CORPUS CHRISTI. Una transformación integral.
«Ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos”. Seguramente a todos nos han dicho este refrán un montón de veces a lo largo de nuestra vida. Y es que no hay mejor frase que represente la trama de Corpus Christi. Todo es cuestión de apariencias, pero, ¿y la realidad? ¿Dónde está?
Una de las cosas más complicadas a la hora de hablar de esta película es precisamente hablar de Corpus Christi sin descubrir su trama. Es capaz de romper con todas las expectativas, con todos los cánones y penetrar en la mente del espectador de una forma abrumadora.
Todo se basa en Daniel, un joven exconvicto que tras pasar por un reformatorio se ve inmerso en un proceso de transformación espiritual con el objetivo de convertirse en sacerdote. Tan solo hay un problema, “escoria” como esa no tiene cabida en el mundo religioso. No obstante, el destino de nuestro protagonista hace que este llegue a una pequeña localidad en la que debido a diversos acontecimientos consigue hacerse pasar por cura. Gracias a su carisma, Daniel se gana al pueblo llegando a descubrir una tragedia envuelta en un amasijo de corrupción, religión, secretos y mentiras.
El pasado de Daniel no es precisamente un camino de rosas, pero él ejemplifica muy bien la guerra abierta sobre si las personas con el paso del tiempo pueden o no cambiar de camino. Él es el ejemplo radical a la par que real. Pase lo que pase siempre termina acudiendo a Dios y a la iglesia.
Corpus Christi es una película “semireligiosa” de la que nunca habrías pensado la trayectoria que toma. Una historia real jamás contada con una visión completamente utópica. Pero es que es precisamente eso la que la hace tan especial, tan absorbente y tan realista a la vez. Es admirable que testimonios e historias como esta puedan llegar a la mente de todos los públicos.
Nominada a mejor película internacional en los Oscar en 2019 y ganadora del Chicago Film Festival como mejor actor (Bartosz Bielenia) el mismo año. Corpus Christi se ha convertido en una auténtica obra de arte. Y es que estos premios son las credenciales perfectas para la película. Un entorno perfecto para que el protagonista se desate y demuestre todo su potencial interpretativo. De él solo puedo decir una palabra: brillante.
¿Qué es lo que más destacaría? Su gran desarrollo técnico, capaz de fusionar elementos propios de un film de este nivel artístico; una fotografía inmejorable, con unas tonalidades frías propias del entorno paisajístico donde se desarrolla. Una banda sonora acorde a cada escena en la que se muestra. Unos movimientos de cámara que crean un espectáculo increíble logrando trasladar el nerviosismo y la tensión de cada escena al espectador y un juego de planos con los que el equipo de producción logra que experimentemos casi una experiencia de inmersión. Una fusión de elementos perfecta.
Un film en el que todo está milimétricamente diseñado.
¿La única pega? El tiempo de desarrollo de la película, con casi dos horas de film el equipo logra coger ritmo tan solo en la última media hora, dejándote con la boca abierta cuando llegas al final, un final perfecto, abierto pero orientado, en el que solo hay dos opciones y cualquiera de ellas es simplemente “bestial”.
Si buscas una buena película, un cine alternativo, una historia diferente, te animo a que te sumerjas en Corpus Christi. Siéntate, relájate y simplemente disfruta.
Tania Martínez.