NO TE PREOCUPES, QUERIDA: Suspense cuqui
No te preocupes, querida es una de las películas más esperadas del momento. Tal vez no por ella misma sino por las polémicas en las que se ha visto envuelta durante las últimas semanas, incluyendo el presunto escupitajo de Harry Styles a Chris Pine ocurrido en la presentación en Venecia, que ha empañado su paso por festivales. Pero su directora, la también actriz Olivia Wilde, declinó hacer comentarios para que lo importante fuera la película. Así que vamos a hacerle caso y a centrarnos en ella, que además se lo merece.
La última polémica surgida, de la que sí vamos a hablar aquí, es del título en español. En realidad, en los carteles vais a encontrarla como No te preocupes querida, y muchos usuarios de redes sociales se han quejado, con razón, de que no esté presente la coma del vocativo, previa a ‘querida’. Se ha hecho así por estética, pero nosotros no vamos a cometer una falta de ortografía, así que nos referiremos a ella como realmente ha de escribirse.
No te preocupes, querida, es una historia que mezcla la perfección romántica con el suspense cuqui. Porque continuamente estamos preguntándonos qué está pasando ahí, en Victoria, una urbanización en la que todo es ideal.
Años 50. Las mujeres van con atuendos impecables, vestidos preciosos, peinados increíbles y complementos a juego. Y los hombres, sus maridos, son espectaculares, guapos, trabajadores, salen todos a la misma hora para entrar en el mismo sitio, el proyecto ultra secreto Victoria. Sus mujeres los esperan con la cena preparada y la copa en la mano. Para entregársela, por supuesto, no porque ellas beban, que lo que han estado es trabajando para ellos. Una vida de ensueño.
O de pesadilla. Porque Alice (Florence Pugh) está viendo cosas que no puede explicarse. Visiones, del presente y del pasado. No sabe muy bien por qué, ni a qué corresponden, pero no puede evitar verlas. Ni preguntarse qué ocurre en ese sitio tan idílico. Su marido, Jack (Harry Styles), también es un tipo guapo, interesante, con una vida apasionante… aunque ella no sepa exactamente en qué consiste. Y ese punto, una vez más, le chirría tanto como los anteriores. Puede que haya llegado el momento de intentar descubrir la verdad de Victoria.
No te preocupes, querida ya la hemos visto. Su historia no nos cuenta nada nuevo, pero lo hace ´de una forma magnética y en una época en la que la reivindicación del ama de casa como ideal de familia choca con un siglo XXI moderno en el que las mujeres son más independientes y deciden más que en décadas anteriores. Si bien queda mucho por hacer, esta visión idílica de la mujer como objeto decorativo es un tanto distópica y nos produce la misma sensación que estar viendo El cuento de la criada pero en un contexto de ciencia ficción luminoso, todo lo contrario que en la serie de HBO.
Que sea todo tan bonito, tan cuqui, contrasta con un constante desconcierto respecto al día a día. Nada encaja y el suspense se vuelve denso. La tensión crece, pero Olivia Wilde no muestra más de lo necesario para darte pistas de que algo no va bien sin tirar demasiado del hilo que nos desvele muy pronto lo que ocurre. Aquí sí demuestra ser una directora interesante, no en su aclamada Súper empollonas, su ópera prima
No te preocupes, querida recuerda por momentos a Vivarium. Esa vida encasillada en lo que se espera de ti sin que pueda asomar un ápice de tus deseos auténticos… Una pesadilla que no requiere estar durmiendo.
Posiblemente las polémicas lleven algún espectador al cine que no supiera antes de que se produjeran qué película era esta. Y saldrá ganando. Porque No te preocupes, querida, es, sobre todo, un entretenimiento que se deja ver muy bien. El espectador quiere averiguar qué pasa en Victoria tanto como su protagonista, una Florence Pugh tan estupenda como acostumbra, con algún momento a lo Midsommar, también en este terror a la luz del día. Se lo ha debido pasar pipa, cocinando como lo hace en sus Stories de Instagram, un papel hecho a su medida para que se divierta y además critique, a raíz de su personaje, la falsedad, cualquier falsedad existente en la sociedad. Porque sí, somos modernos, pero no, no lo somos tanto. Como decía antes, queda mucho por hacer y No te preocupes, querida, también es una advertencia, un aviso para no volver al pasado.
Silvia García Jerez