AMA. Memoria viva
Ama, de José Ignacio Carnero (Caballo de Troya)
“Sé por qué intentamos mantener con vida a los muertos. Intentamos mantenerlos con vida para tenerlos con nosotros”.
Joan Didion
Con 17 años me fui de Galicia para estudiar fuera. De inmediato, me dejé llevar por la libertad y autonomía que hay implícita en la independencia del hogar familiar. Vuelvo más cuando puedo que cuando quiero, aunque tan solo son visitas; paréntesis momentáneos a la frenética rutina; breves reencuentros con las raíces de un yo protagónico que absorbe toda la atención. Esta es una de las situaciones en las que me encuentro -salvando las distancias- al leer Ama. La primera novela de José Ignacio Carnero trata el duelo desde una perspectiva tan realista como bella. Imposible no emocionarse.
Ama: tercera persona del presente del verbo amar. También madre en euskera. Ambos significados confluyen de manera natural durante el relato. Un relato emocionante donde el autor revela que su principal motivación para escribir el texto es una triste noticia sobre su madre. Pero estamos ante algo más que un retrato acerca del duelo o una memoria familiar. A través de la pérdida, Carnero abarca temas como las clases sociales, cambios generacionales y efectos de la crisis. Se sirve para ello de una pluralidad de recuerdos sobre la vida de su madre y la suya propia, ejemplarizando las reflexiones de un modo atractivo e inspirador.
Si algo podemos sentir con esta lectura es el amor profesado por el autor hacia su ama. Amor que se plasma en cada vez que piensa que el tiempo disfrutado junto a ella ha sido insuficiente. Amor que se plasma en cada melancólica mirada a un hogar vaciado de lo que le daba el nombre de hogar. El amor, al fin y al cabo, que experimentamos cuando la pérdida oprime hasta rompernos. En este caso, Carnero sufre una especie de recomposición mediante la redacción de la novela, que actúa como una forma de homenajear a su madre y de mantener viva su memoria; un precioso regalo tanto para ella como para sus lectores.
Pocas veces me ha emocionado tanto un libro como Ama; no negaré que parte de la culpa es de las referencias a Galicia, de la vida del autor lejos del hogar u otras similitudes vitales en las que me veo reflejada. Al margen de impresiones personales, esta breve novela es un primer ejercicio que sorprende gratamente por su calidad narrativa y su manera de tratar la pérdida. Carnero no edulcora los momentos duros, de soledad y dolor; tampoco los recrudece. De ahí que al leer tal realismo en sus palabras, estas lleguen más. Ama es una reflexión sobre qué es lo verdaderamente importante en la vida y a qué damos prioridad cada uno. Os animo encarecidamente a leerla y a plantearos estas preguntas después.
Para leer un fragmento de Ama, pincha aquí.
Alba González