trabajar. Conocí al guionista, que me preguntó si había leído el guión. Le dije que no y me contestó que todo aquel que lo leía lloraba. Y yo le dije: ‘Vale’. Pero es que cuando fui a ver la película, al final yo también lloré. No me lo podía creer. Y la he visto tres veces. Una con mi familia, también fui a la premiere. Fue estupendo, pero también una experiencia muy surrealista. Parecía un sueño, era la película de otros, no mi película. Y además conocí a Tom Hanks. Surrealista. Pero surrealista mezclado con algo muy normal, porque cuando lo conocí me di cuenta de que es un tipo estupendo. Me trató como si fuéramos amigos de toda la vida.
Pregunta: En el cómic habla del pasado, del presente y del futuro. ¿Se imaginaba el futuro como lo retrató en su libro?
Richard McGuire: Cuando estaba haciendo el proceso de investigación coincidí con un chico con el que fui al colegio que, ahora, de mayor, es algo parecido a un científico. Me enseñó un mapa del área de la casa del cómic y en algún momento, me dijo, estaría sumergida bajo el agua. Casi con seguridad. No es una gran predicción pero sí me preocupaba que el futuro que yo enseñara en el cómic fuera demasiado de ciencia ficción. Entonces, mientras trabajaba en el libro ocurrió el accidente de Fukushima, así que cogí los datos de su radiación para mostrarlo como un futuro plausible. Decían que se iban a tardar 20.000 años en volver a los niveles normales de antes de la radiación. Y esto está presente en el cómic, se insinúa en una página que hubo un accidente nuclear. Porque no quería que el futuro apareciera como algo oscuro, quería dar el mensaje de que la vida continúa. Así que enseño plantas, y pájaros. No quería ser negativo, aunque no he podido evitar citar la alerta mundial de un posible desastre nuclear, o del calentamiento global, e introducir también el tema de los robots. Lo hago con un holograma. No lo dejo claro, no como algo preciso, pero está ahí como un futuro posible porque ya estamos cerca de estas cosas. Claro, que tal y como están las cosas ahora mismo no podemos saber qué clase de futuro vamos a poder tener porque cada día, con el gobierno que tenemos ahora en Estados Unidos, da miedo.
Pregunta: ¿Qué le diría a quienes afirman que el cómic es un género menor dentro de la literatura?
Richard McGuire: Yo creo que en años recientes los cómics se han ido tomando más en serio. El ejemplo del cambio de paradigma es Maus, es un punto de inflexión para la consideración de los cómics como algo más serio de lo que eran antes. También creo que cada medio tiene su fuerza y su importancia. Y los cómics han estado ahí desde siempre, tienen una raíz muy profunda en nuestra cultura. Además, nuestra sociedad se está convirtiendo en una sociedad profundamente visual, y tal vez por eso los cómics tengan ahora más aceptación. He estado pensado en las diferencias entre el cómic y otros medios desde que se llevó al cine éste, y lo cierto es que el cómic tiene una fuerza enorme. De hecho, cuando estás leyendo, el acto de leer no es tan pasivo como cuando estás viendo una película. Los cómics han estado siempre presente en la sociedad. Estaban ya en los periódicos. Un cómic es un libro y un libro es un objeto increíble. Es de lo más interactivo y no requiere energía, ni recargarse con ningún cable. Un libro es algo alucinante.
Silvia García Jerez
Pregunta: