ELTON JOHN ACTÚA EN MADRID CON UN CONCIERTO DE REALIDAD AUMENTADA, MIENTRAS SU ROCKETMAN CONTINÚA LANZADO EN TAQUILLA

Esta noche, Sir Elton John tocará su piano en Madrid dentro de una gira que aunque suena a despedida (Farewell Yellow Brick Road, o lo que es lo mismo, Adiós al camino de baldosas amarillas), inaugura una nueva experiencia de directo al retransmitir el concierto con una sonoridad aumentada, gracias a un nuevo dispositivo que permite personalizar el audio a los asistentes al show y a quienes lo alquilen online. 

No hay mejor momento, pues, para disfrutar de su música y reponer su Rocketman en portada. Porque tras medio siglo de carrera y la creación de un buen puñado de grandes composiciones pop, Elton John merece su película y su leyenda. Todo un biopic musical, producido por él mismo y sonando a futura adaptación teatral, que relata la vida del artista desde el psicoanálisis y la desintoxicación, poniéndole de nuevo en escena junto a algunas de sus mejores canciones que ahora, son ya tarareadas por distintas generaciones. 

Desde el Pinball Wizard de Tommy a su interpretación de Candle in the Wind en el funeral de Lady Di, pasando por ser el autor de las partituras de El Rey León Billy Elliot, Elton John ha vivido y cantado mucho, pero es en Rocketman donde conocemos los comienzos de la estrella y esos excesos en juergas, compras compulsivas, amores y drogas de todo tipo, que le convirtieron en un cohete de éxitos con subidones y bajones personajes que él disfrazaba con plataformas, plumas, sombreros, gafas y millones de ventas en discos… Hasta que explotó. Rompiendo, entonces, con los vicios y el mismo destino, en una primera reunión de politoxicómanos que sirve de deslumbrante arranque para el filme.

Habrá comparaciones con Bohemian Rhapsody, ya que en poco tiempo el mismo director realiza otra cinta sobre un excéntrico icono musical con traumas familiares y ciertas dudas sexuales. Sin embargo y a pesar de sus paralelismos -tanto F. Mercury como E. John se vistieron de reinas y clowns, cambiaron de nombre y fueron unos chicos de suburbio atrapando la neurosis del talento y la fama-, cada una resulta convincente en su estilo, compartiendo a la par esa intención -terapéutica y disfrutona- de homenaje para todos los públicos.

Si bien Rocketman es algo más psicológica y arriesgada en los momentos pardos, va perdiendo ritmo y emoción según despoja al mito del atuendo, terminado quizá con un final demasiado convencional. Pero es lo que tiene un biopic hecho a medida para quien se mantiene vivo, sobrio y activo desde finales de los ’80, habiendo exprimido al límite aquello de sexo, drogas y rock and roll.  

Con una estructura circular, en clave teatral y jugando a las metáforas, Rocketman recorre la infancia y juventud del artista británico entre recuerdos y ensoñaciones, que reconvertidos en fabulosos números musicales atraviesan géneros y décadas, desde los años cincuenta a los citados ochenta.

Empezando por The bitch is back con un Elton John de niño, bailando en su traje de diablo, para saltar con Saturday Night’s Alright For Fighting y su transformación en adolescente desde un pequeño pub hasta una impresionante feria, que casi en plano secuencia y con múltiples coreografías, nos lleva a esa primera actuación en América de un joven Elton entonando aquel la-la, la-la, laaa de Cocodrile Rock, que condicionó toda su carrera.  

La cinta colecciona brillantes y coloristas videoclips según avanza el relato, pasando de los tugurios a los abarrotados estadios, mientras nos sumergimos en la bacanal vital del artista hasta que Rocketman, por fin, se escucha desde el fondo de una piscina. Es entonces cuando ya sólo queda salir a la superficie, y alcanzar el principio del fin. 

No están todos sus hits, pero los seleccionados valen la entrada. Más aún tras conocer las influencias, debilidades y relaciones -algo caricaturizadas en la pantalla con unos progenitores distantes y un malvado manager- de este cantautor que igual tocaba versiones, que cantaba éxitos de su puño y letra, que interpretaba lo inventado ad hoc por su buen amigo Taupin (ese letrista aún en colaboración, a quien dedicó la emotiva Your Song con la que llegó el reconocimiento mundial).

Rocketman recrea un buen recital de actuaciones y melodías, demostrando además que todo lo visto fue real. Recuperando para el final las verdaderas fotos que inspiraron las secuencias de ficción, y la auténtica grabación del video de I´m still standing que -capricho del destino- fue rodado en Cannes -cuando Elton John proclamaba que todavía seguía en pie, sin ni siquiera imaginar que volvería a esa misma ciudad, treinta años después, para presentar una película sobre su vida dentro del mítico festival cinematográfico-.

Para acabar, cabe destacar a los chavales que se meten en la piel de aquel chico tímido y vergonzosamente humilde, que logró el sueño de ser una estrella del Rock. No obstante, quien conmueve es Taron Egerton consiguiendo sin playback alguno, parecerse al camaleónico artista. 

Esta noche se anuncia como el último concierto de Elton John en España.

Siempre agradecido, y mientas en sus lentes perdure el reflejo de la fantasía de Oz como legado personal, es seguro que complacerá a sus fans repasando cada tema del biopic, frente a las teclas de su piano.

Y aunque con la edad parece haber alcanzado cierta discreción, cambiando consumismo por filantropía, el mismo artista mantiene el gusto por las excentricidades con unas entradas rozando los 900 euros… Cierto es que incluyen asientos en las primeras filas y un encuentro con la estrella en backstage, con copita de champán y el regalo de una litografía, pero para quienes no pueda costearse tal show, está la novedosa app PEEX que transmitirá en vivo y en directo tan única oportunidad.

+INFO: https://www.eltonjohn.com/tours

Mariló C. Calvo 

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