MATHIEU TURI: el único efecto de Hostile fue llamar a Javier Botet
Hostile, de Mathieu Turi, fue una de las películas presentadas en la sección oficial de la V edición del Festival de Cine Fantástico de Madrid, Nocturna, y su guionista y director vino desde Francia a presentarla. La Cronosfera estuvo hablando con él de su película, ópera prima tras un par de cortometrajes, del festival madrileño y de Javier Botet, actor que cada día goza de mayor prestigio en el mundo de los efectos especiales y precisamente uno de los protagonistas de la cinta.
La Cronosfera: ¿Cómo te sientes al presentar Hostile en Nocturna?
Mathieu Turi: Me siento muy contento de estar aquí, aunque ya muchos festivales, con anterioridad, han acogido Hostile en su programación. Pero da la casualidad de que Nocturna fue el primer festival en darme una respuesta. Así que doble alegría por estar en él presentándola. Además, esta es la finalidad por la que hago las películas, para poder enseñárselas a la gente.
L.C.: ¿Cuál es la reacción que esperas que tengan los espectadores cuando vean Hostile?
M.T.: Es una película que forzosamente va a hacer reaccionar al público porque seguramente no encuentren en la película lo que ellos esperaban venir a ver, porque se basa al 50% en un tema postapocalíptico, que es lo que parece que van a venir a ver, y además hay una parte que es una historia de amor, contada desde el punto de vista del cliché de las películas románticas y seguramente no esperan ver eso, así que en ese momento en que la película bascula y da un giro van a hacer un viaje como de ida y vuelta en el que tienen que entender otra vez lo que están viendo.
L.C.: ¿Qué es lo que te ha resultado más difícil a la hora de hacer Hostile?
M.T.: Lo más difícil era, lo primero, que es una película de bajo presupuesto, y luego tenía una particularidad, y es que se rodó en 24 días en tres continentes distintos. Está rodada en Nueva York, en Marruecos y en París y tenía que coordinar a los tres equipos sobre todo en la preproducción. En la fase de preparación tenía que garantizar que hubiera una continuidad entre los tres equipos y eso fue quizá lo más complicado.
L.C:: ¿Cómo trabajaste los efectos visuales de la película?
M.T.: El único efecto que hice fue llamar a Javier Botet. No hay efectos visuales digitales, todo fueron efectos artesanales. Sigue habiendo grandes profesionales capaces de hacerlos así. No son muchos, y en concreto hay uno con el que he tenido la suerte de trabajar en esta película, Jean-Christophe Spadaccini, que es muy conocido en Francia por este tipo de trabajo, y la combinación de Jean-Christophe con Javier ha hecho que todo salga fácil porque trabajar con las personas correctas es lo que hace que los efectos hayan funcionado sin un gran presupuesto.
L.C.: ¿Cómo fue trabajar con Javier Botet? ¿Por qué películas previas lo conocías?
M.T.: Yo conozco a Javier por su trabajo en REC, aunque la primera película donde lo vi y me sorprendió fue en Mamá. Lo vi allí y cuando descubrí que no era un efecto especial sino un actor que estaba haciendo ese trabajo, me puse en contacto con él. Fue tres años antes de la realización del proyecto, cuando solo tenía un guion, pero se lo enseñé y me dijo que aunque lo rodáramos cinco años más tarde, que se comprometía a hacerlo. Y da la casualidad de que en este tiempo Javier ha estado encadenando blockbusters como Insidious o It, La momia… Así que Javier ha hecho grandes películas y luego está esta, más modesta, en la que ya se había comprometido antes de todas aquellas. Y como está muy curtido en este tipo de papeles ha sido muy fácil trabajar con él sin recurrir a grandes efectos especiales.
L.C.: Me gustaría hablar un poco del póster, una parte fundamental del marketing de una película. ¿Cómo se diseñó?
M.T.: A mí me gusta trabajar siempre de la misma forma, consistente en que desde el momento en que tengo un guion empiezo a trabajar en paralelo con un póster, e incluso con una especie de trailer en la que aún no tengo mi propio material rodado pero trabajo con imágenes de otros que sirven como referencia para luego poder explicar en qué consiste la película. Eso lo hago desde el mismo momento en que existe el guion. Cuando entró Javier en el proyecto ya tenía estos elementos. Como la película tiene una dualidad argumental, trabajé en la parte postapocalíptica y dejé más de lado la sorpresa. Lo hice de una manera minimalista en la que a ella no se le ve la cara y aparece como bloqueada en el propio póster. El creador del póster es amigo mío, además, Frédéric Poirier. Se le da muy bien el photoshop, pero es que incluso coincide con que es el músico de la película.
Silvia García Jerez