BRIDGET JONES: LOCA POR ÉL – El regreso de la inglesa solterona
Bridget Jones: Loca por él es la cuarta entrega de una saga ya, que nació de la pluma de la escritora británica Helen Fielding primero en una columna semanal en la prensa británica y después en una novela publicada en 1996 titulada El diario de Bridget Jones. Se centraba en el día a día, durante un año, de una treintañera solterona que trabajaba en una editorial y se enamoraba de su jefe. El éxito fue tan descomunal que el cine se preparó para adaptarla a la gran pantalla.
Corría el año 2000, de cara al estreno en 2001. Para el papel de Bridget Jones se barajaron varias actrices y la escogida fue Renée Zellweger, a la que nominaron al Oscar por su interpretación. Hoy nos parece lo normal, Renée es Bridget Jones, eso no se discute ni otra actriz vendría a nuestra mente para sustituirla, pero en el año en que se inició la producción del film Renée no fue precisamente aceptada por los millones de fans de la novela. De hecho, Renée fue muy discutida porque era natural de Texas y no era inglesa. Ya por entonces los fans exigían que el personaje fuera interpretado por alguien lo más cercano posible al personaje por mucho que éste no fuese real. Y es que Renée, pensaban los detractores de su elección, al ser texana no podría pasar por una auténtica chica inglesa, se le notaría el acento. Pero a Renée no se le notó. Su trabajo, escuchado en la versión original, fue tan bueno que nadie, de no haber conocido la polémica y de no haber sabido que la actriz no era inglesa, habría dudado de que lo era. Y se convirtió en un icono del cine romántico de principios de siglo.
A El diario de Bridget Jones le siguieron dos entregas más: en 2004 Bridget Jones: Sobreviviré y en 2016 Bridget Jones´s baby. Y cuando pensábamos que eso sería todo, nos llega la cuarta entrega, que en realidad es la adaptación de la tercera novela, ya que la tercera película no lo era.
Bridget Jones: Loca por él parte del momento vital de Bridget en el que se ha quedado viuda. Hace cuatro años que su marido, Mark Darcy (Colin Firth) falleció y aunque tiene dos hijos estupendos está realmente deprimida. Sus amigas le piden que salga de casa, que ligue, que no se estanque. Incluso una de ellas le abre un perfil en Tinder. Y consigue admiradores a pesar de la foto terrible que la amiga le ha hecho y le ha subido al mismo. Pero cualquier cosa servirá para que no se anquilose cada fin de semana en su sofá. Lo que no sabe Bridget es que un incidente en que están implicados sus hijos y un árbol va a conseguir que el jovencito que acude a ayudarlos (Leo Woodall) va a ser su nueva obsesión, hasta el punto de cambiar su objetivo de no hacer nada en la vida por el de querer estar con alguien e ilusionarse con él a cada minuto.
Bridget Jones: Loca por él regresa a la gran pantalla un personaje icónico que ya es historia del cine, y lo hace, además, el día de San Valentín. Es una apuesta segura la de Universal por la taquilla del fin de semana en cuyo viernes cae el 14 de febrero. Y es que a Bridget Jones la quiere todo el mundo: es torpe, mentirosilla patológica para ir salvando cada momento en que su ridículo se hace evidente, es patosa… es un personaje con el que muchas mujeres pueden sentirse identificadas. Por eso es un icono de la cultura pop, porque es una más y comete los mismos errores que cualquiera de nosotras. Es nuestro espejo para no sentirnos tan mal viendo en la pantalla aquello por lo que hemos pasado alguna vez en la vida. Imposible que algo así no triunfe en la ficción.
Y está claro que Bridget Jones: Loca por él está destinada a ser un taquillazo. Lo tiene todo para lograrlo, ya que es, primero, un personaje familiar para los espectadores, pero es que a esa ventaja se une su reparto de actores ingleses impresionantes, caso de Hugh Grant, que aparece bastante en un claro declive moral de su Daniel Cleaver, que siempre un simpático sinvergüenza, Emma Thompson, en una aparición especial, y especialmente brillante, como la ginecóloga de Bridget, y Colin Firth, en un más bien cameo que otra cosa, pero aunque esté muerto en esta entrega tenía que aparecer, de una forma u otra. El interprete británico Chiwetel Ejiofor también se une a ellos como el profesor de los hijos de la protagonista. Todos nombres rutilantes para una película que no lo es tanto.
