James McAvoy: el resplandor de Shyamalan
A James McCavoy se le ha terminado la saga X-Men. Hablo en términos de cómo ser recordado. Por supuesto que su Charles Xavier está ahí, y lo estará, es básico en su filmografía, al igual que Mr. Tumnus, el fauno de Las crónicas de Narnia que lo dio a conocer.
Pero el director hindú M. Night Shyamalan le ha proporcionado al actor escocés un nuevo universo al que acogerse y bajo el que cobijarse: el de la película Múltiple, que ahora se estrena en España y que en Estados Unidos ha supuesto un éxito más en la carrera del responsable de El sexto sentido. Y con ella McAvoy está brillando como nunca, al igual que antes lo hicieron Bruce Willis o Joaquin Phoenix en algunas de sus cintas más famosas.
McAvoy da vida en Múltiple a un hombre en el que conviven varias personalidades. En concreto 23. En el film no aparecen todas, pero tendremos el placer de conocer a Barry, Dennis, Patricia o Hedwig, y el espectador solo puede hacer una cosa cada vez que uno de ellos se presenta en pantalla: rendirse a los pies del intérprete.
Guste Múltiple más o menos, entretenga o deje de entretener, hay un dato objetivo por el que tenemos que guiarnos al ver la película, y es que el recital de James McAvoy es digno de asombro, de no perderse ni un ápice de sus detalles, incluyendo gestos, miradas y voces creadas para cada uno de los personajes que habitan el cuerpo del protagonista.
McCavoy puede, sin que la cámara deje de enfocarlo, provocar risa y pánico en una misma escena. Múltiple resplandece gracias a él. Su nivel interpretativo es insuperable. Podrían desaparecer los demás personajes de la pantalla y apenas los echaríamos de menos, porque su presencia es tan rotunda que la llena hasta el punto de traspasarla. Y todos sabemos que, una vez acabada la película, James McAvoy va a convertirse en el actor conocido sobre todo por este trabajo.
Y no sería mala tarjeta de presentación para el resumen de su filmografía. Lo que consigue en Múltiple no es para tomarlo a broma, por mucho que el terror sea un género del que las academias reniegan, por lo general con bastante alegría y algo de menosprecio. Si no es drama, no cuentas. Si una comedia no contiene mucho drama, no tiene peso. Si lo que estrenas es un título de miedo o de ciencia ficción, apenas te miran a la cara.
Y mirar a la cara de Dennis o Hedwig es asombroso. Distinguir sus rasgos en un solo actor es propio de genios, y no reconocer que la de James McAvoy en Múltiple es una de las mejores interpretaciones del año, de ciegos.
Silvia García Jerez