MARIJA KAVTARADZE: Si todos aprendiéramos lengua de signos los sordos no tendrían ningún problema
Guionista y directora, Marija Kavtaradze estrena en nuestro país su segunda película, Slow, que además fue seleccionada por Lituania para competir en los Oscar 2024 que no pasó la lista corta pero que, si nos apartamos de los premios para centrarnos en el cine, es de visionado igual de imprescindible que si fuera favorita de la categoría de mejor película internacional. Slow cuenta una peculiar historia de amor, la de una bailarina y un intérprete de lengua de signos lituana -cada país tiene la suya- que se gustan, podría decirse que se quieren, pero donde él es asexual, es decir, no siente deseo sexual por nadie, el sexo en la relación le sobra. Y ella tiene que entenderlo. Y lo hace, porque lo quiere. Pero aún así es una relación complicada. Marija Kavtaradze estuvo en Madrid para presentarla y hablamos de qué la llevó a escribir una historia así, de por qué el sexo sigue siendo un tema tabú y de hasta qué punto han llegado para quedarse las mujeres directoras.
La Cronosfera: ¿Cómo nace este proyecto?
Marija Kavtaradze: Estaba escribiendo este guión y pensando en estos personajes y antes de hacer mi primera película leí sobre la asexualidad y no había mucha información entonces pero la poca que encontré se quedó conmigo. Y la verdad es que introducir este tema en una historia de amor me hizo pensar en el tiempo que tenemos y en cómo tratan de encajar, en él, con sus peculiaridades, estos personajes, así que escribir sobre ellos me resultaba muy interesante.
La Cronosfera: Los protagonistas son una bailarina y un intérprete de lengua de signos. ¿Cómo decidiste que dos profesiones tan atípicas en las historias que vemos en el cine fueran los protagonistas de la tuya?
Marija Kavtaradze: Respecto al intérprete de lengua de signos, hace un tiempo leí, junto a mi hijo, una entrevista con uno de ellos y me pareció muy interesante. Y la profesión de bailarina me resulta más cercana, conozco a varias, y me resulta más natural. Y entre ellos están muy conectados porque los dos trabajan con sus cuerpos y los dos se los conocen muy bien.
La Cronosfera: La lengua de signos es maravillosa, la verdad. ¿Crees que algún espectador que vea tu película puede querer llegar a aprenderla?
Marija Kavtaradze: No lo sé, pero me encantaría. Me haría muy feliz que eso pasara. Pero puede ser, porque cuando vemos algo bello en la pantalla queremos formar parte de eso. Como las canciones que el intérprete signa, que son una preciosidad. Signar canciones es muy complicado, requiere una disciplina aparte y tuvimos varios intérpretes en la película, uno para los diálogos y varios más para las canciones. Aprendimos sobre la cultura de las personas sordas, los actores y yo. Aprendimos juntos. Y aprendimos lengua de signos. Las primeras clases fueron sobre la cultura de la comunidad sorda y me parecieron súper interesantes. Recuerdo que pensé que si todos aprendiéramos lengua de signos los sordos no tendrían ningún problema. Y podemos aprenderla, es simplemente otro idioma. Pero en mi país es muy difícil. Ya antes de hacer la película quería haberlo aprendido pero cómo. Dónde. No hay muchos sitios en los que te enseñen. Y no hay muchos porque hace años forzaban a los sordos a no usar la lengua de signos, a intentar usar sus voces como los oyentes.
La Cronosfera: En España ha pasado lo mismo con la comunidad sorda, también los obligaban a hablar aunque no quisieran. ¿Y cómo encontraste a los dos actores para interpretar a los personaje principales? ¿Fue complicado o ya los tenías en mente?
Marija Kavtaradze: Tenía en mente a Greta, (Grinevicitute), que interpreta a Elena. Ya la conocía, es una bailarina a la que ya había visto bailar. Así que la contraté a ella primero. Para Dovydas no tenía ni idea de cómo encontrar al actor, pero a mi director de fotografía se le ocurrió el actor adecuado. Y desde el principio fue una decisión acertada.
La Cronosfera: ¿Fue fácil conseguir la financiación para producir una película tan atípica?
Marija Kavtaradze: Estoy muy contenta porque es mi segunda película y ha sido más fácil que producir que la primera. Y hemos tenido más presupuesto, por eso hemos podido tener a más países apoyando el proyecto, tanto Suecia como España. Ha sido mucho más sencillo. Por supuesto, es algo estresante porque no sabes cuándo lo vas a conseguir pero en general ha sido posible de forma muy sencilla.
La Cronosfera: ¿Y cómo te sentiste cuando la película fue seleccionada para representar a Lituania en los Oscar?
Marija Kavtaradze: Muy feliz. Y fue la misma semana en la que supimos que estábamos en la lista corta de los European Film Awards, así que fabuloso. Y lo es porque eres reconocido en tu propio país, lo cual no siempre ocurre.
La Cronosfera: ¿Cuándo vamos a dejar de tratar el tema del sexo como un tema tabú? ¿Alguna vez vamos a madurar como sociedad?
Marija Kavtaradze: Es una cuestión interesante porque el sexo está en todas partes, todo está sexualizado, sobre todo en lo que respecta a la mujer. Pero es que esto viene ya del colegio y es un conflicto en la sociedad. Y es así en muchos países, así que no sé si vamos a cambiar.
La Cronosfera: ¿Crees que el hecho de que las mujeres dirijan películas es algo pasajero o que ha llegado para quedarse?
Marija Kavtaradze: Ahora es muchísimo más fácil hacer películas. Pero hemos luchado mucho para lograrlo. Al menos en mi país. Puede que ahora dirigir sea más fácil pero sigue siendo muy complicado ejercer cualquier cargo técnico en una película. Ser directora de fotografía o dirigir el equipo técnico de sonido. Aún son muy pocas las que acceden a estos puestos. La industria tiene que cambiar para que podamos ser más en todos los ámbitos.
Silvia García Jerez
Marija Kavtaradze: