MUSA
Jaume Balagueró reinterpreta el tormento del proceso creativo con su Musa, oscura y dramática. Inspirándose en su propio estilo con más clasicismo y poesía, adapta La dama número 13 de Jose Carlos Somoza, ofreciéndonos un eficaz thriller psicológico y no otra película de miedo.
Lecturas Inspiradoras
Salomón, un profesor de literatura, propone a sus universitarios una alternativa poética al infierno de Dante.
El catedrático con un libro de poesía recién publicado y una novia reciente, joven y alumna, apenas se preocupa por corregir los exámenes y dar de comer al gato.
Un día su pareja desaparece trágicamente y desde entonces, sufre un sueño recurrente con una mujer asesinada.
La pesadilla premonitoria se convierte en titular de telediario. Y las musas hacen su aparición. A partir de ahí, una secta de intelectuales y unas Damas susurrantes regirán su destino; entrando y saliendo como en un juego de crueles matrioskas, encerrándole en una despiadada historia de versos y esoterismo.
Hace más de una década que Jaume Balagueró leyó la novela de J.C. Somoza, La dama número trece, y quedó fascinado por la terrorífica intriga sobre el mito de la Inspiració, como metáfora del poder de las palabras.
De las trece del autor, eligió siete junto a su co-guionista habitual, Fernando Herrero, para contarnos una historia sobrenatural con puntito gore, inspirando con su Musa nuevas lecturas sobre el Mal que tanto le gusta; conjugando esta vez, un paralelismo con los estados por los que pasa el protagonista, cual metáfora del sufrimiento del oficio de escritor.
El director recurre a un ejercicio de auto-estilo con esos clichés propios de su cine -manicomios abandonados y niños perversos- que coinciden en gustos con Somoza -añadiendo el clásico kit del poeta de estilográfica y whisky-, consiguiendo mantener la tensión hasta el crescendo final cuando todo encaja -incluida la trama del bar de alterne y el escaso cruce de los personajes-.
De manera detectivesca, entre guiños sutiles y discursos más explicativos, Balagueró conjura un aquelarre de Damas vengativas por el talento desperdiciado, o el abandono de su artista; donde además la obsesión, la locura y el duelo, tienen cabida dentro de una dramática historia de amor.
Y es que toda Musa oculta un romance. Y cada una de las siete, debe cumplir con su trampa o bendición; invitando, engañando, apasionando y castigando, para luego desaparecer. Hasta que de nuevo y siempre anunciadas por insectos, se muestran y te pillan otra vez.
Esas damas teatrales y celosas, de distintas edades pero tan antiguas como el origen del lenguaje, cuando todo era Verbo… Guardianas de todos los relatos desde el principio de los tiempos, son capaces de resucitar un pescado con unos versos y de enamorar con unas rimas marcadas en la piel… Si además tienen la presencia de Manuela Vellés (la novia conquistadora) y Leonor Watling (la dama misteriosa del sueño), no hay escapatoria posible. Y asistimos a su reencuentro en un Dublin de Colleges, conociendo a un erudito de la lírica -Christopher Lloyd, el inolvidable Doc de Regreso al futuro– y la amiga del protagonista -Franka Potente, aquella Lola, corre, Lola de pelo rojo-, quienes descubren el velo que separa el mundo de los vivos y los espíritus, a través de esa poesía que puede hacer cosas extraordinarias.
Todos y todas representado sus personajes, tal y como deben ser, alrededor de Salomón a uno y otro lado de las páginas ya escritas y por escribir, cerrando el círculo…
Pero ya sea Milton, Vaughan o Neruda, la poesía requiere de cierto reposo y sobre todo, reiteración. Y ahí la cinta parece obviar la necesidad de insistir en esas palabras que resultan tan poderosas como para llegar a devorarse uno mismo, perdiendo oportunidades durante el metraje y precipitando un final que pudiendo ser de autor –Musa se acerca a Los sin nombre, estupenda primera película de Balagueró- y recordando también a La Novena Puerta de Polanski, tiende más a El código da Vinci… Quedando ante todo, como Ruby Sparks pasada por American Horror Story –todas, buenas referencias-.
Presentada en el pasado Festival de Sitges, Musa llega ahora a los cines. No es casualidad que según se estrene, se re-edite la novela de Somoza, siendo ambas fábulas igual de recomendables; mereciendo su lectura y visionado.
Mariló C. Calvo