LA PROMESA: la venganza de sobrevivir
La promesa, coproducción entre Estados Unidos y España, narra el espanto del genocidio armenio en el contexto de la historia de amor entre un boticario armenio (Oscar Isaac) que viaja a Constantinopla para seguir estudiando, una joven que conoce estando en su nuevo destino y un periodista norteamericano que cubre el conflicto y que también se enamora de la chica.
Pero el título de la película se refiere a la promesa hecha por el boticario, Mikael Boghosian a Maral (Angela Sarafyan) en el pueblo donde ambos viven y donde los dos deben casarse cuando Mikael regrese de completar su formación. El amor que éste comienza a sentir por Ana (Charlotte Le Bon) supone una barrera para mantener la promesa a toda costa.
Claro que, una cosa será lo que se pretende hacer, lo que hay que hacer, y otra muy distinta lo que los turcos les permitirán hacer en el desolador panorama que le van dejando al pueblo armenio, anulándolo, masacrándolo y exterminándolo, pero sin admitir jamás que lo que ocurrió fuera un genocidio.
La promesa, coescrita junto a Robin Swicord y dirigida por Terry George, autor de los guiones de En el nombre del padre y Hotel Rwanda, por los que fue nominado al Oscar, no es, ni remotamente, la sombra de los grandes trabajos que preceden a su creador.
Una película histórica como esta debería ser mucho más apasionante que lo que su resultado logra, pero si además puede presumir de un reparto como el que tiene y si a pesar de sus excelencias el conjunto de la obra se va desmoronando a cada minuto, La promesa se convierte en una decepción que no merecen ni quienes han formado parte de ella ni aquellos a cuya memoria honra.
Oscar Isaac, que suele bordar sus papeles en cintas minoritaras, caso de A propósito de Llewyn Davis, de los hermanos Coen, o Christian Bale cuyo magnetismo es tan innegable que solo su aparición ya provoca interés, hacen lo que pueden con sus personajes a lo largo de las más de dos horas que conforman esta coproducción en la que, al intervenir España, conocidos intérpretes patrios aparecen en mayor o menor medida.
Alicia Borrachero, Alain Hernández o Luis Callejo hacen sus escasas aportaciones, a todas luces más extensas en un primer montaje del film pero que, tal vez por excesiva duración, han visto sus trabajos muy reducidos en el corte que finalmente vemos en la pantalla.
En una semana sin estrenos demasiado grandes, La promesa adquiere una dimensión aún mayor de la que tiene, pero en pleno auge de Piratas del Caribe: La venganza de Salazar y todavía con la nueva entrega de Alien en los primeros puestos de taquilla es complicado pensar que la lucha del pueblo armenio por no desaparecer representada en una película con mejores intenciones que resultados vaya a conseguir destacar como merecería hacerlo un film en el que la única venganza posible es la supervivencia.
Silvia García Jerez