CONSPIRACIÓN VERMÚ: Locas aventuras desdichadas
Conspiración Vermú es, como bien indica el diseño de su portada y la información de su contraportada, una novela disparatada que bucea entre la ciencia ficción y la realidad, entre la acción y el delirio.
Su protagonista, Víctor Vaporús, que por obra y ‘gracia’ de los habituales diminutivos pasa a llamarse como el famoso medicamento, es un parado y bebedor compulsivo, que por efectos del alcohol vive dos realidades: la de su vida desdichada y la de sus alucinaciones, que a veces se confunden en su cabeza.
Envuelto en una trama absurda, en un complot para resucitar a Franco, trata de sortear los avatares más tremendos para poder sobrevivir.
Conspiración Vermú, que firma Aitor Marín, periodista que en su currículum cuenta con haber sido redactor jefe en la revista Interviú, que, casualmente, es el medio en el que trabaja Dolores Ambigú, la mujer que introduce a nuestro protagonista en esta locura, consta de tres partes diferenciadas, un epílogo y una nota del autor. Éstas dos últimas aclaratorias y muy necesarias, pues te llevan a centrar al personaje en el desenlace y las referencias históricas.
Es un libro de lectura ágil y entretenida, pero a pesar de todo lo dicho, a pesar de la locura que supone su trama, a pesar del desmadre que implica el universo que se crea en la novela, hay que advertir que ésta no es una comedia hilarante. Ni siquiera una novela de humor.
Y es que los hechos que narra son de una sordidez devastadora y de una truculencia por momentos extrema, que puede recordar a El crimen de Cuenca, la sobrecogedora película de Pilar Miró, que era estupenda pero que de humor, como bien recordamos todos, tenía más bien poco.
Eso no significa que no nos riamos en ningún momento. Lo hacemos, claro, pero no como teníamos previsto, no como imaginamos que vamos a hacerlo con la apariencia de novela de humor desternillante que Conspiración Vermú tiene.
Aunque tal vez sea por su sordidez que empatizamos con el desdichado protagonista, nos alegre saber que ‘En su memoria apenas queda ningún recuerdo…’.
Silvia García Jerez
Sorprendente y disparatada novela con una ironía fina que nada entre Eduardo Mendoza y Valle Inclán para describir las miserias sociales de una España que aún rezuma la soflama del Franquismo tras una crisis económica que ha dejado a mucha gente en la cuneta.
U a grata sorpresa el autor, Aitor Marín.