PREMONICIÓN: la hora del medium
Premonición es exactamente lo que parece.
Ante el mismo modus operandi, el mismo tipo de herida en todos los casos, cometida aparentemente con la misma arma, el equipo del agente Joe Merriweather sigue igual de perdido como el primer día, y si quiere dar caza al asesino en serie que perpetra estos crímenes ha de recurrir a un método diferente.
Y lo hace: localiza a John Clancy, un medium que con solo tocar a la víctima reconstruye en su mente los momentos anteriores a su asesinato y obtiene, además, información útil sobre quién era el finado y los posibles motivos por los que pudiera ser uno más en la infortunada lista.
Solo falta descubrir la identidad del asesino y la cinta no lo esconde en ningún momento, mostrando ráfagas premonitorias del actor que lo interpreta a lo largo de la investigación de los casos.
El medium encargado de seguirle la pista al villano es Anthony Hopkins, actor que fue espléndido, incluso admirable, pero cuya grandeza fue absorbida por el personaje que lo hizo mítico y a su sombra lleva décadas actuando. Resulta incomprensible, y hasta cierto punto triste, que el enorme intérprete inglés, impecable en Regreso a Howard´s End, Lo que queda del día o La carta final, no se acabe de desprender de los fragmentos que el doctor Hannibal Lecter le ha dejado en su manera de componer los trabajos que realiza.
Posiblemente el inicio de su mimetismo con la creación de Thomas Harris, autor de las novelas donde Lecter naciera, lo encontremos en Instinto, que protagonizó junto a Cuba Gooding Jr., pero en Premonición no se aleja de él y por momentos sus gestos, sus movimientos, su forma de hablar y hasta la cadencia de su voz, escuchado en ambas, claro, en su versión original, se asemejen más de lo que deberían a su legendario caníbal de El silencio de los corderos.
Retomando el comienzo, Premonición es lo que parece. Porque es un thriller que entretiene y no descansa hasta que concluye. Todo en esta película es importante, hasta el último plano. Pero antes de llegar a él tenemos un camino con magníficos aciertos visuales, como los desdoblamientos de los personajes en los que se utiliza este recurso, cada uno de ellos con un motivo distinto y una finalidad opuesta, pero admirables en su lucidez narrativa, ayudando como pocos efectos lo lograrían a la comprensión emocional del momento en que viven.
Pistas, pasos a dar, elementos en los que fijarse… un auténtico policíaco con momentos desquiciantes llenos de estrés. El asesino se escabulle y no queda tiempo para detenerlo. Todos, personajes y espectadores nos unimos en una caza a contrarreloj. Premonición respira adrenalina y en verano eso se agradece.
Silvia García Jerez