El “Nuevo Orden” de Michel Franco
Y Michel Franco lo vuelve a hacer. Con su nueva película Nuevo Orden vuelve a poner a la burguesía mexicana en jaque pero ahora en forma de una violenta distopía que saca lo peor de la sociedad del país de América del Norte.
Ya en su ópera prima, Daniel y Ana (México, 2009), ponía en evidencia la fragilidad de un estado fallido, con el secuestro de los hermanos que dan título al filme y su posterior incesto obligado. O con la extraordinaria Después de Lucía (México, 2012), en donde la violencia se nos mostraba en un microcosmos, el de un colegio donde se practica un bullying sistemático contra una adolescente, pero llevado al extremo. Nuevo Orden va mucho más allá.
En esta cinta, el director nos cuenta una fábula distópica en la que retrata una población con marcadas diferencias sociales y económicas donde el sistema ya es insostenible e, inevitablemente, explota de la peor manera posible.
Ricos vs Pobres
Todo comienza con la celebración de una boda pija, muy pija, en donde los ricos disfrutan y los pobres sirven, donde los ricos humillan y los pobres aguantan, hasta que ya no pueden más.
Fuera de la casa del festejo está ocurriendo la revolución. Los pobres, levantados en armas, quieren poner fin a tanta opresión. Pero entonces entra en la ecuación el ejército, el verdadero poder para imponer el Nuevo Orden.
A diferencia de lo que se pensó en el estreno de esta película en México, donde acusaban a Franco de enaltecer la riqueza y aplastar la situación de pobreza, lo que el director nos quiere mostrar, realmente, son estas injusticias que se viven en México y evidenciar de forma muy clara la cómoda situación de las familias acomodada y los constantes abusos que de su poder hacen contra las clases más desfavorecidas. Hasta que éstas ya no pueden más.
Franco presenta, por un lado, una fiesta con todos los excesos que el dinero puede alcanzar, los regalos caros -carísimos-, el alcohol, las drogas y, por otro lado, la forma condescendiente con la que estas personas tratan a su personal de servicio.
La revolución
El director, a través de imágenes de explícita violencia, nos muestra una revolución de la clase trabajadora que pretende llegar hasta las últimas consecuencias para intentar acabar con esta supresiva situación.
No podemos reducir el discurso de Nuevo Orden solo al hecho de que los ricos siempre estarán por encima de los pobres, sino a que, en algún momento, esta situación será insostenible para los oprimidos y su respuesta no será la más pacífica, como una consecuencia evidente del hartazgo.
Existe una heroína, Marianne (Naian González Norvid), una dulce chica rica que, al parecer, es la única que está consciente de la situación e intenta ayudar a un ex empleado de su familia, pero está más cercana a una Grace de la película Dogville (Lars von Trier, Dinamarca, 2003), porque, aunque su intención es buena, no podemos dejar de ver que su ayuda se otorga desde su privilegiada situación de opulencia, y no desde la empatía y la humanidad. Ambas protagonistas pagan caro su falsa bondad.
Nuevo Orden habla de dinero, habla de humillaciones, habla de injusticias pero, sobre todo, habla del poder, ese poder que no puede comprarse, ese poder omnipresente que va a ordenarlo todo, tenga que pasar lo que tenga que pasar.
La violencia de la que somos testigos es solo una de las consecuencias que este poder puede ejercer contra la población, porque el filme tiene claro que no hay otra manera posible de advertir a la gente que no existe otra forma, en este universo particular, de que todo vuelva a la “normalidad”.
Cabe decir que el la película Nuevo Orden se llevó el León de Plata en el Festival de Cine de Venecia en su pasada entrega. Bien merecido.
Y si, Michel Franco lo ha vuelto a hacer, a vuelto a remover nuestras conciencias y a hacer temblar nuestra calma.
Si queréis vivir esta experiencia fílmica propuesta por el director mexicano, no podéis dejar de ir a las salas de cine de toda España a partir del 19 de febrero. Nuevo Orden es uno de los mejores estrenos que veremos este año.
Karina Tiznado.