El traidor: una vendetta histórica.
Este fin de semana llega a los cines El traidor, la nueva película del veterano Marco Bellocchio. Un drama basado en hechos reales que compitió en la sección oficial de la pasada edición del Festival de Cannes. También obtuvo Pierfrancesco Favino, protagonista que encarna a Tomasso Buscetta, el premio al Mejor Actor del Festival de Sevilla. Y ahora, además, la película cuenta con cuatro nominaciones a los Premios del Cine Europeo. Unos galardones que se entregarán el próximo 7 de diciembre.
Pero volviendo a Sicilia, El traidor reconstruye de forma veraz y cruda la vida de Tomasso Buscetta; un soldado aliado de la vieja mafia palermitana, que fue famoso por ser la primera persona que, dentro de Italia, rompía la omertá (código de honor siciliano). Faltar a esta ley del silencio, significó dar a conocer al mundo entero el funcionamiento y las actuaciones de una organización criminal, jerarquizada y hasta ese momento clandestina. Una consecuencia que permitió a la justicia contragolpear a los capos sicilianos y a su negocio. En ese momento Palermo era la capital mundial de la heroína y las diferentes familias estaban enfrentadas por su control. Esa violencia llevo a Tomasso Buscetta a vengarse y a colaborar con el juez Giovanni Falcone, quien consiguió elaborar más de trescientas órdenes de arresto para diferentes capos y soldados de la Cosa Nostra.
Una realización apabullante y precisa, que tiene su culmen en la fidedigna reconstrucción de un juicio, que paradójicamente, llegó a superar a la ficción. Todo ello gracias a una cantidad interminable de situaciones disparatadas, que no pudieron evitar la contundente respuesta del Estado.
Cabe destacar una vez más a Pierfrancesco Favino, cuya interpretación y presencia hace que perdamos de golpe la incredulidad y eso que en ocasiones, presenciamos secuencias algo exageradas. Pero con él nada es inverosímil y la empatía lograda hace que reflexionemos sobre si de verdad no fue la Cosa Nostra quien le traicionó a él. Da la sensación de que esa fue la única alternativa.
Guillermo Asenjo Lara