ELIO: Pixar mira hacia las estrellas
Las estrellas, el Cosmos, los extraterrestres… Elio, el niño protagonista de la nueva producción animada de Pixar, no encaja en la Tierra y quiere que venga una nave con alienígenas que lo abduzca y lo haga desaparecer de un planeta en el que no es feliz, en el que sufre acoso escolar y en el que, como han fallecido sus padres, su tía cuida de él, pero no mucho, bajo su punto de vista. De hecho, Elio cree que para ella es un estorbo y eso lo hunde un poco más.
Y es que Elio, en el trabajo de su tía, que es clandestino y consiste en descifrar mensajes alienígenas, descubre el Cosmos y se queda fascinado. Desde entonces no piensa en otra cosa que en mirar hacia las estrellas deseando que algún día una nave espacial cumpla su deseo. Y un día, en efecto, una llega y lo cumple. Y allí, rodeado de seres a cual más extraños, se siente feliz.
Pero ellos no lo están tanto. De hecho, viven atemorizados por Lord Grigon, el violento jefe del ejército de Hylurg, así que los pequeños alienígenas de los que ahora se rodea Elio ven en el niño que acaban de abducir la oportunidad de acabar con él. Si Elio se atreve. Para su propia sorpresa, Elio se presenta voluntario para llevar a cabo la tarea, todo con tal de encajar entre sus nuevos ‘amigos’ y poder vivir en el espacio. Lo que Elio no sabe es la aventura a la que va a tener que enfrentarse si quiere conseguir su propósito.
Elio es la nueva producción original de Pixar. Disney distribuye y Pixar es el estudio de animación, el creado por John Lassetter, que tiene la potestad de poner en marcha los productos que desee. Sin prestar atención a las demandas del mercado, es decir, sin tener que estar pendiente de hacer una secuela o una quinta parte… como está produciendo actualmente con la saga Toy Story. Unas originales, otras no. Es una estrategia comercial como cualquier otra… De hecho, recordemos que Toy Story fue su primera película original, cinta con la que Pixar, en 1995, dio el pistoletazo de salida a sus largometrajes tras sus exitosos y extraordinarios cortos. Era otro momento de la industria. Claramente.
Pero volvamos al presente, ese en el que Elemental (2023), el último estreno original de Pixar –Del revés 2 llegó a nuestras pantallas en junio del pasado año y fue un exitazo descomunal- tuvo una recepción inicial tan taimada que Disney ha decidido no promocionar Elio. Por si acaso. Y ese ‘por si acaso’ la ha llevado a ser un fracaso de taquilla en Estados Unidos. En España va camino de lo mismo: algunos carteles anunciando su estreno el día 9 de julio y poco más. Ni los niños, que son el público potencial del film y más estando de vacaciones, saben que está a punto de estrenarse, a ver cómo les dicen a sus padres que los lleven a verla.
Y es una lástima, porque Elio es una gran película. Desde luego, mucho mejor que Elemental. Elio no se merece una mala taquilla. Pixar, está claro, ha dejado de hacer películas impactantes a nivel creativo, ya que tal vez su última gran producción a ese nivel fuera Del revés (2015), aunque Coco (2017), que era algo peor, funcionó muy bien y el estudio ya prepara su continuación para 2029. Desde entonces se ha limitado a hacer secuelas y películas originales que no acaban de ser míticas, caso de The good dinosaur (2015), la estupenda Onward (2020) a la que le afectó enormemente estrenarse justo antes del confinamiento, o el trío de películas que llegaron únicamente a plataformas cuando estábamos ya inmersos en la pandemia: Soul, Luca y Red.
Es decir, nos guste o no, Pixar está en horas bajas. Y el estreno de Elio no parece que vaya a a ayudar mucho al estudio. Un niño siendo amigo de alienígenas, por muy bonita y entretenida que sea la película no resulta tan original, como lo fueron a nivel creativo esos muñecos que cobraban vida cuando el niño que jugaba con él dejaba la habitación, o esa niña que se asustaba con los monstruos a la hora de irse a dormir, o ese robot que apilaba basura y se enamoraba de un modelo más moderno que él, o ese anciano que se marchaba con la casa a cuestas para cumplir el deseo de su mujer fallecida. Si no hace falta decir los títulos es que son obras que han pasado al Olimpo de las películas míticas. Y con razón. Y Pixar ya no ofrece joyas así. Aunque Elio sea estupenda no llega a ese nivel, no nos sorprende como lo conseguía el estudio en sus inicios, no nos apasiona de la misma manera.
Sí resulta estimulante que en su argumento un niño se interese por el Cosmos como lugar en el que desaparecer de la Tierra y de todos aquellos con los que no está cómodo, incluyendo su tía, pero el hecho de tener que enfrentarse a un villano para salvar un planeta es algo que ya no es nuevo en la cinematografía norteamericana. Hemos visto ya muchos puntos de partida parecidos.
Los personajes son bonitos, todos distintos y alguno hasta muy cuqui, como ese ordenador líquido llamado Ooooo que va a ser la guía inicial de Elio en el nuevo planeta. Pero no le saca partido. Y en otro momento de la industria ese ordenador podría haber sido el protagonista del corto que precediera a la siguiente película de la factoría, como hacían siempre antaño para las grandes salas.
Y es que, habrá quien lo recuerde, todas las películas de Pixar se proyectaban con un cortometraje delante que, casi siempre, ganaba luego el Oscar en su categoría, porque eran fabulosos… pero actualmente ni eso nos han estado dando a los espectadores en los cines, ya que el último fue Bao, en 2018, que precedía a Los increíbles 2. Desde entonces casi todos los cortos se han visto únicamente precediendo a las películas en la plataforma Disney+. Casi todos, a excepción de La cita de Carl que se unió al estreno de Elemental. Por completar la información, el primero fue Luxo Jr., que precedió a Toy Story 2 en 1986, lamparita que luego se convertiría en el logo animado de la productora.
A pesar de todo, y reconociendo que Elio no está al nivel que Pixar solía tener, es una película estupenda, entretenida, emocionante y llena de personajes adorables. Justo lo que la compañía ha estado dándonos siempre. Pero los tiempos han cambiado tanto que la fórmula habitual se ha quedado obsoleta, y por muy original que sea un nuevo protagonista, un nuevo planeta, unos nuevos secundarios… todos ellos saben a viejos, a manidos, a más de lo mismo. ¿Es Pixar o somos nosotros los que necesitamos estímulos que desconocemos para sorprendernos? Llega un momento en que ya es difícil responder a una pregunta así. ¿Está Pixar en piloto automático o a nosotros ya no nos interesa nada por mucho que nos esforcemos en que nos guste? ¿Se recibiría hoy un primer Toy Story con indiferencia?
Lo que está claro es que el estudio debe tomar nota y pensar bien lo que produce. Y tal vez lo que deba hacer no esté muy lejos de lo que hacía en sus inicios: dar luz verde a productos arriesgados en los que ellos confíen y venderlos con la seguridad de que lo han hecho bien. Elio bien promocionada, con la convicción de que es una magnífica película, hubiera funcionado en cualquier mercado. Pero si tú mismo te pones la zancadilla no hay pasos adelante que dar. Y el público huele el miedo que el estudio tiene en sus propuestas y es entonces cuando piensa que si ni a ellos les gusta por qué ir a verlas. Elio se merecía mucho más, se merecía volar alto y ganarse a la taquilla. Pero no en otro planeta, en el nuestro.
Silvia García Jerez