Porque a pesar de todas las ventajas de esta nueva entrega, como tal, en sí misma, es bastante mala. Como película, no como fenómeno social al que por el simple hecho de haber contado con la luz verde del estudio ya es. Bridget Jones: Loca por él como cine deja mucho que desear.
Es excesivamente larga, no aporta nada argumentalmente hablando a la saga, está llena de los tópicos que en los años 2000 hacían furor pero que no son representativos del feminismo del que hoy se hace gala, y sus chistes se han quedado especialmente antiguos, por mucho que la novela original fuera escrita en 2013, que no hace tanto de aquel año y el personaje nació en 1996…
El guión hace continuas referencias y chascarrillos sobre sexo que ya resultan rancios, como hechos por adolescentes en lugar de por personas adultas. Saben a inmaduros, a tabúes que siguen estando consolidados en una sociedad que creíamos más abierta pero que a lo mejor no lo está. Es posible que falte aún mucho para poder hablar de sexo con normalidad, incluso en la comedia, y no como si tuviéramos permanentemente 15 años y no hubiéramos superado ya lo que hace décadas era innombrable y estaba prohibido. Seguir riéndonos de lo mismo con complejos infantiles resulta agotador.
El auténtico milagro de Bridget Jones: Loca por él se llama Emma Thompson, una actriz de presencia arrolladora que se mantiene en segundo plano del cine y las series televisivas desde hace tiempo por elección personal. La echamos de menos como presencia más continuada en la pantalla, ya sea en papeles protagonistas o secundarios, ya que era la mejor de su generación cuando destacó en los años 90 y los 2000, trabajando en títulos que son joyas irrepetibles, caso de Los amigos de Peter, Sentido y sensibilidad, Love actually -en cuyos repartos, de las dos últimas, también estaba Hugh Grant- o En el nombre del padre, por citar sólo algunas. La querríamos ver mucho más, sí, pero al menos aquí la notamos divirtiéndose a lo grande diciéndole a Bridget lo que más de uno desde su butaca querría.
Y celebramos ver de nuevo a Hugh Grant, ya que no estaba en Bridget Jones´s baby, ahora que tenemos tan reciente su genial interpretación en Heretic. El actor está teniendo una madurez fascinante en su oficio y aunque su papel aquí sea tan reprobable como al comienzo de la saga, lo cierto es que es un placer asistir a su representación, porque su momento vital también es asumir quién y cómo es y eso acaba siendo una lección para todos.
Otro motivo por el que El diario de Bridget Jones se convirtió en un fenómeno social en 2001 fue por el uso que de los temas de su banda sonora se hacía en el conjunto de la historia. Todos acertados y bien introducidos narrativamente hablando. Cuando eso sucede en el cine, y no pasa a menudo, es una gozada, y con la primera película del personaje ocurría. Desafortunadamente no podemos decir lo mismo de la inclusión de los temas en la presente. Sólo uno está realmente bien escogido y resulta juguetón para el momento en el que la escuchamos. Y es precisamente el que le da el subtítulo al film: Mad about the boy, cantado por Dinah Washington, un clásico de la música que llega a la película para lucirse cuando tiene que hacerlo. Ninguno más. Las canciones acaban resultando simples comparsas de la historia, sin darle a ningún momento un significado especial, como sí le ocurría a la original.
Más errores que aciertos es el balance final de una película que no tiene demasiado a lo que agarrarse. Contar con una fama previa no otorga un prestigio seguro, cada título tiene que ganárselo, y Bridget Jones: Loca por él está muy lejos de conseguir incluso un aprobado. Ni el hecho de estrenarse en San Valentín la va a convertir en una película mejor, sencillamente porque no lo es.
Silvia García Jerez