LA PRIMERA PURGA: LA NOCHE DE LAS BESTIAS
En realidad, la primera purga fue la de 2012, con Ethan Hawke al frente del reparto. Se tituló La Purga: La noche de las bestias y contaba la historia de una noche al año en la que en sus 12 horas correspondientes el crimen era legal, estaba permitido y todo el que lo deseara podía excederse hasta pasar los límites de lo ilegal a cambio de que el resto del año no hubiera delincuencia alguna. O una mínima dosis.
La idea, arriesgada en la vida real por los resultados nefastos que la naturaleza humana es capaz de desatar, resulta extremadamente cinematográfica y por eso se rodó la película, una home invasión de terror en la que una familia acomodada era el blanco de la ira de los criminales que acudían a ella.
La curiosa idea dio para más y secuela y tercera parte no tardaron en llegar. Y como el chicle tiene aguante aún da para estirarlo un poco y una cuarta entrega ve ya la luz en nuestras pantallas. Pero no es la que situaríamos después de las ya vistas, sino antes. Exacto, se trata de una precuela, la historia de cómo comenzó todo. El capítulo 1, ó 0 incluso.
La primera purga: La noche de las bestias nos traslada entonces a la América de Los Nuevos Padres Fundadores, en al que entrevistan a jóvenes afroamericanos descreídos de una sociedad que no los admite. Lógicamente tienen una rabia contenida que los Padres les van a dar la oportunidad de purgar.
Los Padres van a realizar un experimento: aquellos que estén desencantados y sientan rabia por lo que les sucede pueden participar en la purga. Si se quedan en casa hasta que pase ganarán dinero, pero si salen a purgar su odio contra todo el que encuentren por el camino, ganarán muchísimo más. Y claro, es fácil firmar.
La primera purga: La noche de las bestias, está concebida como una película de terror, siguiendo la tradición de la que la inició. Pero como cine no puede estar más alejada de ese género. En realidad, se trata de una película de acción, de un sálvese quien pueda, si puede, que se acaba transformándose casi en un film de yakuzas en el que vuelan los cuchillos y la violencia se transforma en algo incluso estético. El terror entonces se vuelve peligroso, porque la violencia nunca puede ser bonita, nunca puede atraer al público para que la acabe copiando.
Pero en lo que realmente da auténtico miedo La primera purga: La noche de las bestias es en el mensaje que transmite. Los que van a purgar su odio son los afroamericanos y los más desfavorecidos de Nueva York, una idea que se adecúa a la América de Trump como un guante de seda. Y por supuesto si esto daba miedo, cuando los Nuevos Padres aclaran en qué consiste realmente el plan de la purga, éste resulta espeluznante.
Pero todo tiene dos caras, las monedas y los hechos. Y quien empieza una guerra está expuesto a que los que se defienden de ella sean los mismos que estaba previsto que murieran, por lo que los protagonistas de la cinta, los mismos afroamericanos que dan comienzo a la purga, se acaban viendo como los héroes del film cuando han de coger, como Johnny, su fusil para disparar.
Toda acción trae consigo una reacción y todo acto arrastra detrás un aprendizaje. En ese aspecto la película es más que digna, pero insisto, solo en éste último mensaje. Como cine está muy alejado de ser recomendable. Ni está bien rodada ni los actores están en su mejor momento, incluyendo a esa Nueva madre fundadora que es Marisa Tomei, por lo general una magnífica actriz, cuyo talento brilla por su ausencia en esta purga tan desafortunada.
Como digo, este film tiene todos los visos de ser un éxito en Estados Unidos. Más de uno se verá reflejado en su trama y por lo tanto celebrará que se haya hecho. Es por ello que no es descartable que Hollywood ruede una nueva entrega en breve y las purgas sigan su curso. Nos gusten o no.
Silvia García Jerez