BESOS AL AIRE: Amor en el confinamiento

Besos al aire es el concepto de la máxima proximidad a la que deberías estar en tiempos de covid-19, incluso con las personas a las que más quieres. La recomendación no escrita de la mayor demostración de cariño, o de amor, hacia quien desees demostrárselo.

Por eso, Besos al aire es el título de la miniserie evento, compuesta de dos capítulos de 80 minutos cada uno, que se estrena el día 26 en Star, de Disney+, y cuyo desenlace podrá verse el día 2 de abril.

Se trata de un cariñoso homenaje a los sanitarios que tanto hicieron por los enfermos de coronavirus desde el inicio del confinamiento, días que la serie refleja con planos de aquellas calles vacías que vimos desde mediados de marzo de 2020, junto con momentos de los comunicados de las autoridades, poniéndonos en situación de a qué nos estamos enfrentando en esta ficción.

Pero una vez que ya estamos situados, la miniserie nos acerca a los personajes que componen sus distintas historias. A Javi (Paco León), protagonista en medio de un reparto coral, un enfermero entregado a su trabajo y a cada uno de los pacientes que atiende, o a Fidel (José Ángel Egido), un urólogo que tras quedarse viudo va a tener, en el hospital donde trabaja, una segunda oportunidad para el amor.

También conoceremos a la familia de Celeste (Zoe Stein), una chica que se muda a la capital, a casa de Diana (Gracia Olayo) y Pedro (Nancho Novo), sus abuelos, dos personas adorables que intentarán quitarle a su nieta la timidez que caracteriza sus actos.

Todos ellos, y muchos personajes más, van a dar forma a una miniserie tan emotiva como deliciosa, un Love actually en tiempos del covid producido por Telecinco y Alea Media, que también produjo la serie de HBO Patria.

Celeste (Zoe Stein) y su abuela, en los aplausos de las 20:00, en Besos al aire
Celeste (Zoe Stein) y su abuela, en los aplausos de las 20:00

Besos al aire es una serie que va de menos a más, porque la emoción se va a ir desbordando según las historias vayan avanzando y tengamos el cuadro competo de lo que sucede, y tal circunstancia va a lograr que nos encariñemos con un puñado de personas con las que nos vamos a sentir identificados porque son perfiles de los que hemos ido sabiendo a lo largo de este pasado año.

Familias a las que reconocemos, porque podíamos haber sido ellos, o podría tratarse de nuestros vecinos. Lo que les sucede, lo que sienten, lo que anhelan. Pero es que también vamos a asistir a algo tan cotidiano como los aplausos de las 20:00, que en España fueron el centro de unión durante un pequeño ratito cada día, en las terrazas o las ventanas, quienes no tuvieran de las primeras o prefirieran acudir a las segundas.

Pese a todo, a la emoción que se va acumulando en la narración, no es una miniserie triste, sino de una dulzura y en realidad de una esperanza, enormes. Porque lo que Besos al aire pretende es homenajear a quienes estuvieron en primera línea de la pandemia, a quienes lo dieron todo por salvarnos, por ponernos en contacto con nuestros seres queridos en los momentos más duros, no habiendo posibilidad de que los familiares acompañaran a los enfermos.

Por eso Besos al aire es una gozada, porque trata el confinamiento con una delicadeza extrema para contarnos lo que ya vivimos, sí, pero desde un punto de vista que no siempre era viable visitar.

Y por supuesto, vamos a conocer el lado más humano de todos esos profesionales, que además de serlo fueron personas con sentimientos deseando ser deseados por quienes deseaban.

Dos capítulos le bastan a Besos al aire para convertirse en una miniserie que no podremos olvidar, con unos personajes que nos van a llegar al corazón y con unas tramas que no por cotidianas dejan de ser menos fantásticas.

Silvia García Jerez

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