Alberto Marini: Amo el anonimato del guionista
Escribió el guión de Para entrar a vivir, la espectacular película dirigida por Jaume Balagueró dentro del proyecto de cinco films de terror que fueron las Películas para no dormir, nacidas en homenaje a Historias para no dormir creadas por Chicho Ibáñez Serrador. Es autor de los libretos de Mientras duermes o El desconocido, dos hitos del cine reciente de nuestro país, y ahora, Alberto Marini se embarca en la dirección gracias a Summer camp, guión que también ha firmado. La cinta, que llega casi simultáneamente a salas comerciales y a plataformas de cine online, es un divertimento que reinventa el tema de los infectados. En el pasado Nocturna arrancó risas y aplausos, y fue en el marco del festival en el que La Cronosfera entrevistó al responsable de todos estos éxitos.
La Cronosfera: ¿Cómo ha resultado ser el paso a la dirección? ¿Querías darlo?
Alberto Marini: Sí, quería. Desde muy pequeño quería ser director de cine de películas de miedo. Yo ya se lo había dicho a mis padres y todo. Es algo que siempre quise hacer. Después creces y la pasión continúa. Estuve en Turín y allí no hay industria del cine, pero sí hay un festival y permitía a los chavales hacer su corto. Aquel formato te daba la oportunidad de hacer algo que luego se podía proyectar. Eran bodrios tremendos, pero veía que algunos amigos seguíamos con esta pasión. Hice la tesis sobre Derecho audiovisual y lo de hacer cine me seguía apeteciendo. Escribí guiones que no salían, pero bueno. Y luego estaba mi chica, que hoy es mi mujer, y estaba haciendo cosas en Turín pero luego nos mudamos aquí. Entré en Filmax y gracias a eso supe que aquí estaba la Fantastic Factory, y ahí sí que empecé a trabajar como consultor de guión, que me gustó muchísimo. Escribir guiones es otra pasión. Escribí Mientras duermes en teoría para dirigirla yo, pero por distintas razones no la hice yo sino Jaume Balagueró, en plan amistad, y menos mal, porque hizo un peliculón. Pero desde entonces se despertó una revolución, e intenté volver a dirigir. En 2013 se estaba acabando la producción de Los últimos días, y en ese momento estaba cansado para ponerme a hacer un guion de encargo, así que aproveché el tiempo para escribir algo que me apeteciera, con Danielle (Schleif), que es un guionista con el que trabajo mucho, y enfocamos una película para el mercado internacional, y esa ya la dirigí yo.
L.C.: Ya que nombras a Jaume Balagueró, cuéntame cómo es trabajar con él.
A.M.: Conozco a Jaume desde el 99. Hemos trabajado en muchas películas, yo más que nada como un perro guardián suyo, y nos conocemos muy bien. Y creo que nos tenemos las medidas muy bien tomadas. Hemos trabajado bien cuando él ha estado como director y yo trabajaba en otras funciones como productor o guionista, y después hicimos un cambio de papeles pero en realidad no ha cambiado mucho nuestra relación. Posiblemente Jaume es más respetuoso como director que yo. Impone menos su criterio. Eso sí, siempre sugiere, y para él Summer camp nunca ha sido una película de Balagueró dirigida por Marini, siempre era la película de Alberto Marini en la que Jaume intentaba ayudar. Y nunca me ha dicho: «No, esto no lo hagas porque mi nombre está detrás», no, él ha entrado a tope y ha ayudado a que Summer camp fuera para mí la mejor película posible.

L. C.: ¿De qué idea parte Summer camp?
A. M.: Yo decidí que quería escribir y dirigir una película antes de tener la idea. Entonces nos reunimos con Jaume y con el coguionista, Danielle, y salimos de ahí concentrados en lo que a mí me gusta, que es el terror. Y a mí me gustan dos criaturas en particular, que son los infectados y los hombres lobo. Son distintos pero los dos tienen que ver con lo mismo, para mí, que es el control de los instintos. Un infectado es una persona normal que por la infección, venga de donde venga, se vuelve completamente agresivo, y el hombre lobo no deja de ser un hombre normal y corriente que por influjo la luna, o por lo que sea, deja salir al animal que lleva dentro. Esto es una base de filosofía que considera a la naturaleza humana como malvada. Somos mal y solo cuando controlamos nuestros instintos podemos hacer el bien. Yo he visto una teoría, un estudio, que dice que lo primero que aprenden los niños de todo el mundo, sean de donde sean, de la China popular o de un país europeo, es la idea de propiedad. Y mío significa no tuyo, es un acto de agresión. Lo que hace el niño por instinto es agredir al otro. Eso hay que educarlo e inculcar el respeto. Y esa es una filosofía que me gusta y en la que creo y que me gustaba que estuviera en esta película. Luego trabajamos en la mitología de estas dos criaturas, infectados y hombres lobo para crear algo original. Entonces tenemos una mitología mixta de infectados que tienen los tiempos de hombres lobo. Van y vuelven. Y lo que me interesaba era contar la historia de un grupo de chavales que viven esta infección, que van y vuelven y cambian sus roles. La víctima se convierte en el carnicero, y al revés. Me gustaba ese tono salvaje en el que daba igual quién estuviera infectado y quién no. Van haciendo salvajadas entre ellos.

