Piluca Baquero: El acoso escolar necesita la colaboración de la sociedad
Piluca Baquero es la directora de El silencio roto, estremecedor documental en el que diversos niños, de una manera novedosa en el cine, dan sus testimonios sobre el acoso escolar del que han sido o son víctimas. También nos acerca a los distintos puntos de vista de colegios y entidades, a la impotencia que sufren quienes lo padecen ante la falta de medios para combatir algo que está ahí pero que muchas veces no se quiere ver, y a las posibles salidas que puede darse al problema, si es que de verdad se quiere afrontar. La Cronosfera habló con Piluca Baquero, su directora, sobre el origen del proyecto y todo lo que se fue encontrando mientras lo llevaba a cabo.

La Cronosfera: ¿Cómo surge la realización de este documental, por experiencias cercanas o por la indignación lógica de estar a menudo leyendo casos?
Piluca Baquero: Este documental surge a raíz de una experiencia personal, cuando mi hija de 10 años es víctima de acoso. Ante la impotencia que sentía por la falta de información que tienen padres y profesores acerca del tema me decidí a hacer esta película. Conocí entonces el trabajo de AMACAE (Asociación Madrileña Contra el Acoso Escolar) que me pareció admirable y pensé que la película era una herramienta que podría ayudarles.
L.C.: Los dibujos de Javier de Juan son maravillosos a la par que desgarradores, ¿la pretensión era
utilizarlos para darles a los niños privacidad, en lugar de sacarlos de espaldas, o para contar sus
historias de una forma nueva y por lo tanto más llamativa?
P.B.: Siempre tuve claro que quería mantener el anonimato de los niños, pero no quería perder la fuerza de
sus testimonios, por eso se me ocurrió hacer la animación, y desde el principio tuve claro que la persona
idónea era Javier de Juan.
L.C.: ¿Cómo consigues los testimonios de los niños? ¿Se prestaron muchos más de los que aparecen en el
documental?
P.B.: Contacté con los niños a través de AMACAE, y el criterio para la selección fue siempre evitar los casos
más extremos; No quería hacer una película con morbo ni amarillismo, solamente quería que la gente
se pusiese en la piel de los niños que pasan por esto y sus familias.
L.C.: Leticia de la Hoz expone tres requisitos del Tribunal Supremo para que el acoso escolar sea
considerado como tal, pero no incluye el acoso por Intenet porque se especifica que ha de pasar en las
aulas para ser escolar, ¿habría que modificar las leyes?
P.B.: Puede considerarse acoso escolar cuando en el chat o red social se hace referencia expresa al aula, En
cualquier caso, habría que unificar todos los protocolos de las Comunidades Autónomas, tomarse el
tema en serio y hacer una ley integral que no tuviese solo en cuenta el castigo y sí la integración la
educación y la convivencia.
L.C.: Me gusta mucho la reflexión de que cuando el acoso llega a Internet es porque previamente ha estado
en las aulas. Actualmente tendemos a pensar que Internet está primero porque es un hábito
generalizado y asumido antes que muchos otros.
P.B.: Internet hace de altavoz al acoso, pero casi siempre lo que pasa en las redes es un reflejo de lo que
pasa en el aula, y en el patio del colegio, Mucho más raro son los casos donde el acoso se produce
exclusivamente a través de la Red.

L.C.: Para los niños el acoso es un tema horrible, pero para los adultos parece ser un tema tabú.
P.B.: El acoso es un tema incómodo, es más cómodo mirar hacia otro lado. Ésta es la actitud más generalizada cuando no es a tu hijo al que le toca. Sin embargo, la única manera de resolverlo es implicarnos todos, padres, profesores, alumnos, toda la Sociedad. Precisamente si yo he hecho esta película, es porque este tema no se ha tocado, no hay herramientas divulgativas que ayuden a prevenir.
L.C.: ‘Que le hacía bien al niño porque así se hace más fuerte’ es una de las justificaciones al acoso que
reciben los padres. ¿No existe la conciencia de que quitarle importancia es peor?
P.B.: No, es la actitud de muchos hasta que el tema es insostenible
L.C.: Echarlo de clase es un premio, completamente de acuerdo con eso pero, ¿no podría verse también
como que para el colegio es un arma importante porque supone un castigo severo, o debería suponerlo,
y porque para los compañeros que se unen al acoso es un toque de atención?
P.B.: Puede ser, pero es un error educar en el castigo, hay que educar en la convivencia, entonces si verán
que ser expulsado es algo grave y no un premio
L.C.: Lo que retratas de la burocracia y los procesos judiciales deja los ánimos por los suelos como
espectador, imagino que recogiendo testimonios sería tan descorazonador o más.
P.B.: Aun mas, he huido de los casos extremos, además de la burocracia, la administración culpa a las
familias cuando son monoparentales o sus miembros están en paro, es un constante echar balones
fuera.
L.C.: Por los testimonios escuchados, parece que la Policía es la institución que más y mejor está trabajando
por la concienciación del problema.
P.B.: Hay colegios y AMPAS muy concienciados que están poniendo en marcha programas de prevención,
como la mediación, que funcionan, pero la policía ha sido pionera en alertar sobre la necesidad de
abordar el tema en las aulas.
L.C.: ¿Ha habido algún testimonio que hayas dejado fuera porque te haya parecido demasiado fuerte?
P.B.: Sí, ya he explicado que he huido de los casos extremos.
L.C.: ¿Has aprendido algo del acoso escolar que no supieras antes de realizar el documental?
P.B.: Si, que la única manera de erradicarlo es prevenirlo y que se necesita la colaboración de toda la
sociedad.
Silvia García Jerez