JEAN-CHRISTOPHE ROGER: No hay imagen en 3D que pueda sustituir la emoción de las pinturas de Goya
Jean-Christophe Roger estuvo en Madrid para presentar El viaje de Ernest y Celestine, una película de animación tradicional, nada de 3D, basada en los cuentos de Gabrielle Vincent, autora belga de la colección original de los libros infantiles, que falleció en el año 2000 y que por lo tanto no ha llegado a ver esta historia surgida de la imaginación de Agnès Bidaud y Didier Brunner. Roger, codirector del film junto a Julien Chheng, formó equipo también con él en 2017, cuando realizaron una adaptación de las viñetas en Ernest & Celestine, cuentos de invierno, película posterior a la que incluso optó al Oscar a la mejor película de animación en el año en que venció Frozen, Ernest & Celestine. Pero esa no la dirigieron ellos. Han tardado mucho, en cualquier caso, en traernos de nuevo a los personajes, esta vez en una cinta que relata una única aventura, y en la conversación con Roger le preguntamos por qué han pasado 6 años entre una y otra, y unas cuantas curiosidades más acerca de la producción de esta bellísima película que llega a las pantallas el 11 de agosto.
La Cronosfera: ¿Qué cree que habría opinado de la película la autora de los libros, Gabrielle Vincent?
Jean-Christophe Roger: Es una pregunta interesante. No puedo responder por ella. Cuando ella vivía no quería que hubiera adaptaciones de sus libros en películas animadas porque cuando vivía, alguien había intentado hacer una, en dibujos animados, sin haberle pedido autorización. Hizo algo que no estaba bien. Así que estaba muy descontenta de aquella experiencia. Pero legó toda su obra a su sobrino y su sobrino, que la conocía muy bien, y que adoraba su obra, comprendió que para que el mensaje y la obra de Gabrielle Vincent pudieran seguir viviendo, era indispensable que hubiera una buena adaptación en dibujos animados. No sé si hemos hecho una buena adaptación pero somos un poco como los herederos, los hijos de Gabrielle Vincent. Entre todo el equipo hemos intentado hacerlo lo mejor posible para que el espíritu, su arte gráfico y su mensaje fueran transmitidos a los niños de hoy. Esa ha sido nuestra intención.
La Cronosfera: ¿Cómo ha sido dirigir con Julien Chheng una película de animación a dos manos? ¿Qué ha hecho cada uno?
Jean-Christophe Roger: Para dirigir un trabajo que tenga un auténtico valor, en mi opinión lo que es importante es que haya un reto personal y que vaya vinculado a ese trabajo. Para mí el esfuerzo es hacer una película a cuatro manos. Julien y yo somos dos personas muy diferentes pero nos entendemos muy bien. Desde el principio decidimos que todo lo que eran decisiones creativas las íbamos a hacer juntos. Así que no dividimos el trabajo en dos, decidimos que todo lo que íbamos a hacer, por el bien de la película, sería de mutuo acuerdo entre ambos. Así que al principio se dibujó el storyboard entre los dos, a cuatro manos, y dábamos la opinión sobre lo que el otro hacía. Constantemente. Poco a poco, agrandamos el equipo con otras personas y cada vez que había que tomar una decisión siempre la tomábamos juntos. Así siempre teníamos que intentar cuestionar lo que hacíamos para tener en cuenta la opinión del otro. A menudo, trabajando así, la solución que encontrábamos era mejor de lo que uno solo hubiera imaginado. Es como si se multiplicara la creatividad intentando escuchar la opinión del otro, intentando mejorar su trabajo. A veces no es fácil, porque cuando uno es director uno quiere hacer algo de una cierta manera y estábamos obligados a ir más allá de nuestro ego y trabajar en equipo. Y eso es muy específico de la producción de esta película, un poco simbólico, porque Ernest y Celestine son los dos mejores amigos pero son muy distintos. Y ese es el ADN de la película: ser diferente pero trabajar juntos.
La Cronosfera: ¿Hasta qué punto hay que defender, ante la dominación de la animación en 3D en Disney o Pixar, la producción de películas en 2D para que se vean en los cines?
Jean-Christophe Roger: Ayer por la tarde volví al museo del Prado y cuando se ven las pinturas de Goya no hay imagen en 3D que pudiera sustituirlas. Es fuerza, emoción… con el 2D se puede conservar la emoción artística que permite transmitir algo que es un poco específico. No es una imagen fabricada por ordenador, aunque creo que para algunas películas, quizá no todas, la imagen fabricada por ordenador aporta un valor importante. Creo que es bueno tener diversidad en las películas.
La Cronosfera: ¿Por qué se ha tardado tanto en hacer El viaje de Ernest y Celestine después de la primera película de ambos, Ernest & Celestine, cuentos de invierno, en 2017?
Jean-Christophe Roger: La primera película, Ernest & Celestine, del año 2012, tuvo muchísimo éxito. Está considerada como una de las películas de referencia de animación, así que cuando hice la segunda teníamos una gran presión. Así que ha habido una larga investigación para encontrar una idea interesante para la historia. Ha llevado diez años tener presupuesto y tener un guión que hiciera que todo el mundo estuviera de acuerdo para empezar a trabajar. Y cuando empezamos, realmente cambiaron muchas cosas. Y no quisimos hacer una película que copiara a la primera.
La Cronosfera: No sé si el hecho de encontrar la historia que querían contar tiene que ver con acercar a la infancia el oscurantismo que se está viviendo en el mundo.
Jean-Christophe Roger: Exactamente. El mundo de mañana depende de la juventud de hoy y para mí es muy importante hacer películas que inspiren a la juventud y que les hagan sentir que ellos pueden crear su propia vida y que esa vida está en sus manos. Depende de ellos. No sólo pueden crear su propia vida, también pueden transformar el mundo en que viven. Por eso trabajo desde hace cuarenta años en películas para la juventud. No siempre se hacen cosas que sean inspiradoras pero es lo que yo espero llegar a hacer en las películas de animación. Porque es un lenguaje que no es directo pero que puede llegarnos al corazón. Es lo que también he visto en todas las sesiones en las que se han proyectado las películas a niños en muchos países: los niños reaccionan con alegría.
La Cronosfera: Esta película, al igual que los libros en los que se inspiran, están considerados como ‘Cine/ Literatura de valores’. En el mundo en el que vivimos, en el que mucha gente joven no lee, o en el que el cine de superhéores domina las taquillas, ¿el cine de valores sigue teniendo cabida con ese propósito?
Jean-Christophe Roger: Todo el trabajo de valores es lento, invisible. Lleva mucho menos tiempo destruir algo que construir algo de valor. Si podemos inspirar a una persona, a niños, va a influir en lo que ellos harán con su vida. Es algo que no se puede medir en seis meses, un año o cinco años. Pero creo que son como semillas que se plantan y esas semillas acabarán floreciendo.
Silvia García Jerez