EL EMBARCADERO Crítica y entrevista a sus creadores
Nos embarcamos junto a Álex Pina, Esther Martínez Lobato y Jesús G. Colmenar en este thriller cargado de sensaciones y contrastes.
El embarcadero nos lleva a una Valencia hipnótica en una historia de sensaciones y muerte.
Entre la urbe de los rascacielos y La Albufera de juncos, dos mujeres (Verónica Sánchez e Irene Arcos) entrelazan repentinamente sus vidas, tras el extraño fallecimiento del hombre (Álvaro Morte) con el que, cada una, compartía su vida por separado; desde lo salvaje y natural, a lo oficialmente domesticado. Sin juicios ni moralidades.
Con una atmósfera muy cuidada que parece anclada al verano y a sus contrastes, la nueva serie creada por Álex Pina y Esther Martínez Lobato, bajo la dirección de Jesús G. Colmenar, nos enfrenta a esos dos mundos en un triángulo dramático y sensual que se apoya más el vaivén del amor, que el misterio de la muerte que les ha amarrado.
Con algunos cambios de estilo que a priori pueden resultar algo desconcertantes, mientras alguna interpretación protagonista (esa Verónica Sánchez rozando lo naíf) necesita ir encontrado su sitio según avanza el relato, llegamos siempre y durante ocho episodios a ese Embarcadero donde comienza y acaba todo.
Agarrándonos íntimamente y rompiendo constantemente la estructura narrativa, en El embarcadero se repiten algunos momentos que no sólo unen el presente y pasado de cada personaje (de ese hombre enamorado de dos mujeres, y de ese par de mujeres compartiendo el amor de su vida), sino que vuelven una y otra vez a lo que le ocurre a cada vértice del trío, para que sintamos casi por igual y desde sus distintas perspectivas, esas mismas emociones y recuerdos.
El embarcadero es pues, un thriller emocional. Un buen thriller emocional a lo Big Little Lies, con una estupenda Cecilia Roth que interpretando a una novelista -y suegra del difunto- nos explica en un golpe de efecto, toda la trama de esta infidelidad que quizá se excede en obsesión y reiteración, pero que compensa desde lo onírico, con una buena selección musical y esos colores precisos que van desde el dorado reflejado en el agua hasta el azul de ciudad.
El embarcadero parte de una idea original de Sonia Martínez, quien está detrás de El tiempo entre costuras y es responsable de Ficción en Atresmedia, que en colaboración con Vancouver Media y Movistar+produce esta nueva serie con dos temporadas ya finalizadas.
Un lujo de equipo con oficio y el secreto del éxito bien aprendido, tras encerrarnos en El barco, encarcelarnos de amarillo en varios Vis a Vis y uniformarnos en rojo para participar del atraco a La Casa de Papel, que le ha valido a la ficción española un Emmy muy bien ganado.
Entrevistamos a ÁLEX PINA, ESTHER MARTINEZ LOBATO y JESÚS G. COLMENAR, recién llegados del estreno en Valencia.
¿Qué tal ha ido el estreno en la tierra de El Embarcadero?
Álex Pina: Pues muy bien. Ha gustado mucho y eso que estaba el añadido de que se conoce muy bien el sitio, esa Albufera donde se desarrolla… Creo que estamos es el momento de la descentralización en las series y aunque pueden ser más localistas de laguna manera, somos igual de universales con una España de muchas Españas, con muchos rincones, todos muy diferentes.
Pero El embarcadero no podría haberse dado en otro lugar. ¿Qué tiene el agua y el sol de Valencia para que desate esas pasiones?
Esther Martínez Lobato: El planteamiento hubiera sido distinto y eso también es la gracia. Se trata de descentralizar pero con criterio, que donde tú ubiques la serie tenga importancia como cualquier personaje; que escojas los elementos que forman parte de la verdad intrínsecamente, que no sea algo gratuito, sino que puedas jugar con el entorno. Si no fuera sido en Valencia, la hubiéramos tratado otra manera, por ejemplo en Asturias o en Galicia, hubiera tenido otra naturaleza.
Jesús G. Colmenar: Que habría transformado toda la serie.
Veníais de un barco, una cárcel y un atraco de premio; en todas siempre ha habido cierto romanticismo, erotismo y alguna historia de amor. También en El embarcadero que plantea la infidelidad ¿desde el amor o el desamor?
Esther M. Lobato: Desde el amor, con todas las letras. Es cierto que lo ha habido, siempre ha estado, pero nunca nos habíamos enfrentado de una manera tan directa, tan frontal, desnudándonos de cualquier tipo de artificio. Y creo que viene de la necesidad de cambiar, de crecer y de no acomodarnos. Y es que da mucho vértigo pensar que sabes hacer lo que sea que sabes hacer, muy bien, aunque como profesional te vayas quedando cada vez más pequeñito. Hay que estudiar y seguir explorando, lanzándose a piscinas en las que no sabes bucear, porque este mundo es muy rico y muy amplio, y da mucho gusto investigar. Además, si la vida te ofrece la posibilidad de elegir, hacer cosas que no hayamos hecho antes es muy gratificante.
Álex Pina: Parte de lo romántico, sí, pero realmente es emocional, porque desnudamos las emociones de dos mujeres -de esa amante y la viuda- en un viaje emocional donde vemos cómo se juntan y se transforman.
Jesús G. Colmenar: Tiene que ver más con la búsqueda de identidad. Está también el amor, claro, como el sexo, la amistad y los planteamientos vitales, pero es la búsqueda de la identidad del marido, emprendiendo el viaje de conocerse a ella(s) misma(s), sin darse cuenta. Creo que eso es verdaderamente la serie.
¿Una serie para sentir o pensar? Con esa cámara tan cercana y esos saltos temporales…
Álex Pina: Para sentir…
Esther M. L.: Aunque te lleva a pensar.
Jesús G. Colmenar: Porque al final de lo que habla es de lo que todos somos; afectividad, maternidad, amor, desamor, como tú decías antes…
Esther M. L.: Y aunque parece íntima, te lleva hacerte preguntas que generan un debate. La verdad es que nos está sorprendiendo mucho la acogida, para bien, y creo que nos va a sorprender más que con Vis a Vis, que nos abrió los ojos y nos espoleó a seguir investigando, ya que fue una serie que no esta planeada para todos los públicos, con una sola temporada en un principio, y con una protagonista distinta en cada capítulo; o sea, era como un experimento, pero cuando la serie salió, resulta que la ve mogollón de público de distintas edades, y gusta porque tiene de todo, aún con su violencia y sexualidad. Y es que la gente no es tonta, tiene su cerebro.
¿Influyó el Emmy en El embarcadero, o ya estaba escrita la serie cuando llegó el premio?
Esther M. L.: Cuando empezó a plantearse El embarcadero no había habido ocurrido el boom de Netflix y el éxito de La casa de papel empezaba a suceder, con lo cual no influyó de ningún modo, porque además ya nos habíamos planteamos hacer algo distinto que nos motivara, saliendo de la zona de confort…
Para la segunda temporada nos apuntan que sin abandonar lo emocional, se lanzan más a la acción en el drama, evitando de nuevo esa comodidad, que ya han vuelto a conseguir con El embarcadero.
Toda la primera temporada, disponible en Movistar+.
Mariló C. Calvo