LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA

Manel (Vito Sanz) y Elena (Berta Vázquez) en LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA

Con Las leyes de la termodinámica se me plantea una pregunta inquietante: ¿cómo hablar de una película tan original sin desvelar en qué consiste su originalidad, que es lo que realmente impacta cuando empiezas a entrar en su universo? La respuesta está clara: no puedes.
Pero sí es factible dar un rodeo al concepto de su propuesta. Lo primero que hay que indicar es que Las leyes de la termodinámica es una comedia romántica. Nada de original hay en eso. Miles, millones de películas lo son y con raras excepciones tipo ¡Olvídate de mí! se salen de los esquemas establecidos por el género.
Lo que ocurre es que en ésta la historia de amor se cuenta usando como referencia a las leyes de la termodinámica, que estudia la interacción entre el calor y otras fuentes de energía, al ser uno de sus protagonistas un físico dedicado al tema que tiene la aparentemente dudosa teoría de que las relaciones humanas se rigen por ellas.
Esta base, aplicada al cine, muy convencional no es. Y aunque lo expuesto pueda sonar a película intensa en la que será imposible aguantar los discursos de Manel (Vito Sanz), nada más lejos de la realidad, ya que están perfectamente integrados en el tono de comedia en que la cinta se enclava y por si eso fuera poco, están apoyados por la respuesta de incredulidad que sus interlocutores le profesan.
Incredulidad porque les parece alucinante que él se crea que tales parámetros pueden ser aplicados a una relación, pero también porque no le importe exponer su criterio en la situación menos conveniente para ello. Las leyes de la termodinámica es acción y reacción. Yo expongo y tú flipas. Y eso, claro está, es gracioso.

La fiesta del Orgullo Gay será un escenario fundamental en LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA
La fiesta del Orgullo Gay será un escenario fundamental en LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA

La segunda razón por la que Las leyes de la termodinámica es original es porque está contada a modo de falso documental. De nuevo, qué novedad, ¿no? Los falsos documentales empiezan a ser los cada día más olvidados found footage del cine de terror. Pero si están tan bien hechos como en el caso de Yo, Tonya o en del cuarto trabajo de Mateo Gil, bienvenido sea.
Una comedia romántica rodada a modo de falso documental debería ser motivo más que suficiente para acercarse a ella con bastante curiosidad. Y si además cuenta con una postproducción apoteósica, con un acabado deslumbrante que da pleno sentido al conjunto, haciendo de Las leyes de la termodinámica una experiencia única en el cine, redondeamos el trío de razones por las cuales la originalidad es la característica que mejor define a la película.

El comienzo de LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA será accidentado para todos
El comienzo de LAS LEYES DE LA TERMODINÁMICA será accidentado para todos

Vito Sanz, el Óscar amigo del fotógrafo interpretado por Javier Gutiérrez en la serie de Movistar Vergüenza, es el protagonista. Un chico normal que se enamora de una chica espectacular, una famosa actriz y modelo llamada Elena (Berta Vázquez) objeto de deseo de quien la mira y por quien Manel sentirá auténtico pánico con solo pensar en que pueda, en algún momento, estar con otro que no sea él.
Pablo (Chino Darín) y Eva (Vicky Luengo) será la pareja secundaria que hará de complemento a la principal, unos novios alocados cuya relación fluctúa en función de lo que a Pablo le va pareciendo bien en cada momento y que servirá de perfecto contrapunto a la formalidad de Manel y Elena.
Un reparto elaborado con la sensatez de darle a los personajes de ficción la forma de los seres humanos creíbles que vemos por la calle. Como espectadores, conocemos a tipos así. A lo mejor no tenemos una amiga supermodelo, pero sabemos por la prensa rosa que es posible que una de ellas salga con el prototipo del vecino de al lado. Hasta en Mónaco ha pasado que una princesa tenga un romance con un hombre fuera de su alcance, por eso no será que no nos lo creamos.
Pero es que además el guion de Las leyes de la termodinámica está muy bien construido. Y espléndidamente dirigido. Es, con mucha diferencia, el mejor trabajo de Mateo Gil en ambas lides, por encima incluso de su aplaudida Blackthorn, cinta fallida para quien esto firma. Por lo tanto, encontrarse con un acierto semejante es digno de los mayores elogios.

Silvia García Jerez

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