KIKI, EL AMOR SE HACE: hablan sus protagonistas

La comedia es uno de los géneros más difíciles que existen. Por lo general, lograr hacer bien cualquier género al que un director se enfrente tampoco es fácil, porque dar miedo no siempre se consigue y podemos citar dramas que a veces dan risa. Pero suele afirmarse que la comedia es algo muy serio y Paco León lo ha demostrado desde que, como director, comenzó a destacar gracias a Carmina o revienta, su ópera prima. Después consolidó su talento detrás de la cámara con la secuela, Carmina y amén, que además era la conclusión de la historia iniciada en la primera y ahora, con el estreno de Kiki, el amor se hace, un collage que mezcla con sabiduría cinco historias y un puñado de personajes, consigue elevar su nombre a la categoría de imprescindible.

Uno de los momentos clave de Kiki, el amor se hace
Uno de los momentos clave de Kiki, el amor se hace

Viendo Kiki, como de manera más práctica y cariñosa la llaman sus responsables, uno no puede concebir que Paco León la haya rodado con la sencillez que todos admiten que hubo, pero es que al intérprete le gustan las cosas que se consiguen con la naturalidad del momento no ensayado: «Yo busco, de manera obsesiva, que se produzcan cosas de verdad. Para mí es la gracia que tiene el cine, que ocurren cosas de verdad y las capta la cámara. Generalmente está todo preparado en los rodajes para que eso no pase, por la técnica, la luz y demás. Pero yo lo monto todo para favorecer al actor y a la verdad de la interpretación. Primero se hace el trabajo de naturalidad y luego, en montaje, defines el texto. Es ese momento en el que me he deleitado más, viendo las reacciones que tenía de los actores. Eso es muy difícil de conseguir cuando el otro se sabe el texto y sabemos todos lo que va a decir. De esa forma, se mecaniza. Si el personaje está achispado porque está bebiendo, el actor tiene que beber de verdad para que te lo creas. A mí me encanta que lo primero que haga Belén Cuesta cuando llora es quitarse las lágrimas. Eso me encanta, porque normalmente las actrices se deleitan en llorar, cuando en la realidad, a la gente, llorar le da pudor y no dejan ni que salgan las lágrimas. Pero a Belén, cuando llega a mi casa en la película, se le caen dos lagrimones y se los quita porque no quiere llorar. Y las actrices normalmente quieren llorar, y quieren que se les vea. Así que eso que hace Belén es muy chulo.»

Belén Cuesta en Kiki, el amor se hace
Belén Cuesta en Kiki, el amor se hace

Cuesta se ratifica en lo que Paco afirma: «Yo estaba más asustada antes de rodar que luego, en el rodaje. Mi preocupación venía por la noche, cuando me preguntaba cómo preparar las escenas ante la falta de guion, aunque yo ya sabía que me iba a sentir muy cómoda con Paco, y efectivamente, fue así. Se hacía todo muy rápido. Incluso la escena en la que enseño el pecho, que vaya tontería, porque todas tenemos pecho, pero es la preocupación de que no haya un guion, pero no ha sido un rodaje complicado.»

Paco nos confirma que solo hay una escena que sí se ensayó. Por las características de la misma había que tenerla preparada. Se trata de aquella en la que se desarrolla una videoconferencia y la protagoniza la estupenda actriz Alexandra Jiménez: «La escena de la videollamada signada es complicadísima. Incluso a nivel técnico. Es la única que está ensayada, por motivos obvios, y es que nadie puede improvisar el lenguaje de signos. Ellos aprendieron lo que tenían que decir, con el trabajazo que eso conlleva, y me empeñé en rodarla los tres a la vez. Que fuera de verdad. Que Alexandra estuviera hablando con Aisa y que David Mora también estuviera viendo lo que ocurre. Eso, a nivel técnico, normalmente no se rueda así, si alguien te llama te inventas algo, pero no se graban a la vez. Cada toma duraba veinte minutos, todo del tirón. Una escena complicada de verdad. Yo sabía que David y Aisa estaban controlados y que la más complicada era la toma que estaba en medio, la de Alexandra, y por eso había que coger a la mejor.»
En cualquier caso, que nadie piense que el hecho de que no hubiera guion, para facilitar la naturalidad de lo que iba a rodarse, desmerece la calidad de la película, porque no es así. No hay nada en ella dejado al azar, y Belén lo confirma con toda la admiración que se puede demostrar ante este hecho bastante insólito: «Que no haya guion no significa que todo esté improvisado, ni mucho menos. Paco sabe lo que tiene que pasar y el orden en el que tiene que pasar. Paco lo sabe todo muy bien. Es una confianza enorme la que he tenido en mi director, sentado todo el tiempo a la mesa conmigo, porque Paco te conduce si te pierdes. Ha sido un experimento estupendo.»

