ADRIANA DUCH
«El arte más revolucionario es la tradición.»
JMB.
LA CRONOSFERA: ¿En qué proyecto te encontrabas cuando se dictó el estado de alarma?
ADRIANA DUCH: En noviembre de 2019, estaba trabajando en un espectáculo unipersonal que se llama Mira la luna. Un diálogo sobre la máscara, que es precisamente un diálogo imaginario sobre la máscara entre mi maestro, Jean Marie Binoche y yo, en el que aparece también el personaje “Juan”, que es un personaje con máscara que he hecho desde hace muchos años. Tuve la idea de hacer esta obra muchos años antes, porque quería hacer algo sobre su lenguaje, sobre su técnica, sobre su método, pero la empecé a preparar en 2018 cuando Binoche ya estaba mayor y lo fui a visitar a París. Como a mediados de 2019 estaba avanzando en el guión, pero en agosto, Binoche murió. Este hecho, tristísimo para mí, hizo que se adelantara todo el proceso y en ese mismo año, estrené la obra en Xalapa, como homenaje a mi maestro y amigo. El ocho de marzo de 2020 di una última función de ese espectáculo. Recuerdo que, al otro día, el nueve, se realizó un paro nacional de mujeres, y pararon todas las actividades en Xalapa. Cuando fui al teatro a sacar el vestuario y la escenografía, las calles estaban vacías, todo se veía muy extraño. Esa misma semana empezó la cuarentena. Recuerdo que pensé que en un mes todo esto pasaría… y después de un año, aquí seguimos
Todo estaba hecho para tener una temporada de ese espectáculo y mover la obra.
LA CRONOSFERA: ¿Cómo determinó esta situación en tu disciplina personal?
ADRIANA DUCH: De entrada, no puedes dar funciones. En un principio me di cuenta de que esto iba para largo y deje de hacer cosas, paré en mi mente lo de la obra y pensé en concentrarme en mis clases… pero en algún momento alguien me aconsejo que preparara la obra para dar funciones, porque el virus tenía que parar en algún momento… entonces, me volví a preparar, volví hacer ejercicio, vi videos, rehice el guión, pero pasaron los meses y regresé a la misma situación. Así que por ahora la obra está en espera…
Cuando declararon el estado de emergencia mucha gente, casi inmediatamente ya estaba con lo del teatro en Zoom. Yo me dije, “No, eso es un acto irreflexivo”, prefiero esperar a ver qué pasa. Viendo que no pasaba nada, me dije, es momento para pensar sobre el teatro. Me enfoque en dar mis clases virtualmente. Soy de la idea de que se pueden hacer cosas por Zoom, pero el teatro se hace en un teatro. No me gusta estar frente a la pantalla para actuar, no es lo mío. Pero debo reconocer que, para dar clases, las plataformas funcionan muy bien.
«El teatro se hace en un teatro».
Sigo haciendo ejercicio para mantenerme en forma, leo mucho y me he animado hacer otras cosas que me gustan como coser y diseñar vestuario. Hacer vestuario, es algo que disfruto mucho, en las obras que monto, yo me ocupo del vestuario. En los talleres de máscara, una de las partes que es muy importante, es el diseño del vestuario del personaje. La elección de las telas, los colores, los tejidos que se necesitan para terminar de construir al personaje y que el actor pueda moverse y desplazarse por el espacio.
Ahora cocino mejor y arreglo mi jardín, que es bastante grande y lo tenía como una zona inhóspita, un poco abandonado, pero ahora está más arregladito. Doy clases de actuación en la Universidad Veracruzana, en las que combino el método de la máscara para complementar cuestiones del realismo.
LA CRONOSFERA: ¿Qué te gustaría hacer cuando esto termine?
ADRIANA DUCH: Lo que más me gustaría es dar función, con público, mucho público. Aunque lo veo muy lejano. Ya sabes cómo son las medidas de restricción. Pero también extraño, dar la vuelta, ver amigos, tomarme una cerveza en un bar, ver a mis papás.
LA CRONOSFERA: ¿Crees que hemos aprendido algo de esta situación?
ADRIANA DUCH: No. (Risas) Lo que yo he aprendido es a ser más paciente y aunque suene a lugar común, no mucho, no es que me haya vuelto zen, ni nada, pero he aprendido a valorar las pequeñas cosas de la vida. A las cosas que no le daba importancia, ahora las recuerdo con añoranza. También me he vuelto más organizada y ordenada.
Si la sociedad ha aprendido algo, no lo sé, porque aquí en México, hay un sector que es un desmadre, no respetan las reglas; pero hay gente, como la de los hospitales que nos está demostrando que tiene mucha vocación, gente que arriesga la vida. Hay gente que es muy solidaria. En esta situación, cuando te cuidas tú, cuidas a los demás, entonces, todos los que se reúnen y hacen lo que se les da la gana, no solamente se ponen en riesgo ellos, sino también a los demás y no les importa. Además de que todo está politizado, los opositores del gobierno publican noticias falsas, y les vale gorro crear problemas de salud con esas noticias.
«Yo veo esto, como si fuera una guerra, cuando hay guerra no se puede hacer nada.»
LA CRONOSFERA: ¿Crees que el teatro cambie?
ADRIANA DUCH: Creo que un cambio será que durante mucho tiempo se tocará en las obras este tema del confinamiento y la pandemia. Obviamente ahorita, la tendencia es hacer teatro por Zoom y eso ya es un cambio de por sí en el teatro. Pero pasará. Como cuando todo mundo ponía en escena proyecciones y pantallas, aunque no tuvieran que ver con la puesta en escena, solo porque estaba de moda. Tal vez, durante mucho tiempo, cambien las convenciones teatrales, porque tendremos miedo de acercarnos a los demás o se harán más monólogos, pero en esencia, no creo que cambie el teatro; a lo largo de la historia hemos tenido diferentes crisis y el teatro “teatral” vuelve. Yo veo esto, como si fuera una guerra, cuando hay guerra no se puede hacer nada, o se hacen cosas de acuerdo a las circunstancias; ahora la tecnología nos permite usar las plataformas para sustituir al teatro, pero el verdadero hecho teatral se hace en vivo. Lo que estaría bueno es empezar a hacer espectáculos para que la gente se entusiasme con la vida, porque hay demasiadas obras sobre muerte, crítica, y azote… ¿Quién quiere ir al teatro a ver eso, si ya lo estamos viviendo? Mejor será hacer obras sobre lo bueno que es estar vivo.
La máscara no acepta hacer las cosas en la pantalla, no hay de otra más que esperar el regreso a los teatros.