L. C.: Y lo haces todo con mucho humor.
A. M.: A mí me gusta el terror serio, pero si es serio tiene que tener una premisa creíble, y para hablar de infectados que van y vienen teníamos que tener una cierta autoironía. No es posible hablar en serio de esto. La autoironía se traslada entonces a algunas situaciones, a algunos personajes y al hecho de jugar con los héroes de la película. Ser conscientes de que estamos haciendo una película de terror y jugar con las convenciones de las películas de terror. No mencionamos otras películas pero sí están ahí, y les damos la vuelta para intentar establecer un juego con el espectador.
L. C.: Me llama mucho la atención esa especie de zombie miope.
A. M.: Siempre nos lo hemos planteado. Tuvimos una charla con Paco Plaza cuando estábamos en el desarrollo de REC 3. Allí hay un zombie infectado sordo que no escucha las órdenes del cura. Siempre estamos pensando esto. Yo soy muy miope. A mí, si me sueltas en el centro de Madrid sin gafas… a no ser que me acompañe alguien estoy seguro de que no podría volver. Me preguntaba qué pasaría si fuera un zombie o un infectado el que perdiera las gafas. No vería. Hay mucho de mí en este problema con las gafas.

L. C.: ¿Qué supuso para ti Para entrar a vivir?
A. M.: Para entrar a vivir fue uno de los primeros guiones que escribí aquí en España. Fue el segundo, pero se puede ver como el primero porque era muy gamberro. Yo creo que el mismo gamberrismo que utilizamos en el guion de Para entrar a vivir es el que utilizo en Summer camp como director. Como guionista empecé antes y fui madurando, pero como director empiezo ahora, y me apetecía buscar las mismas claves de gamberrismo que en aquella tv movie. Es una película, porque en algunos países se ha estrenado como película, que me encanta. Fue trabajo codo a codo con Jaume y era el momento de sacar paridas, que es algo que nos gusta mucho.
L. C.: Otra de tus películas importantes fue El desconocido. ¿Crees que es un punto de inflexión en tu carrera?
A. M.: No, el punto de inflexión fue Mientras duermes. La escribí, se hizo, tuvo mucho éxito, y a partir de Mientras duermes a mí me empiezan a llamar. Antes no me llamaba nadie. Bueno, no lo hacían porque sabían que estaba con Filmax, pero después de Mientras duermes me llamaron directores, veía a productores, me llamaban de productoras extranjeras, y esto me da ánimos. El desconocido es un trabajo de encargo. La idea no era mía. Me dijeron que escribiera una película sobre un tío que tiene una bomba debajo de su asiento y que tiene que ver con las preferentes. De esa película lo mejor fue haber conocido a Dani de la Torre y trabajar con él. Eso fue una pasada. Los productores se quedaron contentos, creo que les dimos lo que pedían y puedo estar satisfecho por eso.

L. C.: Ha llegado un momento en tu carrera en el que ya eres un maestro del género.
A. M.: Yo, mi miedo es que cuando me entreviste gente especialista en el género me pregunte mi opinión por esta o aquella película, y no sepa de qué están hablando. A mí me gustan las películas de terror, soy un friki del género, pero no soy una enciclopedia. Me gusta el género pero no me considero un maestro, me considero parte de un proceso chulo que es el cine de terror español de los últimos diez años.
L. C.: Pero insisto en un concepto, y es que debería ser un hecho que los guionistas tuvieran la importancia que tú tienes.
A. M.: Pero ahora me estás entrevistando porque soy el director de Summer camp, no por ser guionista. Esto es así. Se lió gorda porque en los Goya no nos dejaron hacer la alfombra roja, es cierto. Es verdad que si se nos conociera, si se nos viera, al guionista se le trataría mejor en términos contractuales. Pero por otro lado yo amo el anonimato del guionista. Hay bastante intrusismo en este sector y solo faltaba que el guionista tenga fama para que todo el mundo quiera ser guionista por el éxito. Yo creo que la industria, o al menos la parte de la industria con la que trabajo yo, es muy consciente del valor del guionista. Los productores saben que no es lo mismo fichar a Jorge Guerricaechevarría que fichar a otro. El hecho de que Jorge Guerricaechevarría trabaje mucho ahora es la prueba de que el sistema funciona, porque es el mejor. Los productores son quienes tienen que estar pendientes de los nombres importantes y reconocerles su trabajo. Si después la gente en la calle no sabe quién es, no pasa nada.
L. C.: Summer camp tuvo una excelente acogida en el pase de Nocturna. ¿Esperas lo mismo de cara al estreno comercial?
A. M.: No quiero parecer sobrado, pero la película la hemos hecho para el mercado internacional. España es el país donde vivo pero no es un mercado fundamental para el terror y no me desvivo por lo que pueda pasar aquí. Yo quiero que la película llegue al espectador, y de hecho llega a la vez en sala y en plataformas, y quiero que la gente pueda ver esta película. Pero no considero más importante este mercado que Malasia, donde arrasamos, o que cualquier otro país donde hemos arrasado. Hemos disfrutado mucho de la película allí donde ha ido, estoy contento de los primeros estrenos, y valoro mucho que se haya estrenado en cines en Estados Unidos, porque no pasa a menudo. Y ahora llega a España y espero que guste, claro que sí, pero no miraré la taquilla el lunes por la mañana.
Silvia García Jerez