Natalia de Molina en Kiki, el amor se hace
Natalia de Molina en Kiki, el amor se hace

También lo confirma Natalia de Molina, otra de las protagonistas de esta película coral. Interpreta a Natalia en la ficción de Paco, porque León alcanza la realidad incluso en los nombres de los actores en su intento obsesivo por mostrar la verdad en la pantalla: «La experiencia de trabajar con Paco ha sido tan positiva que tengo ganas de más Kiki (risas) Ha sido muy fácil.. En un principio tenía inseguridad por eso de la libertad que te da, que no quita para que él tenga las cosas muy claras y todo muy pensado. Su manera de trabajar es adictiva y quisiera repetir con él cuando él quiera.»
Kiki, el amor se hace, afronta el sexo desde un puto de vista tan abierto que sorprende en un film comercial, porque además, su tratamiento de esta parte de la vida no es como el de otros largometrajes, ya que pone el foco directamente en las filias y las fobias, las manías y las debilidades que todos tenemos pero que no nos atrevemos a admitir, y ante algo así hay que rendirse. Natalia nos cuenta cómo se lo tomó cuando le llegó el proyecto: «yo me meé de la risa. Recuerdo que llamé a mi madre y le dije: mamá, no sabes la película que voy a hacer, que me ha llamado Paco y estoy que me meo, te va a encantar cuando la veas. Estoy deseando que la vea y que me llame después de salir del cine. Porque sí, me encantó. Yo soy pudorosa pero me encantó porque iba a investigar algo que como Natalia me da más pudor, pero como actriz no puedes tener pudores. Si te llega algo así te tienes que tirar a la piscina totalmente.»
Su compañero en la historia que les toca interpretar, Álex García, el desencadenante de la tragedia de La novia, no ve ningún problema en que la película pueda funcionar hablando de lo que habla: «Esta la recomendaría como recomendé Ocho apellidos vascos o Truman, que nada más salir del cine me puse a llamar a mi madre, a mi hermano y a mis primos para recomendársela. Y Kiki creo que es de las que va a gustar a todos también. Incluso más de lo que nos esperamos, porque realmente estamos ya bastante espabilados pese a que nos cuesta mostrar la apertura de mentes que podemos tener. Pero ver eso en el cine ya no es tan sorpendente. Miley Cyrus hace videoclips mucho más provocadores que esta película, y sus vídeos los ve mi prima de doce años. Pues nosotros, que tenemos cuarenta o cincuenta, sabemos perfectamente de lo que va esta película.» Y Natalia añade: «Yo creo que el público se va a sorprender. Al principio estarán reticentes porque se sabe que se habla de sexo, y de repente, cuando entren, se van a reír muchísimo, porque además es una comedia muy inteligente. no es una comedia fácil. Son cosas muy inteligentes y muy ácidas. Creo que el boca oreja va a funcionar, porque además hay historias muy diferentes, con todas las edades y todas las clases sociales, y la gente se va a sentir identificada de alguna manera con alguna de las historias.»

Natalia de Molina y Álex García en Kiki, el amor se hace
Natalia de Molina y Álex García en Kiki, el amor se hace

Por último, destaquemos algo que llamará la atención de los espectadores que vayan a ver Kiki, el amor se hace. La secuencia de créditos iniciales. Como obra de arte que es, había que preguntarle a Paco León por su concepción. En una época en la que los créditos que informan acerca del equipo técnico y artístico de las películas que vamos a ver están relegados al final de las mismas, cuando ya el público se levanta de sus butacas ignorando quiénes son aquellos que le han hecho pasar un buen rato, Paco León abre la película con la manera más original de presentar a todos aquellos a los que al finalizar vamos a aplaudir: «Para la secuencia de créditos he tenido buenos cómplices. Yo tenía esa idea muy concreta. Yo quería eso. Me costó mucho explicarlo, porque a ver cómo se lo cuentas al director de fotografía. Había que mezclar, buscar archivos… y también fue muy importante la colaboración de dos creativos. Por un lado, de mindsoart, que es un instagramer del que yo soy fan, lo sigo en Instagram, y me gustaban mucho los collages que hacía, y contacté con él y le dije que me gustaría colaborar de alguna forma inspirándome en su trabajo. También gracias a Sopa., el equipo creativo con el que trabajo siempre. Ellos han hecho la secuencia. La idea partió de mí pero lo he llevado a cabo con todos ellos.»
Acabados esos créditos, dará comienzo la película. ¿Preparados para «echar un Kiki»?

Silvia García Jerez

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