EMILIE DELEUZE : Aurora tiene vínculos con Bridget Jones
Emilie Deleuze es la directora de Aurora (Jamais contente), de la que también es una de las firmantes del guion que adapta la novela de Márie Desplechin, que cuenta la historia de una adolescente de trece años con la actitud de una joven de su edad pero con una capacidad asombrosa para utilizar el lenguaje, algo que dará lugar a situaciones chocantes y muy divertidas. La Cronosfera habló con Deleuze de esta recomendabilísima propuesta cinematográfica.
La Cronosfera: ¿Qué tenía la novela para que quisieras llevarla a la pantalla?
Emilie Deleuze: La fuerza del personaje. La comparo a personajes universales como Asterix y Obélix, por ejemplo, en el sentido de que tiene un arma contra el mundo. Contra el mundo con el que está en guerra, y que es el lenguaje. Y nosotros, espectadores o lectores, comprendemos bastante rápidamente cuál es su principio, así que tenemos el placer de verla atacando, porque conocemos su arma pero no sabemos cómo la va a usar. Y ahí me dije: pues aquí hay una película.
L.C.: ¿Visteis a muchas chicas antes de encontrar a ese hallazgo que es Léna Magnien?
E.D.: Sí, hice un casting muy largo, porque una de las dificultades de la película es que todo descansa sobre ese personaje, así que hacía falta que ella aguantara el ritmo y el sentido de la historia. Y también la evolución. Y todo esto en un solo personaje. En un solo actor que además nunca había actuado.
L.C.: Se dice que la música amansa a las fieras y en este caso parece que se confirma.
E.D.: Tener algo que hacer en el mundo tranquiliza. Yo estoy convencida de que si la gente hiciera lo que tiene que hacer aquí en la Tierra habría muchísima menos violencia.
L.C.: Cuando la madre de Aurora la quiere mandar a un internado ella le responde con una curiosa teoría sobre los monos…
E.D.: Aurora, cuando digo que el lenguaje es un arma en ella, tiene esa capacidad de parar las palabras en los adultos. Ella suelta cosas tan enormes que los adultos no consiguen ni siquiera hablar. Un poco como la gente que tiene tanta mala fe que uno los mira y ya ni sabe qué decir, porque es demasiado, y ella sí sabe. Así que el conjunto de los adultos frente a ella son un poco como tartamudos en el mejor de los casos. Por eso puse esa escena en la que la madre intenta hablarle en un momento en el que piensa que Aurora está abierta, pero es un poco olvidar quién es Aurora. Incluso en un momento en el que todo funciona bien Aurora le suelta la historia esta de los monos en la que la madre no sabe qué responder.
L.C.: Es curioso que Aurora entre en una librería y se agobie muchísimo porque no se ve capaz de encontrar un libro entre tantos. Eso sería normal en un adolescente cualquiera pero no en Aurora.
E.D.: Pero es que Aurora está contra todo. Contra los libros, que no valen para nada. Tiene esa fórmula, que es de adolescentes, la de que nada sirve para nada. Así que imaginarse que se van a agrupar libros en un mismo lugar… si uno se pone en su lugar es una locura, porque qué interés tiene tener tantos libros si nunca nos los vamos a leer. Ella tiene una relación con la vida por la que piensa que todo es absurdo.
L.C.: ¿Cómo consigues que todo ese caos que existe en la vida de Aurora, y que se plasma perfectamente en la película, quede a la vez expuesto cinematográficamente de una manera tan clara?
E.D.: La particularidad de Aurora, y el talento que Marie Desplechin ha desarrollado en su libro sobre este personaje, es que ella domina el lenguaje pero no tiene ni idea del sentido de las palabras. Ella sabe que las palabras pueden ser armas, pero no tiene ni idea de lo que significan. Por ejemplo, cuando utiliza la palabra ‘frígida’. Ella no sabe lo que quiere decir, pero sí sabe que si lo dice delante de sus padres va a crear un lío.
L.C.: ¿Podría compararse Aurora con una Bridget Jones adolescente?
E.D.: Un poco, un poco el mismo estilo aunque Aurora es más hostil al mundo. Aurora tiene ese talento del lenguaje, esa es la diferencia, pero si no, sí, son personajes cercanos. Bridget Jones es un poco más paranoica que Aurora, pero hay vínculos en los dos casos. Son personajes convencidos de que el mundo los ataca.
L.C.: ¿Cómo fue el rodaje de la escena del concierto, que es tan divertida como emotiva?
E.D.: Fue terrible (Afirma entre risas) porque lo hice al final del rodaje, evidentemente, y Lena, la actriz que hace de Aurora sentía que era el final de la película y empezaba a sentir mucha tristeza con la idea de que se acababa. Al mismo tiempo para ella era difícil porque no es una cantante profesional y todo se rodó en directo, así que tenía que cantar delante de los 200 figurantes, y además creo que tenía una especie de sentimiento que había surgido con los chicos y toda esa carga emotiva la invadía, siendo tan joven, con tan solo 13 años.
Silvia García Jerez