EN LA SOMBRA: El recurso de la venganza
En la sombra, por increíble que parezca, es la primera película que la actriz alemana Diane Kruger rueda para una producción de su país en la que tiene que hablar su lengua natal. Conocida por sus trabajos en películas norteamericanas como Malditos bastardos o La búsqueda, ahora se ha puesto a las órdenes del también alemán Fatih Akin.
El director de las aclamadas Contra la pared o Al otro lado nos cuenta una historia en tres actos claramente diferenciados, que comienzan con la felicidad de Katja Sekerci, que se casa y vive feliz con su marido y su hijo hasta que un ataque terrorista vuela la tienda en la que él trabaja y el pequeño está de visita.
El juicio posterior a los neonazis del NSU (National Socialist Underground) que organizan la masacre da lugar a una sentencia con la que Katja, en su completa indignación, no está dispuesta a asumir. A partir de entonces busca la manera de vengar, por su cuenta, un acto que considera que no debe quedar impune.
En la sombra, candidata alemana al Oscar, pasó el corte que la llevaba de camino a la nominación, pero el 23 de enero la Academia anunciaba otras cinco candidatas a ganarlo y la dejaba fuera del quinteto.
Ya sabemos que los Oscar son una extraña lotería en la que grandísimas películas como la francesa 120 pulsaciones por minuto se quedan igual de fuera que la israelí Foxtrot, mucho más merecedoras ambas de la candidatura que esta que nos ocupa, aunque ninguna de las tres haya llegado a la meta. La no nominación iguala calidades cuando unas las alcanzan y otras apenas se acercan.
Lo que sí logró En la sombra fue, además del Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa, el premio a la mejor actriz en Cannes para Diane Kruger, un galardón que tendría su sentido atendiendo a la tragedia que se ceba con la familia de su personaje, y al duelo por el que éste tiene que pasar, pero que carece de él cuando recordamos que la alemana nunca ha sido una actriz mucho más expresiva que lo que retrata y constatamos en esta historia.
Más allá de la situación horrible que vive, y ante la que es comprensible su sufrimiento, nada más destaca en su trabajo que no lo haya hecho ya en otros anteriores. Se concluye que tal vez por su fama y su decisión de aceptar un papel en un film tan poco habitual en su carrera el jurado focalizó en ella una atención que, viendo el resultado de la película, resulta desmedida.
Porque En la sombra, que ejerce la muy loable intención de contar la situación que se vive en el país de Katja, con los soldados del ejército alemán y su comportamiento respecto a los refugiados sirios, que aquí no detallaremos para no contar el epicentro de lo que la película denuncia, también resulta ser, a pesar de dicho intento, un film decepcionante en cuanto a su nivel cinematográfico.
Su historia, plana y lineal, que no es lo mismo aunque pueda parecerlo, contada en actos en un in crescendo propio de películas ideadas para formatos caseros, no alcanza en ningún momento el tope sublime que a la cinta se le supone.
La cadencia de actos, todos previsibles, todos evidentes, deslucen una propuesta que en un cine más arriesgado resultaría tan dolorosa como hipnótica. Pero de este modo, nuestra mirada hacia el horror vivido por Katja no se transforma en el desasosiego pretendido, sino en una comprensión como seres humanos que no alcanza a nuestra emotividad como espectadores. Y eso la aleja, irremediablemente, de la grandeza al que como proyecto estaba abocada pero del que no da cuentas su escaso resultado.
Silvia García Jerez