EL FANTÁSTICO CASO DEL GOLEM

El fabuloso caso del Golem Cartel de la película
Cartel de la película

Uno ve el cartel de El fantástico caso del Golem y no sabe a qué atenerse. No queda claro si vamos a ver una película que se parezca a un cómic, si es ciencia ficción, si estamos ante una parodia… pero sí hay un dato que salta a la vista: está lleno de grandes nombres del cine español, como Luis Tosar, Roberto Álamo, Anna Castillo, Javier Botet, Tito Valverde o Brays Efe, quien fuera en su momento conocido por interpretar a Paquita Salas en la serie del mismo título.

Sus directores y guionistas, el tándem formado por Juan González y Nando Martínez que se hace llamar Burnin´ Percebes, nos cuenta en ella la loquísima historia de unos amigos que están en la azotea del edificio en el que vive Juan (Brays Efe) jugando a adivinar películas. Nada más inocente. De repente, David (David Menéndez) se desnuda para escenificar mejor la suya y por error cae al vacío. (Cuadro primero del cartel) Y al llegar abajo se rompe. No es que se mate, se rompe. En mil pedazos. Encima de un coche. Tal cual.

A partir de este comienzo tan surrealista sin explicación aparente pero del que empiezan a surgir problemas, como que el dueño del coche siniestrado quiera que él se haga cargo tras el accidente, Juan decide ponerse a investigar por qué nadie quiere hablar de cómo ha muerto David, ni siquiera el padre de Juan (Luis Tosar), que tanta relación tenía también con él. Dicha curiosidad va a llevarlo por una senda en la que se las verá con citas extrañas (Anna Castillo) o el descubrimiento de una puerta a un local que le va a mostrar un mundo insólito en el que parecen estar todas las respuestas que necesita, tan raras como lo que lleva viviendo desde que David se matara.

El origen de El fabuloso caso del Golem, según sus creadores, está en un gif que vieron de Top Secret, la célebre comedia de los ZAZ (David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker). En él, un soldado alemán se caía de una torreta y se hacía trizas al llegar al suelo. Burnin´ Percebes se preguntaron entonces qué pasaría si ese fuera tu mejor amigo, y a partir de ahí le dieron rienda suelta a la imaginación para darse una respuesta. Para dárnosla a todos. Es decir, que El fabuloso caso del Golem podría, bajo esa premisa, considerarse un spin-off de Top Secret

Bueno, salvando las distancias. Como concepto sí, podría ser una forma de spin-off nada al uso aunque al modo de 2023, en el que los gifs o los memes son la expresión de moda en la comedia más inmediata, los gags de las redes sociales, pero no tiene la calidad de aquella obra maestra de 1984. Tampoco le hace falta serlo ni lo pretende, y además no es la única película en la que se han inspirado porque su universo bebe de muchas fuentes, como Zombies Party, de Edgar Wright, El milagro de P. Tinto, de Javier Fesser, o Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Pedro Almodóvar. Con todo ese imaginario tan presente, simplemente nos deleitan con el suyo propio, especialmente surrealista, en el que nada es lo que parece pero todo tiene su explicación. También surrealista, por supuesto.

Brays Efe y Anna Castillo interpretan, en su encuentro, a una peculiar pareja

En El fantástico caso del Golem todo lo que sucede se enclava dentro del género que consta en el título. Y como tal, funciona muy bien. Nada responde a la lógica habitual, pero sí a la interna que propone la cinta. A cada dato que nos aportan, cada escenario que descubrimos, cada personaje que aparece, nos da la impresión de estar ante un cómic. Un cómic de factura un tanto escasa a nivel de imagen pero con un evidente buen gusto a la hora de mostrarnos la ambientación adecuada. Ciudad contemporánea pero poblada por seres extraños vestidos unos de manera futurista, otros como salidos de los años 50, caso de las mujeres del relato. Y un protagonista que en ese terreno es un desastre porque simplemente quiere ir a lo suyo, que no lo molesten y que le dejen en paz. Pero va a descubrir que eso es imposible porque se ha desatado algo que le concierne directamente. Y ahora tiene que arreglarlo, eso sí. Vestido como le venga en gana. Eso también.

El fantástico caso del Golem no es una buena película según los parámetros que nos hacen, habitualmente, afirmar que una película lo es. No entra en esos cánones. Parece una producción amateur aunque tenga a grandes figuras del cine español y cuente con unos efectos especiales espléndidos. Sus virtudes y sus defectos se entremezclan para darnos una obra de lo más curiosa, una marcianada valiente a contracorriente del cine al que estamos acostumbrados. Se nota el trabajo concienzudo en el guión, con mayor o menor acierto al mantener un humor surrealista que no siempre logra la carcajada pero que está presente en su tono, se reconoce el empeño de unos actores entregados a sus papeles -de entre quienes destaca un adorable Brays Efe como eje central del reparto coral-, pero, por contra, el ritmo no siempre le acompaña y ciertos bajones, algunos momentos irregulares, no le sientan bien al conjunto.

Aún así, hay que reconocerle a El fantástico caso del Golem su arrojo a la hora de contar una historia original que se salga de los cánones, tanto en la forma como en el fondo. Sólo por eso podemos perdonarle sus puntos débiles para centrarnos en el hecho de que estamos ante una película insólita que deja mejor recuerdo del que pueda parecer.

Silvia García Jerez

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