NOMAD: El Museo Inmersivo de la Gran Vía
El NOMAD ha llegado a Madrid. A la Gran Vía, en concreto. El Museo Inmersivo está situado en el número 78 del famoso emplazamiento, el local justo anterior al Teatro Coliseum, que es fácil perderse y tener que estar preguntando a los transeúntes.
De apertura reciente en la capital, desde el pasado 29 de abril tanto adultos como niños podrán visitar la exposición de NOMAD, en la que se puede disfrutar de Utopía, su vídeo inmersivo con el que sentir el espectáculo de luces y la sincronía de la tecnología con la música que la acompaña. Cúmulos digitales de gigantescos escualos construidos en bytes y otras figuras diferentes van pasando por la pantalla simbolizando las moléculas de los siete mares, secados en un tiempo ancestral y convertidos en un nuevo ecosistema para las especies que habitan en él. Un espectáculo fascinante, el de Utopía, aunque se trate de un vídeo un tanto alargado.
Pero antes de llegar a él hemos de caminar por un largo pasillo de luces de colores que se van encendiendo y apagando. Una pasada que da acceso a la sala citada.
Una vez vista Utopía, llegamos a lo mejor de la exposición: la parte de la realidad virtual. En una pared puedes pintar con un pincel gigantesco, en otra, y gracias a la aplicación correspondiente, puedes cambiar las luces de sitio, y por último, sumergirte en el vídeo de realidad virtual disponible cuyas gafas te da el amable personal. Es uno de los mejores vídeos de realidad virtual que he podido ver y he visto unos cuantos: nos traslada con un realismo asombroso al espacio, nos lleva a recorrer los planetas y los animales que podríamos encontrar a su alrededor dentro del concepto de Utopía que venimos de comprobar. En realidad, es más importante lo que sentimos cuando lo vemos que lo que vemos, porque la sensación de estar en medio del cosmos es increíble. Está muy logrado el vídeo. Es apabullante mirar a través de esas gafas. El vídeo sobrepasa. Es fabuloso, de verdad. Si alguien no está familiarizado con la realidad virtual o es propenso al vértigo, advertimos de que este vídeo es de las mejores muestras de esta tecnología y que puede llegar a impresionar.
NOMAD, desde este momento, está llegando a su fin. Un tobogán, con el que disfrutarán especialmente los niños, dará acceso a la siguiente sala. En el piso de abajo. Se puede bajar también por las escaleras si no se quiere pasar por el tobogán. Allí encontraremos otra sala llena de luces. Otro pasillo. Pero las luces no estarán por debajo del suelo, como en el pasillo inicial, sino puestas en las paredes, como las luces de los árboles de Navidad. Misma idea, mismo modus operandi. Distintos colores que hacen del pasillo, una vez más, una delicia.
Y llegamos a la tienda. Se ha terminado el recorrido. NOMAD acaba ahí. Hemos de decir que es una exposición muy chula para hacerse fotos. ese es su objetivo, ahora proliferan las exposiciones pensadas para instagramear, pero no deja de ser cierto que son pocas salas para lo que cuesta verlas. (En su página web podéis comprarlas: https://www.nomadmuseo.es/) Sabe a poco, es demasiado fascinante para que acabe con tanta rapidez. Las luces enganchan, hay que reconocerlo, y nos pasaríamos media hora más caminando por salas y pasillos que nos ofrecieran otras posibilidades de fotografías increíbles. Pero no, la exposición es muy cortita, en 40 minutos la has visto y tienes que contar con el vídeo Utopía.
Por supuesto, para los niños es una delicia, pero para los adultos se antoja excesivo el precio a pagar por algo que se acaba tan prontito. Entendemos que es un gasto importante de producción, tanto de material a exhibir como de logística para montar, y que las fotos que puedes hacerte quedan espectaculares, pero supone una descompensación que no debería darse. Aún así, recomendamos la visita porque merece la pena vivir la experiencia. Y por el recuerdo que te queda.
Silvia García Jerez