HÉCTOR ALTERIO: Tita y yo nos entendemos con palabras que no existen
El genio está de vuelta. El gran Héctor Alterio regresa al teatro. Estará poco tiempo en Madrid, en el Reina Victoria, contando de primera mano, en un monólogo escrito por su mujer, Ángela Bacaicoa, familiarmente conocida como Tita, recuerdos de su vida en Una pequeña historia.
Tan sólo tres días, el 21, 22 y 23 de junio. Eso es todo lo que Héctor Alterio estará relatando su pasado sobre las tablas del Reina Victoria. Hay que aprovechar. Es todo un lujo contar con un grande de la escena argentina entre nosotros, un hombre que salió de Buenos Aires en 1974 sin que luego pudiera volar de vuelta a su país. La dictadura se lo impidió.
Aquí rodó películas impresionantes entre 1976 y 1978, como Cría cuervos, Pascual Duarte, Las truchas, Asignatura pendiente, La guerra de papá, El nido, La escopeta nacional o la serie de televisión Anillos de oro… y aún no había llegado La historia oficial (1985), que conseguiría el Oscar a la mejor película de habla no inglesa por contar la realidad de la dictadura argentina. Y por supuesto, tampoco había rodado El hijo de la novia, ese rotundo taquillazo argentino en España que lo volvía a reunir, en el año 2001, con Norma Aleandro, su esposa en La historia oficial.
Sí, es un mito, una leyenda. Por eso es tan bonito verlo de nuevo sobre las tablas, aunque sea por tres días nada más. Está mayor y se entiende, pero a pesar de la edad, evidente cuando uno lo tiene delante, es un animal escénico que cuando recita El Quijote nos ofrece al Héctor Alterio que conocemos, ese actor inmenso que te arrastra con él al universo que recree con sus palabras. Sólo los grandes son capaces de eso, capaces de lograr que nos olvidemos de que estamos ante alguien nacido en 1929 y que por lo tanto tiene 94 años.
Alterio y Bacaicoa, -padres de Ernesto y Malena-, actor y autora del monólogo, estuvieron, junto a Juan Esteban Cuacchi, responsable del acompañamiento musical al piano durante la representación, presentes en la rueda de prensa de Una pequeña historia contando en qué consiste el proyecto y por qué el empeño en llevarlo a cabo.
Ángela Bacaicoa cuenta que ‘este espectáculo nació porque unos productores de Buenos Aires querían que Héctor volviera al escenario. Después de ocho años. Entonces yo me puse en obra, Héctor quería hacerlo y escribí un boceto, una estructura, para recoger todas las cosas que Héctor fue viviendo en esos años. Es un espectáculo de tango, de música, de poemas y del amor de Héctor por León Felipe. Yo no soy escritora ni directora, yo soy psicoanalista, pero quería que Héctor siguiera trabajando porque a él le gusta mucho, porque es su vida. Él vive en el escenario y yo lo disfruto mucho. Y Juan me enredó con los ensayos y ahí estuve también.’
Llegados a este punto, Ángela quiere aclarar quién es Juan: ‘Nosotros, como buenos exiliados, hemos tenido, a lo largo de la vida, familias de adopción. En las casas de la gente exiliada se hacen reuniones, fiestas… y Juan es uno de los hijos de adopción nuestros. Sus hijos son mis nietos de adopción. El piano siempre estuvo en las fiestas y Juan, que para mí es un genio, estuvo colaborando en esas fiestas y las pasamos muy bien. De eso va también el espectáculo, de cómo los seres que no vivíamos en España tuvimos que adaptarnos a una nueva realidad. Héctor va a contar lo que fue su experiencia de vida.’
Juan toma entonces la palabra. ‘Héctor nació hace muchos años, y en esas noches viejas donde nos encontrábamos, después de las doce de la noche, con un vino hermoso, siempre terminábamos diciendo: ‘Héctor: tenés que cantar tangos.’ Y Héctor decía: ‘No, no empecemos con esa boludez.’ Y después de muchos años lo convencimos para que recitara tangos y en este espectáculo hace La balada para un loco. Y es impresionante. No sólo por su carácter como actor sino por su fibra porteña. Para mí, que soy músico de tango y que vivo mucho tiempo fuera, cada vez que nos juntamos a hacerlo es como estar en casa. Y esa es la parte musical del espectáculo, que es una fiesta.’
A la pregunta de qué es lo más difícil de hacer esta obra, Héctor Alterio responde que no encuentra nada realmente difícil. ‘Fueron todas sensaciones de gratificación. Me siento agradecido por hacer este personaje. Me enriquece permanentemente. Todavía no tengo la respuesta del público español pero va a gustar, pienso que sí.’
Héctor añade que ‘trabajar con Tita ‘es una maravilla porque son muchos años juntos y nos entendemos con palabras que no existen. Ahora vamos a ver si esa sensación mía de haber trabajado con alguien con mucho talento y mucha creatividad ha dado como resultado lo que yo esperaba.’
Silvia García Jerez